¡Buenas tardes! Este jueves la Selección Argentina vivirá una fiesta en el Monumental: jugará su primer amistoso tras su consagración en Catar. Y en este evento único, que atrae las miradas de todo el país, se abre una oportunidad para sumarnos a la búsqueda de niños y niñas.
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La Argentina, y Sudamérica toda, no es un lugar donde abunden los secuestros o las desapariciones de menores de edad. Sin embargo, también es cierto que en los últimos años se han repetido muchas historias de niños y niñas que no se han logrado encontrar.
Hoy en nuestro país hay 99 chicas y chicos, 99 menores de edad, cuyas familias no saben dónde están. Son historias tremendas, angustiantes. Es duro decir, pero tenemos que decirlo: en los últimos 20 años han quedado casi sin encontrarse 100 menores de edad. En cualquier país humano, hay que seguir buscándolos. Alguien sabe algo de estas chicas y chicos y mantiene el silencio. Quizás haya participado de un hecho, o incluso sepa dónde está alguno de estos menores buscados. Y ese silencio juega para el mal. Hace falta recordar que estos chicos y chicas están perdidos. Hace falta mostrar su imagen. Recordar que entre nosotros viven 99 familias que no saben cómo seguir.
En este contexto doloroso, surge una oportunidad extraordinaria para impulsar las búsquedas. La Selección Argentina, la famosa “Scaloneta”, la campeona del mundo, y la AFA, la organización que sostiene las actividades de la Selección, van a darle lugar a estar 99 historias. Lo hará reproduciendo rostros de estos menores en sus redes y en el amistoso del jueves en el Monumental ante Panamá.
El estadio estará repleto —las entradas se vendieron en apenas dos horas—. Es una oportunidad única para que muchos vean las fotos de María, de Maxi, de Guadalupe, de Sofía. Mientras celebramos el Mundial, alguien podría visualizar esa foto y podría resultarle familiar. O podría ocurrir que se movilice y rompa el silencio. Es una oportunidad única para que, si alguien sabe algo y no lo dijo, o si sospecha algo y nunca se animó a compartir su sospecha, hable. Es una posibilidad en años para que aparezca una pista.
Necesitamos, al igual que la hinchada de una Selección, a 47 millones de personas acompañando a estas 99 familias. Empujando, difundiendo las imágenes, usando sus redes, multiplicando las fotos.
La oportunidad surge a partir de una Selección que es única, magnifica. Que tiene estos valores de equipo, de humildad, y que además gana y le va bien. Este equipo lleno de valores jóvenes va a dar una oportunidad a estos 99 menores para encontrarse con sus familias.
Pero este momento único debe ser acompañado por todos: aunque no te resulte familiar una imagen, replicala, difundila. Cualquiera de estos chicos puede estar muy cerca de donde estoy ahora, cerca del lugar donde se perdió. Puede estar muy lejos. Aquí nomás, o en cualquier lugar del mundo.
Para que alguna de estas chicas o chicos vuelva a casa, ¿nos das una mano? Muchas gracias.
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La campaña se llama ¨Puede estar cerca tuyo¨. El jueves a las 21, en el Monumental, se van a proyectar fotos de niños y niñas perdidos. En el país son 99, y mas de 70 están perdidos hace más de un año.
Si vas a la cancha, aprovechá a sacar fotos a la imagen de los chicos y difundidas en tus redes. Además, en las cuentas de @afaselección y de la @redsolidaria en estos días se comparten fotos de los y las menores. Compartilas, multiplicalas.
Si sabés algo, escribí por WhatsApp al +54 9 11 2835-6238.
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Hemos contado las historias de algunos de estos niños y niñas. Como la de Sofía Herrera, que se perdió en el 2008, cuando tenía tres años, en un camping vacío en Tierra del Fuego. De Guadalupe Lucero, en San Luis, con sus 5 años, en la vereda de la casa donde se celebraba el cumpleaños de su tía, se perdió y no volvió a aparecer. De Bruno Gentiletti, que era un niño mientras jugaba en un balneario rosarino, hace 25 años, la última vez que se supo de él. De Fernanda Aguirre, que tenía 14 años cuando, se cree, fue secuestrada: ya pasaron más de 18 años. Como ellos, hay 99 casos de menores de edad a quienes sus familias buscan y buscan. Y que, repetimos, pueden estar muy cerca nuestro.
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“No se olviden de ella”. Como dijimos, necesitamos que todos ayudemos a difundir, a recordar los rostros de estos 99 niños y niñas a quienes sus familias buscan. Alma lo entendió muy bien. Ella es una niña de San Luis, el lugar de origen de Guadalupe Lucero. “No se olviden de Guadalupe. Ella tendría seis años como yo y tendría que estar en la escuela”, dijo la niña en un video que se volvió viral y emocionó a todos, incluso a Yamila Cialone, la madre de Guadalupe.
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Un cumpleaños solidario. El fin de semana que pasó una organización social muy importante cumplió 20 años de trabajo en Argentina. Se trata de TECHO. Y su festejo, fiel a su naturaleza, tuvo un componente de ayudar. Concretamente, en 11 provincias del país se realizó la construcción de viviendas de emergencia. Voluntarios y voluntarias de todo el país se sumaron para construir 120 viviendas en simultáneo. Fue la etapa final del Programa, en el cual previamente se realiza una encuesta en el barrio para conocer la situación habitacional y decidir de forma comunitaria a las familias asignadas.
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La última semana se relanzó una iniciativa que queremos destacar. Tiflonexos es una organización que trabaja por la inclusión de las personas con discapacidad visual. Cuenta con Tiflolibros, una biblioteca virtual que acerca materiales accesibles. Y en 2013 lanzaron un proyecto llamado “Libros Escolares Accesibles para estudiantes con discapacidad visual".
Se trata de una iniciativa que permite, mediante el contacto con editoriales, adaptar libros escolares para que sean reproducidos por lectores de pantalla. Los lectores de pantalla son software que reproducen en audio el contenido de un libro digital. Pero no todos los materiales vienen preparados para ser correctamente leídos. La tarea de Tiflonexos es hacerlos accesibles. Este año, con el apoyo de la Biblioteca del Congreso de la Nación, apuestan a multiplicar el alcance del proyecto. Conocé más acá.
Cuidate mucho, cuidalas mucho, cuidalos mucho.
Te mandamos un gran abrazo.
Juan y David
