Es la pregunta a la cual busca dar respuesta un informe de Naciones Unidas. La necesidad fundante: la emergencia del cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la contaminación.
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Tres crisis en una misma acción. Cambio climático, pérdida de biodiversidad y contaminación. Están relacionadas entre sí, pero por sobre todo coinciden en un elemento común: son las crisis de nuestro tiempo y nos exigen urgente y ambiciosa acción. Sobre esta triple crisis pone foco el informe presentado recientemente por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y que se presenta como un plan científico para abordarla con un anticipo desde su título: "Hacer las paces con la naturaleza".
No me quiero centrar en el estado de situación de esas tres crisis porque los venimos desarrollando edición tras edición. Sí me interesa profundizar en las acciones propuestas a partir de ese diagnóstico sobre el estado (enfermo) del planeta.
- Cambiar nuestra relación con la naturaleza. Es la base de todo. Los países no vienen cumplimiento la mayoría de sus compromisos ambientales, los riesgos ambientales amenazan el alcance de los Objetivos de Desarrollo Sostenible en 2030 y, mientras, la degradación del planeta a partir de los tres ejes mencionados continúa en alza. Es urgente terminar este modelo actual de deterioro ambiental y ser conscientes de que los próximos 10 años son los claves para la acción.
- Un abordaje conjunto. La respuesta al cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la contaminación se debe abordar a través de acciones en sinergia dado lo interconectado que están. Pero, por sobre todo, requiere de la participación de todos los actores: gobiernos, organizaciones internacionales y financieras, empresas, organizaciones no gubernamentales, organizaciones científicas y personas. El informe, de hecho, propone acciones concretas que cada uno de ellos puede (o debe) comenzar a implementar.
- ¿Cómo abordar ese cambio? Limitando el calentamiento de la Tierra por debajo del 1,5 °C a través de una transformación del actual sistema basado en la explotación de combustibles fósiles. Implementando políticas de conservación y restauración de la biodiversidad. Reducir la cantidad de residuos que generamos y gestionarlos correctamente.
Para todo ello, los sistemas económicos y financieros deben transformarse redirigiéndolas sus actividades y recursos hacia la sostenibilidad. En otras palabras: dejar de subsidiar combustibles fósiles, por ejemplo, y reinvertir ese capital en la transición hacia renovables.
Los sistemas alimentarios, hídricos y energéticos deben hacer los cambios necesarios para poder satisfacer las necesidades humanas de forma equitativa y amigable con el ambiente. ¿Cómo? Alimentos saludables y nutritivos procedentes de producción en armonía con la naturaleza, agua limpia y energía no contaminante, para todos.
- ¿Qué podemos hacer vos y yo como ciudadanos? Mucho, según el listado ofrecido en el informe, que describe varias acciones individuales (como realizar un consumo más consciente y eficiente de recursos). Pero me quedo con una para abordar esta triple crisis: ejercer nuestros derechos cívicos y exigirles a los sectores públicos y privados que rindan cuentas de sus actos para fomentar normas y comportamientos con base en la sustentabilidad, así como revisar y comentar las políticas locales y nacionales.
- ¿Qué intentamos hacer desde RED/ACCIÓN? El reporte sugiere a los medios de comunicación "poner de relieve las implicancias del cambio climático y la naturaleza, y las oportunidades de adaptación y mitigación". Así que creo que, al menos desde PLANETA, ya venimos cumpliendo eso.
- Se puede acceder al informe completo en Inglés y/o a un resumen ejecutivo en español aquí.
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En tres claves: ¿por qué el cambio climático es también un tema de seguridad? Pensando en la transversalidad del cambio climático, quizás la respuesta parezca obvia, pero no lo es tanto. Ayer, martes 23, se celebró un evento especial sobre cambio climático y seguridad con un protagonista poco común: el Consejo de Seguridad (Security Council) de Naciones Unidas.
Este Consejo se ocupa de -o se propone- mantener la paz y seguridad mundial. Sus cinco países permanentes -con delegados representantes- son China, Rusia, Reino Unido e Irlanda del Norte, Estados Unidos y Francia. Sí, pensaste lo mismo que yo. Grandes emisores. Hay otros 10 países que no son permanentes del Comité, pero sí tienen participación temporal. Por ejemplo, México en representación de América Latina.
Bueno, en mis años cubriendo eventos de Naciones Unidas, cada vez que alguien hablaba de una reunión, una decisión, una expectativa del Security Council era algo así como un llamado de atención, de importancia. Y por ello no es menor que ayer se le empiece a dar lugar a este abordaje del cambio climático como un tema de seguridad. Porque lo es. Veamos cómo.
- El cambio climático exacerba las guerras. “Cuando el cambio climático seca los ríos, reduce las cosechas, destruye la infraestructura crítica y desplaza a las comunidades, exacerba los riesgos de inestabilidad y conflicto”, explicó António Guterres, secretario general de Naciones Unidas. De hecho, un estudio del Instituto Internacional de Investigación para la Paz de Estocolmo encontró que ocho de los 10 países donde se realizaron las mayores operaciones multilaterales de paz en 2018 estaban en áreas altamente expuestas al cambio climático.
- El cambio climático afecta a los más vulnerables. Ello intensifica su condición de marginalidad, discriminación, dificultad para acceder a los recursos y riesgo de conflictos. Así se puede visualizar con las migraciones. El cambio climático aumenta el desplazamiento de personas que, al no poder realizar sus actividades productivas y de abastecimiento por los efectos del cambio climático, se desplazan en busca de mejores posibilidades. Y ello puede desencadenar conflictos con otras personas o grupos en el lugar de destino.
La guerra de Siria es un ejemplo de ello, pues la intensa sequía que venía afectando a Oriente Medio contribuyó al desplazamiento de campesinos y profundizó la inestabilidad política.
- Actuar ante el cambio climático es actuar por la seguridad. En un pedido al Consejo de Seguridad para que se aborden los riesgos que la actual crisis climática supone para la paz y la seguridad, Guterres recomendó cuatro áreas de acción.
- Prevenir conflictos a partir de una acción climática más ambiciosa que siga el cumplimiento de los objetivos del Acuerdo de París y la creación de una coalición para que los países alcancen la neutralidad en carbono a 2050.
- Actuar con urgencia para proteger a los más vulnerables, mediante políticas de adaptación y resiliencia, y mejora de los sistemas de alerta temprana ante eventos climáticos.
- Adoptar un concepto de seguridad con foco en las personas y el respeto de los derechos humanos.
- Fortalecer las asociaciones dentro y fuera de Naciones Unidas; por ejemplo, incluido el Consejo de Seguridad.
- Prevenir conflictos a partir de una acción climática más ambiciosa que siga el cumplimiento de los objetivos del Acuerdo de París y la creación de una coalición para que los países alcancen la neutralidad en carbono a 2050.
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Play: ciudades de 15 minutos. ¿Te acordás que el año pasado hablamos de esta propuesta para repensar las ciudades? ¿Y que encima era una oportunidad ante la pandemia? Bueno, Lucía Wei He lo sintetizó y profundizó en un video, ideal para ver, repasar y compartir.
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En agenda: webinario. La Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN) invita a un webinario para analizar de qué manera los bancos centrales pueden reorientar las inversiones para que el proceso de recuperación pos-pandemia sea más limpio y bajo en carbono. El evento online se realizará mañana, jueves 25 a las 11:30 hora argentina, a través de Zoom. Registro previo y gratuito aquí.
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