El gobernador de Chubut volvió con sus intenciones de aprobar la megaminería en la provincia. La sociedad volvió a defender el agua y el ambiente. La resistencia fue tal que las autoridades tuvieron que dar marcha atrás. ¿Listo? No, entre todo eso queda mucho por analizar y a ello nos dedicamos en el tema central de esta edición.
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Especial Chubut, la megaminería y la pueblada. En la planificación que suelo hacer para PLANETA, me había propuesto que, para estas semanas festivas y considerando que todos estamos en el caótico cierre de año, iba a hacer algunas ediciones con un contenido más light con recomendaciones para que puedan disfrutar. Pero... siempre en Argentina tenemos políticos que aprovechan el fin de año para intentar habilitar la megaminería. Este 2021 no fue la excepción y tuvo como protagonista a la provincia de Chubut.
De allí que, con este breve retraso en el ingreso a sus casillas de mails, la edición de hoy tiene como tema central lo ocurrido en Chubut durante la última semana con un enfoque particular: intentar responder a algunos de los interrogantes de nuestros lectores y hacerlo con las voces de personas que vienen siguiendo e involucrándose en esta problemática o causa, dependiendo el enfoque con el que lo miremos.
- ¿Ponemos un poco de contexto? En una polémica movida de convocar a una sesión, el martes 14 de diciembre en la noche la Legislatura provincial de Chubut sancionó la Ley XVII N° 149 -titulada Desarrollo Industrial Minero Metalífero Sustentable- que habilitaba la zonificación minera para los departamentos de Gastre y Telsen a fin de permitir el desarrollo de la minería metalífera química, de plata, cobre y plomo en la meseta.
¿Por qué hablamos de "polémica movida"? "No fue una movida inconstitucional, pero sí antirreglamentaria porque no respetaron el propio reglamento que tienen ellos de cómo convocar una sesión y qué plazos cumplir", explica el abogado ambientalista Enrique Viale.
¿Esto encontró por sorpresa a los vecinos de Chubut? Por supuesto que no. Mientras se preparaba para salir una vez más a movilizarse a la plaza y mientras la veía a través del Zoom con una remera que decía No a la Mina, Silvina Borgia, vecina de Esquel y participante de la Asamblea de Vecinos Autoconvocados de Esquel No a la Mina, me contó que desde hace meses había vecinas que hacían guardia en la Legislatura en Rawson para estar atentas a ver si ingresaban el proyecto.
Con ese seguimiento de cerca, la ciudadanía no tardó en salir a las calles y exigir la inmediata derogación de la Ley. Todos los días a las 20, un grupo de personas se movilizó en los puntos céntricos de distintas ciudades de la provincia. El apoyo de otros lugares del país no tardó en llegar. La presión social fue tal que, acorralado, el gobernador se vio obligado a llamar a la derogación, que se aprobó este martes. En una semana, fuimos protagonistas de un nuevo #Chubutazo.
- ¿De dónde viene el #Chubutazo? La lucha del pueblo chubutense en contra de la megaminería no empezó hace una semana, tiene una historia de 20 años. Desde el 2000 comenzaron los rumores de la instalación de una empresa para la explotación de un yacimiento de oro y plata en Esquel. La ciudadanía comenzó a tomar conocimiento, a autoconvocarse, a movilizarse en contra. Un plebiscito en 2003 fue contundente: el 81% de los votantes de Esquel rechazó la explotación de ese yacimiento.
Esto derivó en la sanción de una histórica normativa en el país en lo que a minería respecta. La Ley 5.001 prohíbe toda actividad metalífera a cielo abierto en la provincia y el uso de cianuro en los procesos de producción minera.
Esto es lo que se conoce como el #Chubutazo, cuya causa y lucha se mantiene vigente más que en contra de la megaminería, en defensa del agua, del cuidado del ambiente, de su salud y de su desarrollo económico.
- ¿Quiénes y por qué se opusieron a este nuevo intento de habilitación? No, no son solo activistas ambientales. Cuando mi mamá me preguntó estos días qué estaba pasando en Chubut, traté de simplificárselo y le dije: "Es como que de golpe quieran instalar un proyecto mega intenso de minería en San Antonio de Padua y te afecten el acceso y calidad del agua. No importa si vos sos o no activista ambiental, vas a salir a la calle igual a defender el agua". Eso es lo que ha pasado en estas dos décadas en Chubut.
