Los microplásticos son un tipo de partículas que se han detectado en más de 1.500 especies diferentes de animales marinos y llegan al organismo humano a través del ciclo del agua y la cadena alimentaria. De hecho, una persona promedio puede llegar a consumir hasta cinco gramos de microplásticos a la semana, según este artículo de Reasons to be cheerful (aunque todavía no sabemos exáctamente qué le genera al cuerpo).
Por eso, las nuevas normas establecidas por la Unión Europea en septiembre de 2023 prohibieron las ventas de microplásticos como tales y de los productos a los que se les hayan añadido estas partículas a propósito. Algunos ejemplos comunes de estas partículas de polímeros sintéticos de menos de cinco milímetros que sean orgánicas, insolubles y resistentes a la degradación son:
- El material de relleno granular utilizado en las canchas deportivas de pasto sintético.
- Cosméticos, en los que los microplásticos se utilizan con múltiples fines, como la exfoliación (microperlas) o la obtención de una textura, fragancia o color específicos.
- Detergentes, suavizantes, purpurina, fertilizantes, productos fitosanitarios, juguetes, medicamentos y productos sanitarios, entre otros.
Algunas empresas ya habían comenzado a fabricar productos que tuvieran el calibre requerido por la legislación europea. Lush, por ejemplo, es una compañía de cosméticos británicos que cuenta con todos sus exfoliantes corporales y faciales con alternativas naturales y biodegradables. Entre algunos de los componentes se encuentra sal marina gruesa, extracto de tallo de bambú y poroto adzuki.
Por otro lado, The Body Shop, la empresa de belleza británica, eliminó las microperlas de todos sus productos ya en 2015. Su objetivo para 2023 es que todos sus productos tengan una biodegradabilidad del 95 %.
En el caso de Alemania, todos los productos de lavado de la compañía Beiersdorf AG se encuentran libres de microplásticos. Además, en sus dos marcas más grandes de cuidado, Nivea y Eucerin, no se utilizan casi microplásticos en las cremas y otros cosméticos.
Respecto la composición de canchas de pasto artificial, el club VfL Sittensen en Hannover (Alemania) inauguró hace más de un año una de las instalaciones más sostenibles en el país. El pasto está fabricado con polietileno de origen vegetal (caña de azúcar) en lugar de tener materiales originarios de combustibles fósiles, según este artículo de Polytan. Además, el club optó por un relleno natural hecho con virutas de madera redondeadas en lugar de corcho.
Otro tipo de microplásticos que generan contaminación son los provenientes del desgaste de neumáticos. Un emprendimiento del Reino Unido llamado The Tyre Collective ha desarrollado un dispositivo de succión que puede instalarse directamente detrás de las ruedas de los autos. El prototipo testeado durante tres meses en las calles de Londres recogió con éxito partículas finas de metal y polvo neumático de las cuales más de la mitad tenía un tamaño inferior a diez micrómetros, de acuerdo con esta nota de Euronews.