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¡Buenos días! Hoy es el Día de la Erradicación de la Pobreza. Y para reflejar la capacidad y llegada que tiene la Argentina a los lugares más postergados, se nos ocurre compartir cinco ejemplos. Modelos de solidaridad, de organización, de democracia.
Primero, algunas generalidades. Estas son historias individuales que se convierten en organizaciones. Comenzaron porque alguien, un fundador o fundadora, levantó la vista, y miró a su alrededor. Y ahí encontró necesidades. Este levantar la mirada los y las define.
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La primera de estas luminarias es Pata Pila, que trabaja de distintas maneras para fortalecer a familias en situación de pobreza (con especial foco en la desnutrición infantil) en cuatro provincias: Mendoza, Buenos Aires, Entre Ríos y Salta.
Diego Bustamante, una persona con una vocación, con un gran sentimiento espiritual y religioso, se va a la profundidad de la pobreza. Y entre la reflexión y el análisis decide asentarse y comprometerse con los más postergados: durante cinco años convive en una comunidad guaraní de Salta.
Más allá de la emoción que esa vivencia le genera, comienza un trabajo que ahora tiene alcance nacional, con una enorme capacidad operativa y una ternura manifiesta. "El encuentro con la vulnerabilidad siempre te enseña algo", nos contó en esta entrevista que ya tiene un tiempo pero que sigue plenamente vigente.
Pan American Energy busca ser un promotor activo en el desarrollo de las comunidades en las que opera. Por ello, lleva a cabo acciones de triple impacto para crear valor económico, social y ambiental a través de la articulación público-privada. Su trabajo en Sustentabilidad se basa en cuatro ejes estratégicos: educación y cultura, salud y deporte, desarrollo local y ambiente. En el último año, con sus más de 100 programas, la compañía alcanzó a más de 300.000 personas.
Conocé más en pan-energy.com/sustentabilidad
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Cata Hornos, una mujer que cuando era muy joven, viaja desde su ciudad natal hacia un lugar de pobreza extrema. Y eso cambia su vida para siempre. Y con su capacidad de agenda, con su bagaje cultural, desarrolla una verdadera empresa social.
Una que logró sostener y hacer crecer con el tiempo. Hoy Haciendo Camino es una de las que más impacta en lugares donde nadie llega que más modifica la realidad de los otros: trabaja para mejorar la calidad de vida de familias en situación de vulnerabilidad en el norte argentino, especialmente en las provincias de Santiago del Estero y Chaco. Es un ejemplo a seguir en cuanto a su operatividad, su administración, y por supuesto, por su compromiso solidario. Todo en función de los más olvidados.
En otra entrevista distante aunque vigente, ella definió a la pobreza como una “emergencia invisible”. Y nos dijo que es importante que la solidaridad se sostenga en estos casos.
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El doctor Abel Albino es un médico de altísima calificación, gran capacidad académica. Y un hombre distinto por su mirada sobre la realidad.
Es posiblemente quien puso en el centro de la escena argentina, en los últimos 40 años, la desnutrición infantil. Mostró a la sociedad que, en el famoso país de la producción de alimentos, podían haber hambre y desnutrición.
Fue Albino quien hace 30 años fundó CONIN, con un método para combatir la desnutrición que ya había funcionado en Chile. CONIN comenzó en Mendoza con un Centro de Prevención de la Desnutrición Infantil y Promoción Humana y luego con el primer y único Centro de Recuperación para Lactantes Desnutridos, “Madre Teresa de Calcuta”, donde cientos de niños se han recuperado. Luego, este modelo, con énfasis en revertir las causas que originan la desnutrición y acompañar a las familias, se replicó en distintos puntos de Argentina y América Latina.
Pese a muchas críticas y obstáculos, el modelo de CONIN desarrollado de una manera superprofesional, sigue generando vida y transformando la realidad de las personas.
De CONIN hablamos más en esta edición de OXÍGENO de principios de año sobre la desnutrición infantil.
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El padre Pepe Di Paola, un sacerdote nacido en la década del 60, quien posiblemente es de las personas que conocemos en un país de casi 50 millones de habitantes que está más cerca, todo el tiempo, 7x24, está al lado de la conjunción que significa la pobreza extrema y la adicción a las drogas.
No debe haber alguien que llegó tan lejos a buscar a alguien entre los más abandonados. Organizó modelos para ir por ellos. Y realizó una obra maravillosa, con un díselo como quizás no hay en toda América Latina.
En el 2008 el Padre Pepe fundó, junto con otros sacerdotes, El Hogar de Cristo, una organización que trabaja en distintos puntos del país para dar soluciones a situaciones de vulnerabilidad social y consumos problemáticos.
“Creemos que los chicos y las chicas cuando encuentran una comunidad organizada salen adelante y son parte de ella. Y son protagonistas indispensables de cada una de ellas”, citábamos al cura en una edición de OXÍGENO en la que repasábamos lecciones de solidaridad que nos deja la obra de El Hogar de Cristo. El Padre Pepe tiene un enorme coraje, que lo llevó a sostener su obra ante numerosas amenazas de narcotraficantes (lo retrata bien esta crónica). Tambien tiene la capacidad de hablarles a los números uno de los gobiernos nacionales o a los CEO de las empresas y luego ir a abrazar a quien está postrado en el barro de algún rincón del conurbano.
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Por último, queremos hablar de la “Madre Teresa de la Argentina” (o quizás de América Latina), Margarita Barrientos. Ella es un modelo casi inexplicable. Casi todos nosotros nacimos o empezamos nuestra vida en un hogar que tenía un techo que nos cubría de las lluvias, sin necesidades alimenticias y con la posibilidad de acceder a educación formal en el secundario y la universidad. Inexplicablemente esta mujer viene del hambre, la postergación, la pobreza y el abandono.
Primero tuvo que reconstituirse ella misma. Y de esa supervivencia que logró levantó la mirada. Es un símbolo. Vino a la gran ciudad y nos hace pensar una y mil veces en los más humildes. Hace y hace, sin escuchar críticas y debates innecesarios.
Creó el ya famoso comedor Los Piletones, donde da de comer a miles de personas y una fundación, desde la que también trabaja por la salud, la educación y la seguridad de familias y personas en situación de vulnerabilidad. “¿De dónde sacó esta mujer esa capacidad para dar, entregar, generar? ¿De dónde sacó la manera de mantener la sonrisa permanente y tolerar y soportar y remar estos años complejísimos del 2001 hasta ahora?”, nos preguntábamos en esta edición de OXÍGENO. Y aún nos sorprende esa solidaridad infinita.
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Cinco mega ejemplos de lo que la Argentina puede dar y puede ser. Estos perfiles humanos son francamente muy distintos. Se alejan de esa sensación de pesar generalizado de todo lo que hace falta. Ellos y ellas saben lo que hace falta, pero lo modifican. Cinco historias para seguir pensando cómo transformar la realidad, especialmente la de los más postergados.
Cuidate mucho, cuidalas mucho, cuidalos mucho.
Te mandamos un gran abrazo.
Juan y David