Cinco consejos que pueden ayudar a “recablear” el cerebro durante el duelo - RED/ACCIÓN

Cinco consejos que pueden ayudar a “recablear” el cerebro durante el duelo

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Los humanos sentimos dolor por la pérdida de muchas cosas, como la salud o un trabajo, y no sólo de seres queridos. Sucede que cuando creamos un vínculo con algo o alguien, eso se codifica en el cerebro de maneras muy específicas y el cerebro realmente lucha por entender lo que ha sucedido cuando aquello ya no está. La atención plena y el movimiento son algunas de las herramientas para sobrellevar este proceso.

Cinco consejos que pueden ayudar a “recablear” el cerebro durante el duelo

Foto de Liza Summer: https://www.pexels.com/es-es/foto/persona-en-camisa-de-manga-larga-gris-6382530/

Definir el duelo es difícil. Es psicológico, pero también afecta al cuerpo. Comúnmente se lo piensa como un sentimiento, como la tristeza. Y, aunque no está mal, es más exacto llamarlo "la respuesta a la pérdida", algo complejo y multifacético, describe la Asociación Estadounidense del Corazón (AHA, por sus siglas en inglés).

Dadas las complejidades para comprender el duelo, sus implicancias y cómo abordarlo médicamente, la psicóloga Mary-Frances O'Connor comenzó con estudios de neuroimagen sobre el tema hace más de dos décadas. Actualmente dirige el Laboratorio de Duelo, Pérdida y Estrés Social (GLASS) en la Universidad de Arizona, donde intenta descubrir los mecanismos biológicos subyacentes a este proceso. También publicó el libro The Grieving Brain (HarperOne, 2022).

La experta aclaró en diálogo con Scientific American que el duelo no es solo por muertes: “Las relaciones humanas se rompen por muchas razones, ya sea un divorcio o el ‘nido vacío’ cuando nuestros hijos se mudan o simplemente el alejamiento de un amigo muy cercano. Estas rupturas cambian esa relación de unión de modo que ya no podemos confiar en la creencia ‘siempre estaré ahí para ti y tú siempre estarás ahí para mí’”. Por eso, el duelo no se trata sólo de la pérdida de una persona, “sentimos dolor por la pérdida de muchas cosas: la pérdida de la salud, la pérdida de un trabajo. Nuestro cerebro puede haber evolucionado para entender la pérdida de una relación como duelo, pero siempre es también la pérdida de una parte de nosotros mismos”, agregó.

Para entender, entonces, qué sucede durante la pérdida, primero hay que pensar en lo que sucede durante el vínculo, propone la experta. Es decir, cuando se crea un vínculo se codifica en el cerebro en regiones muy específicas y de maneras muy específicas, explicó. “Esa neurobiología del apego, esa creencia en la naturaleza eterna del vínculo, no cambia inmediatamente. Ese segundo flujo de información todavía nos dice que lo que hemos perdido todavía está ahí fuera”, por lo que deberíamos ir a buscarlo, está extraviado. “Por tanto, esas dos corrientes de información (el recuerdo de la realidad, por un lado, y, por el otro, esta creencia de que están ahí fuera) no pueden ser ambas verdaderas (...) Nuestro cerebro realmente lucha por entender lo que ha sucedido. Y cuando nos damos cuenta de que tenemos ambas creencias, causa mucha angustia y dolor”, precisó O'Connor.

Recableado

Por eso, la experta habla de “recablear” el cerebro. Cuando nos enamoramos, por ejemplo, algo de la otra persona nos “cambia el cableado. Actualiza las conexiones físicas entre las neuronas y cambia la forma en que se pliegan las proteínas. La epigenética [influencias ambientales y conductuales sobre las formas en que los genes se expresan como proteínas] de nuestro cerebro cambia”. Por lo que durante el duelo, esas huellas físicas en el cerebro deben cambiarse para reflejar una comprensión actualizada del mundo sin aquello que hemos perdido. 

George Slavich dirige el Laboratorio de Investigación y Evaluación del Estrés del Instituto Semel de Neurociencia y Comportamiento Humano en la Universidad de California, Estados Unidos. El investigador también estudia el duelo, en particular sus efectos en el cuerpo. Sobre la base de sus conocimientos, dio cinco recomendaciones:

  • Probar con la atención plena. Al sufrir, a menudo reflexionamos mucho sobre el pasado o nos preocupamos en sobremanera por el futuro. Para ello, practicar la atención plena o mindfulness ayuda a las personas a centrarse en el ahora y reducir el estrés.
  • Comunicarse con familiares y amigos. Es natural que durante el duelo la persona se quiera aislar, pero es clave resistir ese impulso, dijo Slavich. En su lugar, es útil esforzarse por pasar tiempo con amigos y familiares que lo apoyen.
  • Comer de manera completa y equilibrada. Los azúcares añadidos y los alimentos altamente procesados ​​pueden aumentar la inflamación, por lo que el investigador aconseja una dieta rica en proteínas magras, frutas, verduras, aceites saludables y verduras de hojas verdes.
  • Dormir bien. El insomnio y otras dificultades para conciliar el sueño son frecuentes en personas en duelo, pero tener un horario de sueño estándar es realmente importante. Probar la terapia cognitivo-conductual también puede ayudar.
  • Ejercicio. Incluso si parece difícil mientras se afronta el duelo, el movimiento es conocido como el antidepresivo natural.

Finalmente O’Coonor opinó sobre el mito de que el tiempo todo lo cura: “No es el tiempo específicamente lo que nos ayuda a adaptarnos; se trata de tener nuevas experiencias en el mundo y permitir que nuestro cerebro comprenda cómo es la vida ahora. Debido a que a menudo es muy doloroso estar en el mundo, ver a viejos amigos o ir a un lugar donde pasaste tiempo con el ser querido, frecuentemente evitamos esas experiencias. Pero en muchos sentidos, esas son exactamente las experiencias que nuestro cerebro necesita para aprender a comprender el mundo actual”.