La organización Inquilinos Agrupados creó la Canasta Inquilina para reflejar cuánto dinero necesita una persona o familia que alquila para no ser pobre. La Canasta Básica del Indec no tiene en cuenta los gastos de alquiler y expensas, pero en Argentina, según el último censo, el 21 % de las personas no son propietarias (número que asciende al 36 % en CABA).
La Canasta Inquilina se realizó con base en la Canasta Básica Total que hizo el Indec para junio 2024 y la Encuesta Nacional Inquilina que realiza la agrupación. Los resultados fueron que una persona adulta que alquila necesita $649.556 por mes para no ser pobre; una pareja, $1.052.947; y una familia de cuatro integrantes, $1.507.276.
Inquilinos Agrupados se encarga de recolectar información acerca de los precios de los alquileres en todo el país, la letra chica de las leyes y las distintas situaciones de injusticia. La diferencia con la Canasta Inquilina que realiza el Indec es muy alta, ya que los alquileres suelen representar un porcentaje elevado del sueldo de un inquilino. Mientras una persona adulta que no alquila necesitaría en junio $282.579 para no ser pobre, una que alquila precisa más del doble.
“Lanzamos la #CanastaInquilina porque somos 10 millones de inquilinos/as que pagamos alquileres que representan el gasto más importante del hogar, mientras el INDEC lo invisibiliza para que no se le dispare el % de pobreza“, escribió la organización en su cuenta de X.
Entre otros datos que publica la agrupación, hace unos días resaltó los aumentos de junio que publicó el Indec: la inflación general se marcó en un 4,6 %, pero los alquileres, servicios y combustibles aumentaron un 14,3 % solo en un mes.
A finales del año pasado, el decreto 70/2023 del Gobierno de Javier Milei modificó la última Ley de Alquileres y cambiaron las reglas para todos los contratos que se firman a partir del 29 de diciembre de 2023. Entre los ítems más importantes, se eliminaron los plazos mínimos de contrato, se puede actualizar el precio con la frecuencia y el índice que quiera el dueño, y se puede alquilar en cualquier moneda.
En la última Ley de Alquileres, el plazo del contrato era de tres años y el valor se actualizaba cada un año por inflación. En la Ley anterior a esta, el plazo era de dos años y los aumentos eran cada seis meses, fijados previamente en el contrato.