Cuando adopté a un gato el año pasado, leí blogs, foros y grupos de redes para poder cuidarlo de la mejor forma posible, pero hay algunas cosas que sólo se descubren en la práctica: acá te cuento todo lo que no encontré y me hubiera gustado saber.
- Alimentación
De repente me sorprendí teniendo que ir a comprar bolsas de un kilo cada cuatro o cinco días. No sólo por la tarea recurrente, sino también a nivel económico, fue todo un hallazgo cuando descubrí que se vendían algunas bolsas de siete, diez o quince kilos. De hecho, hay muchas veterinarias pequeñas que compran estas bolsas y luego las venden racionadas. ¡Si tenés forma de resolver el traslado, es un negoción!
- Piedritas con tapa
El tema de las piedritas y el olor suele ser todo un tema a la hora de adoptar gatos. Cuántas veces escuchamos “yo tendría, pero el olor…” . Acá hay una manera perfecta de ganar esa discusión: las cajas de piedritas con tapa. Los olores no salen y las piedritas no se vuelcan cuando el gato hace pozos o entierra sus necesidades. Si tenés un gato grande, quizás haya que acostumbrarlo a que pase por la puerta: primero se puede poner sin tapa, después con tapa pero sin la puerta, y a lo último, el equipo completo.
- Rascadores
Cuántas veces escuché “¡Le compré el rascador, pero no lo usa!”. Y, créanme, también estuve ahí: hice todo lo posible para que el rascador le entusiasmara, y al gato no parecía importarle en lo más mínimo. Un día, cuando dejas de intentar, lo agarran. Escuché a muchos dueños de gatos a los que les pasó. A no relajarse: esto no significa que no vayan a atacar los sillones, lo que nos lleva a:
- Proteger los sillones
La ilusión de que los rascadores solucionaran el tema de los sillones era grande, pero no por eso cierta: por mucho que jueguen, rasquen y se entretengan con otras cosas, es muy posible que su entusiasmo con los sillones persista. Existen algunos protectores de plástico o del mismo material que los rascadores. También está la solución más estética, la vieja y confiable tirar una tela, manta o lona encima.
- Dejar todo listo para dormir
Cuántas veces tenía un examen, un evento laboral importante, cualquier cosa para la que necesitaba estar bien descansada y me despertó maullando o mordiendo porque tenía hambre o sed. Por suerte, esto se soluciona fácil y sin inversión: si querés asegurarte una noche tranquila, ¡dejale municiones! Es la única forma de asegurarte que no te despierten a cualquier hora con reclamos.
Mi último consejo (fuera de la lista) es que no te dejes amedrentar por todas las advertencias o la preparación: tener un gato es lo mejor. Son una gran compañía, son impredecibles y graciosos, y una gran fuente de calor para dormir con el invierno que está llegando. ¿Tenés algún tip que te hubiera gustado saber antes de adoptar? Contame a [email protected]