En junio, el Departamento de Agricultura de Estados Unidos aprobó la comercialización de la carne cultivada en laboratorio, convirtiendo al país en el segundo del mundo en llevar este producto al mercado después de Singapur. El hito beneficia, en especial, a dos empresas: UPSIDE Foods y GOOD Meat. Por ahora, los alimentos llamados artificiales no están ampliamente disponibles, pero se espera que la producción aumente tras la luz verde del ente regulador. De hecho, ya se están construyendo plantas de producción específicas.
¿Qué es la carne cultivada?
El diferencial es que no se trata de otro sustituto de la carne a base de plantas, como las hamburguesas de marcas como Impossible o Beyond, sino “algo que parece mucho más cercano a la ciencia ficción: carne real cultivada a partir de células animales”, describe The New York Times (NYT).
Es decir, se toma una biopsia de un animal, se nutren las células con nutrientes para que se multipliquen y diferencien entre músculo o grasa, y se crean las condiciones para que se unan en fibras, explica un artículo en Nature. Y NYT agrega: “Comienza con células madre de una biopsia animal, un óvulo o incluso una pluma que se multiplica rápidamente en un tanque de acero inoxidable llamado biorreactor o cultivador. Las células se alimentan de un caldo complejo que contiene nutrientes como carbohidratos y aminoácidos, y algún tipo de factor de crecimiento, para convertirse en músculo, grasa o tejido conectivo. El sabor y la nutrición dependen de la selección de células y el caldo en el que crecen”.
¿Cuándo estará disponible la carne cultivada?
Hace unos 10 años sólo unos pocos investigadores analizaban el potencial de la carne hecha en laboratorio. Pero, ahora, estos productos están mucho más cerca del mercado. Nature informó que más de 150 empresas de todo el mundo están trabajando en este alimento, desde carne molida hasta bifes, pollo, cerdo, pescado, leche y hasta cuero.
¿Cuál sería el beneficio para el ambiente?
A nivel mundial, 80.000 millones de animales mueren para alimentar a la humanidad, según un informe de las Naciones Unidas y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos. Además, los organismos predicen que la demanda mundial de carne aumentará un 15 % para 2031.
Los defensores de este enfoque dicen que la carne cultivada reducirá los impactos negativos de la producción de carne, ya que la cría de ganado utiliza grandes cantidades de tierra y representa alrededor del 15 % de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero. “Hay beneficios muy obvios en términos de uso de la tierra e impactos relacionados con la biodiversidad. Es simplemente una forma más eficiente de producir carne”, dijo a Nature Pelle Sinke, ecologista de la consultora sin fines de lucro CE Delft en Países Bajos.
Por otro lado, Marco Springmann, investigador de sistemas alimentarios de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres, colaborador en un libro del Foro Económico Mundial de 2019 sobre proteínas alternativas, opinó: “Creo que es una mala idea para la salud, para la seguridad alimentaria y, de momento, también para el ambiente”.
En particular, el punto preocupante es el uso de energía. Según calculó Nature, para 2030 la fabricación de carne cultivada aún podría requerir alrededor de un 60 % más de energía por kilogramo que la producción de carne de res, aunque podría revertirse el porcentaje si llegara a provenir de fuentes renovables.
¿Hay beneficios para la salud?
El consumo de carne roja y, principalmente, la procesada se ha relacionado con enfermedades cardíacas, diabetes y cáncer en la investigación científica. Por otro lado, las granjas de pollos propagan virus como la gripe aviar y pueden promover la resistencia a los antibióticos.
Aunque se podrían producir productos que sean nutricionalmente equivalentes o incluso mejores que la carne convencional, muchos de los problemas de salud perjudiciales de la carne roja persistirán, señaló Springmann: “Es muy poco probable que esto sea mucho más saludable, si en algún caso lo es”.
Al respecto, la FAO señala que la carne cultivada deberá estar sujeta a límites de bacterias dañinas, alérgenos, antibióticos sobrantes, hormonas de crecimiento y otros factores, al igual que con otros alimentos industriales.