¿Querés saber cómo podés participar de esta campaña del mes?
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- Leé sobre las experiencias y elegí una o varias de las que quieras participar.
- Escribile al WhatsApp del emprendedor para visitar su pueblo
- Contanos a cuál de las propuestas que te dejamos desde RED/ACCIÓN te sumaste y cómo fue tu experiencia.
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El noroeste de nuestro país, es sabido, cuenta con una enorme riqueza turística. Sin embargo, en esa región de la Argentina se puede hacer mucho más que apreciar paisajes naturales encantadores o degustar su gastronomía. El NOA también tiene abierta la puerta para que los turistas vivan una experiencia distinta para las vacaciones: la de sumergirse en la cultura de los pueblos originarios y aprender de su modo de ver el mundo.
En la región existen varios emprendedores, nucleados en el proyecto Pueblos Originales, que abren las puertas de sus casas o fincas, de sus cocinas y talleres de artesanías. Todo para que quienes los visitan desde las ciudades vivan una experiencia genuina.
En síntesis, visitar a estos emprendedores y vivir estas experiencias es una forma distinta de hacer turismo. Y de percibir lo que llaman “un mensaje fuerte de transformación y esperanza entre argentinos”. Por eso, este mes queremos acercarte 6 propuestas turísticas con pueblos originarios:
Conocé la riqueza de la cocina de Celestina
Celestina Ábalos es una emprendedora que vive en Tumbaya, en la provincia de Jujuy. Esta mujer kolla, activista por los derechos de los pueblos originarios (luchó por su reconocimiento, por ejemplo, en la última reforma de la Constitución) se define como “amante de la cocina norteña”. Y, mediante dos experiencias distintas, nos invita a conocer su casa y “el lugar donde la magia sucede”: su acogedora cocina.
En la “ceremonia de té”, Celestina, además de un paseo por el pueblo, nos invita a preparar con ella dulces propios de la zona y degustarlos en una merienda. También se aprende sobre el uso de hierbas medicinales (se puede degustar algún té). La jornada finaliza con otra invitación a conocer algo más de su vida y su hogar: en su patio se comparte la ceremonia del sahumado, una tradición ancestral para “dar gracias a la Pacha y renovar las energías”.
Otra opción es compartir una cena. De nuevo, en esta experiencia quien la visita también participa de la elaboración del plato típico del norte argentino. Se trata, claro, de algo más que una comida, sino de un encuentro y de conocer la riqueza culinaria de la zona. Y el profundo trasfondo cultural y espiritual que tiene.
Compartí una jornada en la Finca Flores
El Moreno es una pequeña localidad ubicada a menos de 30 kilómetros de las Salinas Grandes jujeñas. Allí viven en una finca Clemente Flores y su familia. Una familia de artesanos que abren las puertas de su hogar para vivir de cerca cómo es su día a día.
La experiencia (que dura entre 8 y 9 horas) comienza con un paseo por las Salinas Grandes para luego ir a la finca. “Es un lugar donde se pastorea llama, se convive con la naturaleza. Se ve cómo se produce la artesanía local”, cuenta Clemente. Dice que su esposa, Flora, “siempre cuenta cómo se administra el silencio en la finca. Cómo se percibe así la naturaleza, algo que no se vive en otros lados. La gente disfruta de estar en un entorno tan distinto al del ruido de la ciudad”.
La jornada incluye acompañar a quien pastorea las llamas y escuchar las vivencias y saberes de esta actividad ancestral. También conocer cómo es el proceso de esquilar y luego tejer las artesanías. “Mostramos nuestro tejido y el teñido natural que hacemos con los yuyos del campo, les enseñamos el valor que tiene el tejido”, acota Yanina, otra de las integrantes de la familia Flores.
Como es propio de las experiencias en Pueblos Originales, quien visita también está invitado a participar, tanto en la confección de artesanías como en la preparación de la comida que se comparte.
Acompañá a René en un recorrido por una cultura milenaria
René Calpanchay es un activista por los derechos de las comunidades indígenas y uno de los creadores de Pueblos Originales (de él contamos en este especial de voluntarios). Él es quien guía al turista en dos experiencias que ofrece la plataforma.
Una de ellas es un recorrido de día completo por la Puna Salada, que incluye un trekking liviano y la contemplación de paisajes impactantes. Pero la jornada ofrece mucho más que las vistas. “No solo se muestran paisajes, sino compartir con comunidades locales. Para tratar temas que no tienen que ver con el conocimiento, sino con el sentir, con la experiencia, la administración de 14.000 años de herencia cultural. Eso ha permitido tener conversaciones valientes con la gente que nos visita. Esto ha sido muy emotivo. El hermano o hermana que nos visita se lleva una buena nueva, porque cada uno aporta a lo colectivo en los tiempos que vivimos”, reflexiona René.
