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¡Buenas tardes! Ayer fue el Día Internacional de Voluntario. Tanto en nuestro país como en el resto del mundo hay mucha gente que, desinteresadamente, trabaja por una sociedad mejor.
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Estamos habituados a escuchar mensajes y noticias desesperantes sobre la humanidad, sobre problemáticas complejas (como el hambre o la desnutrición, la falta de trabajo, la violencia), con cifras que son reales y que alarman. Pero hay otras cifras que se exponen pocas veces, aunque son impresionantes.
En un mundo en el que hace poco somos 8.000 millones de personas, 3.000 millones de adultos hicieron algo por la comunidad en el último año. Tres de cada 8 hicieron algo por la comunidad. Algún voluntariado, algún programa para ayudar al prójimo. Y podemos decir que, si la mitad de la población mundial son adultos, 3 de cada 4 en el mundo participaron con el año pasado en alguna actividad relacionada al voluntariado.
Es una imagen sorprendente. La circunferencia de la Tierra es de 40.000 kilómetros. Si estas 3.000 millones de personas se tomaran de la mano entre sí ¿darían la vuelta al planeta? No solo darían una… ¡darían 75 vueltas al mundo! La cantidad de personas que hizo algo por la comunidad el último año son 75 rondas a la Tierra.
Pero concentrémonos en nuestro país. Cuatro de las principales instituciones que convocan voluntarios son Cáritas, bomberos voluntarios, los scouts y la Cruz Roja. Solo estas cuatro instituciones cuentan con 180.000 voluntarios, personas que todo el tiempo piensan en la comunidad.
Pero en Argentina hay muchos más. Las encuestas señalan que tenemos una capacidad conmovedora de hacer cosas por los demás. Cuando se les preguntó recientemente a los argentinos si hicieron algún voluntariado en los últimos dos meses, 8 millones de personas respondieron que sí. Y otra imagen que asombra: una imaginaria fila de personas generosas, tomadas de la mano, iría de Ushuaia a La Quiaca, y volvería a la capital de Tierra del Fuego.
En un país de 50 millones, hay 8 que hicieron algo por la comunidad en sus últimso dos meses.
Una realidad poco visible, difícil de percibir. Y, sin embargo, fantástica. Qué capacidad de dar de tantas personas. Individualmente, en familia, con amigos. Con instituciones cercanas. Cada uno lo hace a su manera.
Habría que lograr que se sientan más fuerte las cifras de algo maravilloso, que es nuestra mismísima humanidad.
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Esta reflexión viene a cuenta de que ayer, 5 de diciembre, fue el Día Internacional del Voluntario. Una de las organizaciones que en Argentina lograr un impacto social gracias al aporte de voluntarios es la Fundación Franciscana. Durante los últimos 15 años esta fundación ha buscado ayudar a personas en situación de vulnerabilidad, generando proyectos en las áreas de salud, educación y economía.
Pamela González y Josefina D’Alessio, coordinadoras institucionales de la organización, reflexionan sobre la importancia de los voluntarios: “Para nosotros/as el rol del voluntario/a es fundamental porque nos presenta una lógica que tiene que ver con el darse gratuitamente, el ofrecer su vida y ponerla al servicio. En nuestra cotidianeidad, en donde vivimos a un ritmo acelerado, en donde lo gratuito pareciera no tener lugar, queremos honrar la vida de tantos voluntarios/as que nos presentan un mensaje que es necesario proclamar como buena noticia. Todos somos bienvenidos/as, todos/as podemos tomarnos un minuto, ver a nuestro alrededor y saber que podemos dar una mano”.
“Cada voluntario/a que llega viene con una historia, una historia que nos abre a nuevos modos de pensar, de ver el mundo, que nos enriquece y nos permite desde la diversidad seguir avanzando en un camino de apertura, que nos cuestiona y nos lleva a agudizar nuestros sentidos, sabiendo que el/la otro/a tiene mucho de misterio”, agregan.
A continuación, queremos compartirte varios testimonios de personas que trabajan desinteresadamente en la organización y explican qué significa ser voluntarios:
- “Ser voluntaria me hace ser muy feliz porque me llevo mucho amor de los chicos que trabajan ahí en alfabetización”.