"El movimiento de resistencia a este tipo de proyectos es muy heterogéneo. Hay gente como yo que entiende que, por ejemplo, se podría practicar una minería de litio con un Estado detrás, con los controles pertinentes, con la prioridad de que deje un valor agregado a nivel local. En las tensiones de estos 20 años hay de todo, hay gente que no quiere minería de ningún tipo y hay otros que entienden que Chubut es un caso muy especial para desarrollar proyectos mineros de pequeña escala", explica Juan Emilio Sala, biólogo con enfoque en sistemas socio-ecológicos que desde hace 14 años trabaja en Puerto Madryn y argumenta: "Tenemos un único río -el río Chubut- con sus tributarios, que sale de la cordillera y termina en el mar. Ese río tiene uno de los peores caudales de los ríos del país con estas características. Nuestra ciencia sabe que el río Chubut está disminuyendo año a año su caudal porque no hay aporte en la cabecera, no hay nieve, entonces no precipita y se hace cada vez más fino. Es un río del que vive toda la provincia, no solo para tomar agua sino también para actividades productivas".
Su respuesta se profundiza cuando él mismo se presenta como padre de una hija de seis años: "No es un chiste el vínculo con el río y con la capacidad de obtener agua. Las ciudades de nuestra provincia tenemos que restringirnos y racionalizar el agua antes de que llegue el verano. Antes era a veces, hoy ya tenemos problemas serios y, por ejemplo, se tienen que suspender los riegos. Esto ya sucede hoy, con las condiciones extremas, con la variabilidad climática, con el cambio climático. Es impensado proponer, en Chubut, un proyecto minero que va a utilizar gran cantidad de agua".
Borgia nos comparte los argumentos por los cuales viene movilizándose desde hace una semana, puntualmente por esta Ley: "La megaminería va en contra de cualquier otro proyecto productivo, como ganadería, pesca, lana, hablando desde un lado económico que es donde hoy está el debate. El punto fuerte que supuestamente tiene la minería es que genera trabajo y no lo genera. Acá las poblaciones de las mesetas no tienen electricidad ni agua y todos esos trabajos los iba a hacer la minera. En realidad, no los hace la minera sino el Estado con convenios. Lo primero que contaminan estas empresas son las instituciones".
La Ley sancionada tuvo el rechazo del CONICET-CENPAT (Centro Científico Tecnológico integrado por institutos de Madryn, Comodoro y San Antonio Oeste), del Consejo Deliberante de Trelew, sindicatos que realizaron paros, entre otros.
¿Qué ocurrió con los vandalismos, por ejemplo, en el ataque a un diario local? Todos a quienes consulté coinciden en que se trató de actos provocados por unos pocos extremistas (o posibles infiltrados) que quisieron empañar una lucha popular que siempre tuvo la consigna de realizarse de forma pacífica y sin banderas políticas.
Con todo esto, la activa oposición a la habilitación de la megaminería llevó a su derogación.
- ¿Qué implica la derogación? Luego de haber expresado que "no iba a dar marcha atrás con la medida", el gobernador Arcioni se vio obligado a convocar a la derogación de la Ley. Acción que no le corresponde al Poder Ejecutivo sino al Legislativo. El Ejecutivo sí tiene iniciativa parlamentaria, es decir, sí puede presentar un proyecto pidiendo la derogación, como ocurrió en este caso.
Así, en una sesión virtual especial, la legislatura provincial aprobó la derogación de la ley. Sí, los mismos legisladores que una semana atrás habían votado en favor de la habilitación de la megaminería, ahora, respondiendo a la decisión del gobernador, votaron en contra. En más, la misma legislatura que cuatro meses antes había aprobado la declaración de la emergencia hídrica en la provincia.
La derogación implica dejar sin efecto la Ley, la anula automáticamente. Ello es distinto que algo que en un principio se quiso hacer: la suspensión de la Ley. La suspensión tenía una connotación más débil porque dejaba la Ley sin efecto por un tiempo determinado, pero mientras la empresa podía comenzar a operar. Por ello que el reclamo concreto del pueblo era la derogación.
- ¿Y ahora? Definitivamente no es el fin de esta historia. Junto con el pedido de derogación, Arcioni había expresado impulsar un plebiscito a nivel provincial "para escuchar a todas las voces del pueblo". Ello, sin embargo, no se incluyó explícitamente en la Ley de derogación. Conforme define la Real Academia Española, un plebiscito es el sometimiento de una propuesta política -en este caso una Ley- a votación popular.
