La chance cierta de que el Congreso de la Nación reponga el impuesto a las Ganancias se ha convertido en el núcleo del debate político durante la parte final de la segunda semana corta, y en vísperas de la presentación de la nueva Ley Ómnibus.
A tono con la necesidad de fortalecer ingresos y de sostener la meta de superávit fiscal para el año 2024, el gobierno introdujo en la renovada versión del mega proyecto de ley el regreso del polémico gravamen, que había sido suspendido por decreto en el final del gobierno anterior, y eliminado por ley del Congreso de la Nación a fines de 2023.
La iniciativa fue rechazada por los gobernadores patagónicos durante el fin de semana largo, y recogió ayer la negativa de los mandatarios provinciales de Juntos por el Cambio, que se verán cara a cara en la jornada de hoy con el ministro del interior Guillermo Francos.
El proyecto incluye un cambio de nombre para el tributo, y abre la puerta a un cobro retroactivo para 2023, mientras que las dudas giran en torno a cuál sería el nuevo Mínimo No Imponible (MNI), los tres elementos que suman a la discusión política y económica.
El debate con los gobernadores
Por diferentes motivos, la iniciativa se convirtió en el centro de la discusión con los gobernadores. En primer lugar porque el presidente Javier Milei puso el acompañamiento de los mandatarios a la Ley Ómnibus como condición para participar en la convocatoria al Pacto de Mayo. Al igual que en las sesiones extraordinarias de febrero, el proyecto engloba temas de los más diversos. Ganancias es uno de ellos.
En segundo lugar, porque los gobernadores entienden que la reposición de Ganancias no les reporta beneficios en términos presupuestarios. La suspensión de la cuarta categoría del impuesto a fines del año pasado implicó una fuerte caída en la recaudación del impuesto, que sigue vigente para las categorías uno, dos y tres.
Los datos que acaban de publicarse en relación a la recaudación del mes de marzo, son elocuentes. En el acumulado de los tres primeros meses de 2024, la recaudación de Ganancias cayó un 38,9% en términos reales. En la ecuación que miran los gobernadores, eso equivale a una caída de un tercio en los fondos coparticipables que recibían hasta hace un año por Ganancias.
Según el Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF), Si se considera la recaudación tributaria nacional acumulada del primer trimestre durante los últimos 9 años, el primer trimestre de 2024 se ubica en el último lugar. Destaca además que “En el acumulado al primer trimestre del año, las transferencias automáticas por coparticipación, leyes complementarias y compensaciones sumaron $6,72 billones, que representó una contracción en valores reales de 20%”.
Dato
38,9% la caída real acumulada de la recaudación de impuesto a las Ganancias en el primer trimestre de 2024.
Los gobernadores entienden que en caso de reponer el gravamen en un contexto como el presente, de fuerte recesión, con salarios cuasi congelados y precios caminando al 280% anual, el efecto sería una contracción aún mayor del consumo. Los mandatarios estiman que esa contracción extra del consumo, podría golpear las recaudaciones en sus propios territorios.
En resumen, el contrapunto entre los gobernadores y el Poder Ejecutivo nacional radica en que los jefes provinciales advierten que a la caída en los recursos coparticipables podría seguirle una baja en sus propias recaudaciones, complicando todavía más el escenario de obligada racionalidad fiscal.
Los gobernadores de Juntos por el Cambio le llevaron al ministro del interior un Plan B, que consiste en coparticipar otro impuesto en lugar de reponer el impuesto a las Ganancias. En este sentido sugieren el impuesto País, lo cuál puede tener otro tipo de implicancias, dada su relación con el tipo de cambio.
Polémicas e interrogantes
El proyecto de Ley Ómnibus que sería presentado al Congreso de la Nación en el día de mañana, incluye dos aspectos que son polémicos en torno a la reposición del impuesto a las Ganancias, y al menos un gran interrogante.
La primer polémica gira en torno al nombre del nuevo tributo, que pasaría a llamarse «Impuesto a los Ingresos Personales». Se cerraría así un largo y extenso debate en torno a si el salario de un trabajador puede ser considerado «ganancia». Conceptualmente, las ganancias se relacionan con la renta que se atribuye al capital, y nunca la retribución al trabajo puede ser considerada como tal.
La nueva versión del gravamen, se encuadraría mucho mejor respecto a lo que verdaderamente es: un impuesto que recae sobre los ingresos más altos. Esta característica es una de las más deseables en toda estructura tributaria progresiva, es decir, que «paguen más los que tienen mayor capacidad contributiva».
Una de las mayores polémicas radica en la posibilidad cierta de un cobro retroactivo correspondiente al cuatro trimestre de 2023. El impacto sería enorme para quienes «adeudan» esa parte de la liquidación.
La segunda polémica es mucho más delicada por la incidencia directa que podría tener para miles de trabajadores. La suspensión del impuesto a las Ganancias en medio de la carrera electoral de 2023, significó la no retención del gravamen a los sujetos alcanzados por la cuarta categoría en el último trimestre del año pasado.
En otras palabras, «quedó sin recaudar» un trimestre de impuesto a las Ganancias en 2023. La polémica radica en la posibilidad cierta de un cobro retroactivo, junto a la implementación del nuevo Impuesto a los Ingresos Personales. El impacto sería enorme para quienes «adeudan» una parte del impuesto de 2023. No existe precisión alguna al respecto, pero es uno de los grande debates en torno a la reposición de Ganancias.
Por último, el gran interrogante es cuál será el nuevo Mínimo No Imponible (MNI) desde el cuál se comenzaría a tributar. La última versión del MNI anunciada por el ex ministro de economía Sergio Massa establecía como piso el equivalente a 15 salarios mínimos vitales y móviles (SMVM). Dado que el valor actual del SMVM es de $202.800, significaría un MNI de $3.042.000.
No obstante, y si bien no existe ningún tipo de dato oficial al respecto, las versiones indican que en el gobierno manejan un MNI muy por debajo de ese parámetro, el cuál se ubicaría entre $1.500.000 y $1.800.000. De ser cierto, significaría el reingreso de miles de trabajadores al pago de Ganancias.
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