Uno de los grandes desafíos de la inclusión de personas con discapacidad es la falta de acceso al empleo para esta población. Se estima que hay 1.300 millones de personas con discapacidad en el mundo, aproximadamente una de cada seis personas. Según datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), las personas con discapacidad tienen el doble de probabilidades de estar desempleadas que sus homólogos sin discapacidad.
En busca de promoverla inclusión laboral de personas con discapacidad, recientemente la OIT publicó un documento que recopila buenas prácticas de 30 empresas multinacionales (como Accenture, Microsoft, Nestlé o Unilever) que integran la Red Mundial de Empresas y Discapacidad de la OIT (RMED). El documento fue publicado el último 3 de diciembre, el Día Internacional de las Personas con Discapacidad.
En el informe Businesses leading the way on disability inclusion: A compilation of good corporate practices (Las empresas abren el camino a la inclusión de la discapacidad: Una recopilación de buenas prácticas corporativas), cada empresa presenta una de las buenas prácticas que aplica con el objetivo de inspirar y estimular a otras empresas a mejorar la inclusión de las personas con discapacidad en su fuerza de trabajo.
Estas son algunas de las medidas que toman estas empresas para incluir.
Brindar apoyos necesarios
Esto es lo que hizo, por ejemplo, Accenture, que desarrolló una herramienta digital, la Accommodation Support Tool, una página desde la cual los empleados pueden hacer sus pedidos de los apoyos que necesitan. Los casos son derivados a managers entrenados en inclusión, quienes se ponen plazos para gestionar los apoyos en caso de que sean razonables. Pueden tratarse de ajustes físicos al espacio de trabajo como de la necesidad de software específico o asesoramiento de otros empleados, por ejemplo.
Hacer ajustes
Savola es una enorme empresa industrial de Arabia Saudita que produce muchos productos alimenticios que se exportan en Oriente Medio. La compañía emplea el concepto de “ajustes en el lugar de trabajo”, que entienden como todas las adaptaciones realizadas con el fin de que las personas con discapacidad puedan desarrollar su máximo potencial profesional en su lugar de trabajo. Esto incluye ajustes en tres categorías: recursos humanos (por ejemplo, se modifican los horarios de descanso en función de las necesidades de la persona con discapcidad), entorno físico (modificaciones en oficinas o acondicionamiento con ciertos utensilios) y de comunicación (cuenta con formatos alternativos en sus documentos, como el braille).
Medir la inclusión
MAPFRE desarrolló un método para medir el impacto de sus políticas inclusivas mediante encuestas estandarizadas realizadas a personas con discapacidad, que cuentan cuán bien se sienten en distintas áreas de trabajo, como sus relaciones con compañeros o desarrollo profesional.
Capacitar al personal
Deloitte consideró que para promover la inclusión era clave generar un cambio cultural entre sus empleados. Por eso, desarrolló distintas piezas audiovisuales para que quienes integran la organización conozcan las barreras y dificultades que suelen afrontar personas con discapacidad y lo positivo que es contar con un equipo diverso.
Trabajo en alianza con la sociedad civil
Es lo que hace, por ejemplo, la petrolera REPSOL, que en España tiene convenios con organizaciones como ONCE o la Fundación Down, que trabajan con personas ciegas y con síndrome de Down respectivamente para incorporarlos en sus procesos de selección de personal.