"Nosotros creemos que los derechos ambientales no se plebiscitan", expresa Viale y argumenta: "El derecho a un ambiente sano, el no retroceso en materia ambiental no se pueden plebiscitar". De hecho, el Acuerdo de Escazú -que entró en vigencia en abril de este año- establece que sus partes (Argentina lo ratificó) deberán basar su implementación, entre otros, en el principio de no regresión ambiental y en el principio de progresividad. Es decir, que una iniciativa, actividad o política no puede significar retroceder en los niveles de protección ambiental alcanzados con anterioridad. En este caso: si se viene cuidando el agua, no se tendría que ver ahora afectada por un proyecto minero.
"Bajo ningún concepto aceptaríamos el plebiscito", dice firme Borgia y argumenta: "El plebiscito se está llevando hace 20 años y específicamente hace seis meses atrás".
En contraposición a los intentos legislativos de habilitación de la megaminería, la sociedad civil viene desde hace años presentando e intentando que la legislatura apruebe su Iniciativa Popular para mejorar y ampliar la Ley 5.001 a fin de proteger al territorio provincial de la megaminería. Más precisamente, se trata de un proyecto de ley que busca prohibir, en todas sus etapas, la actividad minera metalífera a gran escala que utilice cualquier sustancia química contaminante, tóxica o peligrosa. La Iniciativa Popular está organizada por la Unión de Asambleas de Comunidades Chubutenses (UACCH), integrada por vecinos/as, asambleas y organizaciones de toda la provincia. El segundo proyecto se presentó el año pasado.
- Entonces, ¿minería sí o minería no? El interrogante es mucho más complejo. Más que por un sí o un no, implica preguntarse de qué tipo de minería estamos hablando, cómo se realiza, dónde, para qué, por quién. ¿Extraemos litio para la transición energética o seguimos extrayendo oro para guardarlo en bodegas? ¿De qué forma extraemos litio? ¿Escuchamos las voces de las comunidades locales e integramos su opinión en la toma de decisiones?
Mencioné lo del oro porque fue uno de los datos que más me sorprendió al investigar sobre el tema. “El 14% máximo de la demanda de oro a nivel mundial se relaciona con aplicaciones tecnológicas y el 86% restante se va a reserva de valor en bodegas, a cajas fuertes de bancos internacionales para que los países lo tengan como medio de intercambio”, explica Andrés Eduardo Ángel Huertas, geólogo colombiano experto en minería y asesor científico de la Asociación Interamericana para la Defensa del Ambiente (AIDA).
Entonces, si analizamos el tipo de minería, Viale subraya una realidad actual: "Estamos ante un nuevo tipo de minería que es lo que llamamos megaminería en la que la modalidad de explotación es inherentemente contaminante y destructiva. Como humanidad, hemos agotado los minerales en beta. Entonces ahora estamos dándole una vuelta de tuerca, algo parecido a lo que hacemos con el fracking en la explotación de combustibles fósiles. Estamos raspando el fondo de la olla, lo último que queda en las entrañas de la tierra que son los minerales de baja ley. Es decir, minerales con muy poca proporción que se extraen volando cerros montañas enteras para separar la roca del mineral. Para ello se necesitan químicos, agua, energía. Y la mayor parte va a exportación".
La Unión de Asambleas Ciudadanas de Chubut define la megaminería como “una minería metalífera transnacional a gran escala, es decir, una explotación realizada por empresas multinacionales que ocupan enormes territorios para su desarrollo”.
Cuando se habla del NO rotundo es principalmente con este tipo de actividad, la megaminería. Andrés Nápoli, director ejecutivo de la Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN), sostiene que la megaminería no debiera desarrollarse: “Es una minería de exportación, las regalías son bajas, hay pequeños sectores beneficiados y grandes perjudicados, y deja apenas algunos ingresos fiscales a las provincias”.
¿Cuál sería el gris entonces ara la minería, si es que hay uno? Viale ve un posible horizonte. Sería centrarse en los minerales que ya están expuestos con una minería de menor escala y de mayor precisión, y en el reciclaje de los minerales presentes en dispositivos tecnológicos en desuso. "Si vamos a ser zonas de sacrificio para la transición energética del (Hemisferio) Norte o para el sobreconsumo de celulares que los cambio una vez por año, bueno, ese es otro debate. Y ese debate lo quiero dar como Sur Global", opina Viale y subraya: "¿Minería para qué y para quién?".