- “Ser voluntaria tiene un significado importante ya que fomenta mis vínculos y me impulsa a seguir trabajando en lo social”.
- “Me encanta poder ayudar a la gente del barrio, ofrecer un espacio de escucha, un abrazo, un cariño. Me siento sumamente cómoda, muy tomada en cuenta y al mismo tiempo aprendo tanto yo de ellos, como ellos de nosotros y ese es el lema de la fundación y lo comparto totalmente. Nos encontramos con una realidad dura, pero sin duda transformadora, cambia la manera de pensar y de vivir.”
- “Lo que más me gusta de ser voluntaria es que una tiene la posibilidad de conocer historias y acompañar a personas. Y ese encuentro te va transformando, a esa persona y a uno también. Entonces hoy, desde mi experiencia, esto es lo que considero más valioso, la posibilidad de que el encuentro me transforme”.
- “Significa para mí la oportunidad de devolver algo de lo mucho que he recibido en mi vida. Ser parte de una tendencia generosa que hay que rescatar en las personas. Me da alegría”.
- “Para mí significa compromiso y agradecer el estar ahí para ayudar a los demás”.
Desde la fundación invitan a sumarse: “Tu aporte nos ayuda a ampliar nuestra mirada, a sumar nuevas voces y a que en la diversidad podamos seguir encontrándonos, desde la escucha y el amor, para poder transformar nuestra realidad juntos/as”. Si querés ser voluntario/a, hacé click acá.
Un mensaje de
Pan American Energy busca ser un promotor activo en el desarrollo de las comunidades en las que opera. Por ello, lleva a cabo acciones de triple impacto para crear valor económico, social y ambiental a través de la articulación público-privada. Su trabajo en Sustentabilidad se basa en cuatro ejes estratégicos: educación y cultura, salud y deporte, desarrollo local y ambiente. En el último año, con sus 140 programas, la compañía alcanzó a más de 400.000 personas.
Conocé más en pan-energy.com/sustentabilidad
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También te invitamos a leer más testimonios de lo que hacen voluntarios en el especial que hicimos hace un año, en el cual contamos cómo voluntarios de distintos ámbitos eligieron ayudar en plena pandemia.
¿Participaste de algún voluntariado? ¿Qué te motivó? ¿Cómo fue tu experiencia? ¿Qué aprendiste? Contanos a [email protected].
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Comenzó diciembre y en RED/ACCIÓN tenemos nueva campaña del mes. En este caso, una enfocada en la inclusión laboral de las personas con discapacidad.
Como decíamos en la edición anterior de OXÍGENO, hay muchos avances para celebrar en materia de inclusión de este colectivo a lo largo de los últimos años. Pero queda mucho por hacer. Por eso, te invitamos a que conozcas, compartas y participes de la campaña.
Conocé de qué se trata acá.
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Esta historia, ocurrida en los Estados Unidos y publicada la semana pasada, es sencillamente hermosa. Y muy oxigenante. Melissa Highsmith tenía solo 22 meses cuando su niñera la secuestró. Su padre y su madre la buscaron por años, por décadas, sin ningún rastro de su hija. Hasta que el 6 de noviembre una prueba de ADN en el sitio web 23AndMe conectó a los hijos de Melissa con su familia biológica, con la ayuda de un genealogista aficionado.
"Es abrumador, pero al mismo tiempo, es el sentimiento más maravilloso del mundo", dijo Melissa sobre el reencuentro con sus progenitores, que se produjo el último 26 de noviembre.
Mientras se busca a la niñera que secuestró a Melissa, la familia dice que están recuperando el tiempo perdido y conociéndose.
Melissa dice que quiere recuperar su nombre original (en estos años se hizo llamar Melanie Walden) y que quiere renovar sus votos matrimoniales con su esposo actual para que su padre biológico pueda acompañarla al altar. Como contábamos en otra edición, nunca hay que perder la esperanza de encontrar a las personas perdidas
Cuidate mucho, cuidalas mucho, cuidalos mucho.
Te mandamos un gran abrazo.
Juan y David