La otra experiencia que ofrece (también de día completo) es la de conocer las Serranías del Hornocal y su cosmovisión. Algo que comparte la misma filosofía que en el caso de la Puna: conocer la cultura milenaria. Pero, en este caso, con la compañía de un/a líder indígena, que contará sobre su cosmovisión, espiritualidad y organización.
Aprendé a hacer una pieza única de artesanía local con Maby
Maribel López es una ceramista de Purmamarca. Y ella llama una “experiencia de cultura viva” el taller de artesanías que ofrece para turistas.
“Te invito a realizar una pieza única, hecha con tus propias manos, empleando técnicas ancestrales”, dice Maby. La experiencia incluye todos los materiales necesarios y vivenciar el proceso de preparación de la arcilla. Al final de la actividad se comparten algunos alimentos propios de la zona (como choclo con queso de cabra, pelones o tortillas “a la brava”).
“Es una experiencia única porque empleamos materia prima del lugar, mostrando y narrando todo, desde su extracción y todo el proceso de su preparación hasta la obtención lista de la arcilla para la realización de la pieza”.
Vivenciá junto con Balbín la devoción a la Madre Tierra
Balbín Aguayso es de origen diaguita. Es docente y fundador de la escuela Amauta-Eco y del Museo de Amaicha del Valle de Tucumán, que buscan revalorizar la historia y cultura de la zona. Y, como otra forma de compartir sus saberes, invita a participar en un ritual dedicado a la Madre Tierra. “Nuestra Pachamama”, la llama.
La experiencia consiste en recrear el ritual que, en rigor, corresponde a cada 1 de agosto, cuando se venera a la Pachamama ofreciéndole los frutos de la cosecha. “Buscamos que se produzca un encuentro con la naturaleza que lleve sanación”, resume Balbín. “Queremos transmitir lo que nos legaron nuestros abuelos: que al cuidar la tierra le estamos dejando algo a las generaciones futuras”, explica.
Balbín, a su vez, relaciona la ceremonia de la Pachamama con cuestiones profundas: el perdón, el encuentro con el otro y la amistad.
En el contexto de esta experiencia, ofrece hospedaje en la posada con la que cuenta en su casa. “Tratamos de generar hermandad. Cuando uno es aceptado, bienvenido. Cuando conversamos a corazón abierto podemos encontrarnos con el otro y hacer una amistad. Podría hablarte días enteros con gente de otros lugares, de otros países, que vienen a visitarnos y con quienes seguimos en contacto”, dice.
Compartí con Wara el sueño de la hermandad entre culturas
Wara Calpanchay, de 17 años e hija de René, es quien invita a una experiencia ligada a la música local. Se trata de un recorrido de una hora y media que ella realiza junto a turistas que participan de alguna de las experiencias señaladas (por ejemplo, por Salinas Grandes u Hornacal) y que finaliza con un concierto de música folklórica en el que ella canta.
“Desde que llegamos hasta que nos vamos nos encontramos conectados con el viento que nos rodea. Entablamos con el turista conversaciones sobre ambiente, educación, cultura, historias. Aporto mi mirada de joven indígena que crece en un mundo muy distinto al de mis abuelos, uno que es moderno y tecnológico”, cuenta.
Allí, señala, está el valor diferencial de esta experiencia: el de unir dos mundos. “Los adultos de las comunidades indígenas y adultos occidentales estuvieron separados por más de 500 años y ahí se sembraron injusticias, racismo, violencia. Pero también soñaron unión e interculturalidad”.
Y en esto también aporta la música, con el concierto final que, en 40 minutos, incluye canciones que hablan sobre la naturaleza, la tierra, el amor, la pérdida de un familiar o la alegría.
Estas seis experiencias están nucleadas por Pueblos Originales, un proyecto sociocomunitario cuyo eje es la interculturalidad. Desde su sitio se pueden contratar los distintos servicios (en esta nota te contábamos cómo funciona).
Según explican desde Pueblos Originales, las experiencias que ofrecen son inmersivas (los viajeros se compenetran), únicas, participativas (se ofrece al turista un rol activo) y auténticas (las personas y situaciones se muestran tal como son).
La organización, que crece mediante alianzas estratégicas con entidades públicas, empresas y ONG (como la Fundación Red Comunidades Rurales), busca "conectar viajeros con comunidades locales, actuando como un puente entre mundos separados hace casi 500 años”, tal como cuentan entre sus objetivos. Además, las actividades generan oportunidades económicas sustentables a los emprendedores, lo que los ayuda a cuidar y proteger su cultura milenaria.
También podés escribir a Pueblos Originales para cocrear una experiencia a medida.