Al hacerle el mismo interrogante, Sala agrega: "Respondo como ecólogo y experto en sistemas: la cuestión acá es la escala y la escala define la magnitud del problema. Si una transnacional impone una escala como la del proyecto Navidad (el que estaba en cuestión con la ley), estamos en problemas. Pero se pueden extraer otros minerales como uranio que implican una minería de menor escala, de precisión".
A todo esto habría que sumarle otro interrogante: ¿Es la minería la única forma de intentar promover el desarrollo económico en las provincias? Según la edición más actualizada (de diciembre de 2017) de los Informes Productivos Provinciales comunicados por el Ministerio de Economía, las actividades que mayor valor han creado (valor agregado bruto) han sido la fabricación de productos primarios de metales preciosos y metales no ferrosos; la producción y procesamiento de carne, pescado, frutas, legumbres, hortalizas, aceites y grasas; la fabricación de maquinaria de uso general; y la fabricación de hilados y tejidos; acabado de productos textiles. ¿Por qué no promover esas otras industrias? ¿Por qué el casarse con megaproyectos intensivos de minería a cargo de multinacionales? - Un mensaje para ustedes, lectores. Conscientes de que no todos estamos en Chubut y vemos la problemática desde el lugar, le pedí a Borgia que nos compartiera un mensaje. "Estas problemáticas ambientales que estamos teniendo nos están llevando a un punto sin retorno. Los territorios no son compartimentos estancos. No es que se quema un bosque en una localidad y no afecta al resto. Tenemos que tener consciencia que los ecosistemas no tienen compartimentos estancos. Tenemos una sola Tierra. En Marte están buscando agua. Ni petróleo, ni oro, ni uranio; están buscando agua. Tenemos que ponernos sensiblemente a pensar que todo esto se está agotando por las actividades extractivas, no desde una perspectiva de fatalismo, sino con argumentos. Hay que ponerle un freno a esta forma de vida. No es sólo decirle no al extractivismo sino involucrarse y exigirle a nuestros gobernantes que hagan políticas públicas que realmente vayan en pos del cuidado del ambiente".
- Algunos recursos complementarios sobre el tema.
- Para profundizar en el debate sobre la minería, pueden leer este artículo que escribí el año pasado -y que sigue tan vigente- en RED/ACCIÓN.
- Sobre el surgimiento del Chubutazo, recomiendo esta crónica publicada en Página12.
- Pueden seguir las distintas actividades y convocatorias de la ciudadanía en la cuenta de Instagram de No a la Mina. Hay más información en su sitio web.
- Para profundizar en el debate sobre la minería, pueden leer este artículo que escribí el año pasado -y que sigue tan vigente- en RED/ACCIÓN.
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Chile tiene un nuevo presidente, ¿qué sabemos de su postura climática? Seguramente se enteraron de la eurófica victoria de Gabriel Boric en las elecciones presidenciales durante el fin de semana. Bueno, para sorpresa -o porque nos (mal)acostumbramos a poco- su propuesta en materia ambiental es extensa. Al menos lo que propone en campaña, siempre veamos después qué pasa en la práctica (sino miren a Arcioni en Chubut que en campaña estaba en contra de la megaminería y... todo lo que hablamos).
Entonces, con foco en Chile y en Boric, les comparto algunos puntos que me parecieron destacados de su propuesta titulada Crisis climática, transición justa y nueva institucionalidad ambiental.
- Eliminar el carbón para el cierre de su mandato. Incluyendo la reparación de la socioambiental de las zonas de sacrificio.
- Promover la producción de hidrógeno verde con foco en industrias nacionales y, luego, para exportación.
- Elaborar una Estrategia de Adaptación Transformadora a la Crisis Climática. Sería de mediano plazo y con la participación de voces locales para tener un impacto local en las regiones. Incluiría la creación de un fondo para contar con los recursos económicos para la adaptación a los efectos del cambio climático.
- Generar Comisiones de Transición Justa, integradas por representantes de sectores económicos y comunidades vulnerables para generar procesos participativos que permitan la construcción de acciones en pos de la transición, con especial foco en el impacto laboral que supone.
