Cambiar la narrativa: historias de personas migrantes que impulsan soluciones en sus comunidades - RED/ACCIÓN

Cambiar la narrativa: historias de personas migrantes que impulsan soluciones en sus comunidades

 Una iniciativa de Dircoms + INFOMEDIA

Ashoka lanza un corto que retrata las historias de personas que impulsan soluciones para mejorar la calidad de vida de migrantes.

Cambiar la narrativa: historias de personas migrantes que impulsan soluciones en sus comunidades

Manu Mireles nació en un barrio popular en Caracas, Venezuela. Hace 14 años, migró a Argentina para estudiar. “Llegué y me encontré a mí misma”, señala.

Mireles es activista trans no binarie, secretaria general y parte del equipo fundador de la Asociación Civil Mocha Celis, primer bachillerato Trans de la Argentina, e investigadora y docente en la Universidad de Buenos Aires. Es licenciada en Ciencias de la Educación, Magister en Políticas y Administración de la Educación y doctoranda en Educación, Políticas Públicas y Derechos Humanos.

“Argentina es un país que me abrió las puertas para ser yo misma. Para crecer personal, profesional y académicamente. Me encontré plena en los espacios de activismo. Acá, promuevo el cambio en mi comunidad todos los días, en todo momento. Busco garantizar los derechos de las personas LGBTIQ+, especialmente del colectivo travesti-trans”, cuenta.

Habitualmente, en el discurso público, se habla de las personas migrantes como un problema. Sin embargo, un ejemplo como el de Mireles muestra cómo en realidad son parte de la solución.

Manu Mireles es venezolana y activista trans no binarie.

“Yo comencé a activar en el Mocha Celis, que es un espacio que abraza, contiene y acompaña las vivencias de personas travesti-trans y no binarias. La organización me abrió las alas y allí empecé a expresarme creativamente y a ser quien quería ser. Los lugares de dónde venimos han sido particularmente violentos con nosotres, por eso poder pensarme como agente de cambio es muy importante”, expresa Mireles.

Según la activista, cuando se habla de migración se suele reproducir un montón de estereotipos: “Muchas veces, se considera que algunos movimientos migratorios son más valiosos que otros. También, se piensa que las personas vienen al país a quitar los puestos de trabajo. Es importante comprender que la movilidad humana es constitutiva de la historia de la humanidad. Las personas migrantes aportamos un gran valor y riqueza a la dinamización de la cultura, a los procesos de crecimiento social y a profundización de la democracia”.

Ashoka Cono Sur lanza un corto que retrata las historias de cuatro personas que impulsan soluciones innovadoras para mejorar la calidad de vida de los migrantes y que están transformando la manera en la que se habla del fenómeno. El caso de Mireles está incluido.

Ashoka es una organización que potencia emprendedores sociales innovadores con visión de cambio sistémico, que trabajan para resolver los problemas sociales más urgentes, y a la vez construye y activa redes para promover espacios donde todas las personas puedan desarrollarse.

HAC-K: Hackeando Narrativas es el nombre del film, que tiene sus orígenes en un objetivo claro: cambiar esa narrativa establecida. Se busca generar espacios de empatía como base para posibilitar conversaciones, inspiración e ideación de acciones vinculadas a las personas migrantes como agentes de cambio en sus contextos de influencia. El ciclo cuenta con un micrositio donde se encuentran disponibles el documental con las historias de Laura Herrera, Nengumbi Sukama, Manu Mireles y Julieta Casó.

Laura Herrera es colombiana, tiene 32 años y en 2019 migró a Argentina. Hace más de seis años trabaja con personas migrantes y refugiadas. Actualmente coordina la oficina del Servicio Jesuita Migrante (SJM) en Buenos Aires. El proyecto “Soy Refugio” de SJM fue seleccionado en Hola América, una iniciativa de Ashoka y la consultora chilena 2811 que busca fortalecer el ecosistema y acelerar proyectos innovadores que den solución a desafíos que enfrentan las comunidades migrantes en América Latina. El proyecto consiste en un espacio para mujeres migrantes que permite formarse, crear y comercializar sus productos.

HOLA América tiene sus orígenes en el marco de la iniciativa de Ashoka Europa creada en el año 2016 bajo el nombre Hello Europe. Tras su éxito en más de 15 países de aquel continente, desde Ashoka Cono Sur, junto a la comunidad migrante local, se co-creó HOLA Argentina en 2020 y desde el año pasado, la oficina local de Ashoka trabaja para su expansión en Latinoamérica. Son tres los pilares fundamentales que HOLA América busca trabajar: El fortalecimiento del ecosistema de actores relevantes en migración; la identificación y aceleración de innovaciones sociales con impacto en población migrante; y la colaboración con un cambio de narrativas en relación al fenómeno de la migración.

Julieta Casó Besada es venezolana e hija de padres argentinos. Migró de Venezuela a Argentina en enero de 2019. Ella es socióloga y psicóloga social. Creó Guáramo para estar en contacto con la profesión y poder aportar algo a Venezuela. El proyecto se basa en la idea de que el trabajo no es solo una fuente de ingresos, sino también una forma de desarrollo personal y de inserción social. Como desde esta iniciativa se verificó que el 87% de los migrantes venezolanos viven en CABA y Provincia de Buenos Aires, buscan abrir posibilidades de trabajo en el interior del país.

El gran compromiso de vida de Nengumbi Sukama es la defensa por los derechos humanos. Él es fundador y director Ejecutivo del Instituto Argentino para la Igualdad, Diversidad y Integración (IARPIDI), presidente de la Asociación de Congoleños de Argentina, coordinador de la Comisión de Inclusión Social de la Red Argentino Americano para el Liderazgo (REAL) y co-fundador de la Red Nacional de Líderes Migrantes en Argentina. Además, es licenciado en administración de empresas y cuenta con una especialización en estudios afrolatinos, americanos y caribeños. Nació en República Democrática del Congo, pero tuvo que migrar a Argentina en agosto de 1996 como consecuencia de la persecución política.

Nengumbi Sukama migró a Argentina en 1996.

Para él, es un gran logro que hoy se reconozca a nivel gubernamental que existe un racismo estructural en Argentina.  A través de las organizaciones en las que trabaja su objetivo es ser interlocutor y defensor de migrantes ante las autoridades migratorias. Señala: “El país reconoce legalmente que migrar es un derecho humano y se compromete a garantizarlo. Es la responsabilidad de autoridades cumplir con esa ley”.