- Incorporar a Chile, inmediatamente al asumir, al Acuerdo de Escazú.
En su discurso, tras conocerse los resultados electorales, Boric dedicó un apartado a la cuestión ambiental y dijo: "El cambio climático no es una invención. Está acá, genera efectos sobre nuestras vidas y también sobre las futuras generaciones. Y no es casualidad que sean los jóvenes del mundo los que han alzado la voz, desde Greta hasta Julieta, acá en Chile, Julieta ante los poderes irracionales que nos siguen destruyendo. Destruir el mundo es destruirnos a nosotros mismos. No queremos más zonas de sacrificio, no queremos proyectos que destruyan nuestro Chile, que destruyan a las comunidades. Y lo simplificamos en un caso que ha sido simbólico: no a Dominga".
Detengámosnos en dos cuestiones de ese fragmento. Por un lado en Dominga. ¿Qué es? Se trata de un proyecto minero de hierro y cobre al norte del país latinoamericano por el cual el actual presidente Sebastián Piñera quedó recientemente expuesto en los Pandora Papers por una supuesta compraventa, y ante lo cual se abrió un proceso penal.
Por otro lado, sabemos que por Greta se refiere a la activista climática sueca Greta Thunberg. ¿Y Julieta?
Conocí a Julieta Martinez O en diciembre de 2019 en la COP25 en Madrid, España. Se suponía que la conferencia climática se celebraría en su país natal, Chile, pero la conflictiva situación social desencadena unas pocas semanas antes a la COP, obligó a cancelar todo evento internacional. Así que allí estábamos en España. En el predio de la COP25, Julieta era una de las jóvenes que se movilizaba exigiendo a los líderes acción climática más urgente y ambiciosa con foco en derechos humanos. Así la conocí a Julieta. Activando. Involucrándose.
Julieta fundó TremendasCL, una iniciativa que conecta y potencia el talento de niñas y jóvenes con causas de impacto social, y cofundó Latinas For Climate, la red internacional de jóvenes feministas por la justicia climática intersecciones en América Latina y el Caribe. Su ferviente activismo centrado en la acción climática y la lucha feminista la llevaron, ya con 18 años, a ser activista representante de ONU Mujeres, delegada Youth4Climate y uno de los rostros más representativos del activismo juvenil y feminista de Chile. Todo por lo cual, el presidente electo la mencionó en su discurso.
Al ver la victoria de Boric y su extensa propuesta ambiental, no dudé en consultarle a Julieta qué significaba esta victoria para el movimiento climático y ecofeminista de Chile. Esto es lo que nos comparte:
"Más que un triunfo, es tremendamente significativo y esperanzador tener un gobierno que se declara feminista y ecológico, que cree y escucha a la ciencia y no llama a la crisis climática 'simples correlaciones recientes'. Un gobierno que entiende que para sacar adelante un plan de adaptación, mitigación y transformación ambicioso y efectivo, se debe centrar en las comunidades más vulnerables, aquellas comunidades que por años han exigido justicia climática y nadie les ha dado ni los espacios ni respuestas, haciendo especial énfasis en las zonas de sacrificio. Una transición sostenible en donde la mujer y la niña que sufren múltiples desigualdades estructurales estén siempre al centro de las agendas. Un presidente que se comprometa a firmar y ratificar el Acuerdo de Escazú, permitiendo al país tener acceso a educación ambiental, transparencia y protección para l@s defensor@s ambientales que hoy se ven tremendamente amenazad@s. Sin duda alguna, es esperanzador ver la posibilidad de que el desarrollo sostenible, interseccional y con perspectiva de género se vuelva una realidad".
Pueden seguir el activismo de Julieta y las distintas iniciativas que emprende a través de su cuenta en Instagram.
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Carbononeutralidad y ecoansiedad, ¿palabras del 2021? Puede que sí. No ambas. Pero sí cada una de ellas tiene la posibilidad. Lo cierto es que son dos de las 12 aspirantes a ser palabra de este año, conforme la elección de la Fundación del Español Urgente (FundéuRAE), promovida por la Agencia EFE y la Real Academia Española. Resulta super interesante ver que el coronavirus, la pandemia y el ambiente son los tres temas con más candidaturas.
Carbononeutralidad y ecoansiedad son candidatas por su interés lingüístico, y por su repercusión en el debate social y en los medios de comunicación (sumamos ahí algunos aportes desde esta humilde newsletter).
Por carboneutralidad la FundéuRAE entiende "es la situación en la que la cantidad de dióxido de carbono que se emite a la atmósfera y la que se retira por otras vías es la misma, lo que resulta en un balance cero de carbono". Y me parece interesante la aclaración que realizan respecto de su escritura y mención: "La escritura de este término ha suscitado muchas dudas, pero lo apropiado es hacerlo en una sola palabra: carbononeutralidad". En diciembre de 2020 dedicamos una conversación en PLANETA a comprender el concepto. La pueden recordar aquí.
Por ecoansiedad la FundéuRAE entiende que se trata de "fusión de dos realidades muy presentes en los últimos meses: la preocupación por la crisis climática y la salud mental". Recuerden que en RED/ACCIÓN hemos dedicado un artículo en profundidad a la temática con la experiencia de lectores. Lo pueden leer aquí.
De las ocho ediciones anteriores en que la FundéuRAE eligió la palabra del año, sólo en una la ganadora estuvo vinculada a la temática ambiental. Fue en 2018 con microplástico. La palabra del 2021 se dará a conocer el próximo miércoles 29 de diciembre. Veremos si el cambio climático se impone también en esta área.
Pueden conocer al resto de las candidatas aquí.
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**Importante: no hay spoilers sobre la película**
Don´t Look Up no es una película sobre cambio climático, pero sí es una película sobre cambio climático. Confieso que cuando hace unos meses vi por primera vez el tráiler de Don´t Look Up (No mires arriba) tuve dos reacciones inmediatas. La primera: "esto es re igual a lo que pasa con el cambio climático". La segunda: "mmm, pero qué raro este tono cómico/irónico de abordarlo". Cuando esta semana tuve la oportunidad de ver el filme en preestreno, comprendí que ese tono cómico/irónico podía ser una excelente forma de abordar lo que, efectivamente confirmé, era re lo que pasa con el cambio climático.
Ahora bien, Don´t Look Up no es una película sobre cambio climático.
Veamos su breve sinopsis. El astrónomo Randall Mindy (interpretado por Leonardo DiCaprio) y la estudiante Kate Diabiasky (interpretada por Jennifer Lawrence) descubren que un cometa coalicionará con la Tierra produciendo un impacto de destrucción total del planeta. ¿El problema? Cuando lo dan a conocer, a nadie le importa. Ni a políticos, ni a medios de comunicación, ni a la ciudadanía.
¿Les suena familiar? Bueno, como decía Don´t Look Up no es una película sobre cambio climático, pero sí es una película sobre cambio climático. Quizás, la mejor película sobre cambio climático.
Y con esto no me refiero a que ello se expone explícitamente. Apenas hay una mención a gases de efecto invernadero y cambio climático. Me enfoco en todo un paralelismo que se puede hacer con lo que vivimos a diario ante la situación de crisis climática.
El rol fundamental de la ciencia para el conocimiento y las proyecciones futuras, el ninguneo constante a ese conocimiento científico, el poner en duda a la ciencia priorizando posturas negacionistas, el querer sacar un rédito económico aún de una situación de colapso para todas las especies -inclusive la humana-, el tóxico rol de las redes sociales ante una crisis real, la obsesión de los medios por la tiranía del clic a costas de la desinformación y por transformar la dramática realidad en algo simpático para más puntos de rating, el rol de los obsesivos empresarios capaces de todo por aumentar sus ventas o de los políticos por obtener más votos, la gráfica expresión de lo que para los presidentes significa "vamos a salvar al planeta", incluso la referencia comparativa al impacto del cometa con las bombas atómicas (o recuerden la charla de Al Gore).
Todo eso es una película que no trata explícitamente el cambio climático, pero en donde hay un equivalente constante en sus dos horas y 18 minutos con lo que atravesamos en crisis climática. Todo eso representa esas sensaciones de alerta, impotencia, involucramiento, ansiedad, tristeza que nos despierta a diario la crisis climática y la ineficiente respuesta de los tomadores de decisión ante ella.
Me sentí algo culpable al reírme a carcajadas de ciertas cosas en la primera parte del filme que son más para preocuparse o llorar. El tono irónico elegido para la película es delicadamente perfecto y, a diferencia de lo que uno puede esperar con sólo ver el tráiler, se va transformando necesariamente en una narrativa dramática que busca dejar un mensaje (o más de uno sobre el final).
Incluso, la difusión que se está realizando de la película ya tiene un vínculo más expuesto con el cambio climático. El actor Jonah Hill -que en el filme interpreta al jefe de gabinete de Estados Unidos- aprovecha cada aparición televisiva para pedirle a la audiencia que se involucre y le exija a los congresistas que voten en favor de políticas climáticas. Del mismo modo, ante una crítica titulada Don´t Look Up: la primera buena película sobre el cambio climático, el propio director Adam McKay expresó: "Siempre hay algunos críticos que ven exactamente la película que estábamos tratando de hacer. Éste se siente como si estuviera en la edición con nosotros".
Como fan de Leonardo DiCaprio (perdón esta confesión personal), cuando terminé de ver el filme comprendí por qué DiCaprio -ferviente activista por la causa climática- aceptó protagonizarlo.
¿Se nota que me encantó/enloqueció la película como una sobre cambio climático? No siempre se necesita hacer un documental con expertos hablando y gráficos con datos; a veces con ironía, ficción y excelentes y populares actores de Hollywood se puede lograr un mejor efecto de impacto y concientización en las audiencias. Por ello, ésta sí diría es una película que le pueden decir a familiares y amigos: "Vamos a ver la nueva película de DiCaprio que me recomendaron en PLANETA". Es una trampa para reflexionar luego con ellos sobre cambio climático 😉
Traten de mirar Don´t Look Up con esta lente climática y comprobarán, una vez más, que la realidad supera a la ficción. En la ficción despierta risa (mucha), en la realidad... no tanto.
Don´t Look Up se estrena mañana, viernes 24 de diciembre, en la plataforma digital Netflix. Pueden anticiparse con el tráiler aquí. Los invito a verla y enviarme sus opiniones luego, así en unas ediciones la volvemos a comentar, pero ya sí con un poquito de spoilers. Aunque, claro, no hay spoilers para el cambio climático. Los reportes del IPCC son el guion.
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Una lectura para estos días. ¿Se acuerdan que en abril del 2020, en pleno pico de confinamiento a nivel mundial, desde RED/ACCIÓN le consultamos a 17 expertos cómo sería el mundo después del coronavirus? Bueno, antes de que termine este 2021 -y aún en pandemia- volvimos a contactar a esos mismos 17 expertos con un nuevo interrogante: ¿qué cambios impuso la crisis generada por el coronavirus.
La científica climática argentina Inés Camilloni fue la experta elegida para la categoría de cambio climático. Para compartirles algo más de lo que podrán ver en la nota, me parece interesante destacar cómo Camilloni observa que está avanzando alrededor del mundo el interés por la geoingeniería -el uso de la tecnología para manipular el clima- y la investigación de sus posibles efectos. Sobre las características, metodologías, debates y polémicas de la geoingeniería profundicé en este artículo.
La nota con las 17 reflexiones, incluida la de Camilloni sobre cambio climático, la pueden leer aquí.
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Confieso que siento que vengo viviendo la Navidad hace como más de un mes porque cuando hice la cobertura de la COP26 desde Reino Unido, las ciudades se encontraban totalmente decoradas para la festividad. Mercados navideños con propuestas gastronómicas y objetos artesanales, árboles de todo tamaño y con todo tipo de decorados, e incluso canciones navideñas en cada librería a la que entraba (porque sí, entro a cual librería veo en cualquier lugar del mundo).
De entre todas las fotografías que tomé, elegí ésta que observan en la popular y turística calle Carnaby en Londres. Más que por el hermoso decorado de mariposas que recorría de inicio a fin la calle, por el mensaje que se observa: Choose Love, Elige amor.
Eso es con lo que me gustaría quedar en esta víspera navideña. En medio de una crisis climática y ecológica, de una pandemia, y de ese caos general en el que solemos vivir los seres humanos, sería bueno priorizar un poco más el elegir amor a la hora de actuar y generar un mayor impacto positivo en el ambiente, a la hora de hacer un regalo y elegir emprendedores que apuestan por un modelo más eficiente, a la hora de relacionarnos con otros seres humanos y otras especies, a la hora de habitar este único planeta que tenemos para vivir. Brindo por eso en esta Navidad.
Hasta la próxima semana con la última edición de PLANETA del 2021. ¡Un abrazo!
Tais