La Organización Mundial de la Salud (OMS), el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y, en España, la Iniciativa para la Humanización de la Asistencia al Nacimiento y la Lactancia (IHAN) recomiendan que los recién nacidos comiencen la lactancia en la primera hora después del parto y sean alimentados exclusivamente con leche materna durante los primeros seis meses de vida. También aconsejan que el amamantamiento se prolongue hasta los dos años o más, complementariamente con otros alimentos.
Sus beneficios repercuten tanto en los bebés como en las madres: favorece la recuperación posparto, fortalece el vínculo emocional y reduce el riesgo de cáncer de mama y ovario.
Desde el punto de vista de la sociedad y de la salud pública no solo ayuda a reducir los costos sanitarios, sino que contribuye positivamente al medio ambiente al disminuir los residuos de envases de fórmula.
La OMS tiene como objetivo aumentar la tasa de lactancia exclusiva durante esos primeros seis meses hasta alcanzar al menos el 50 % para el año 2025. Y dentro de esta estrategia son esenciales los bancos de leche materna.
Estas instituciones abastecen de leche materna donada a recién nacidos prematuros o con bajo peso cuando no pueden proporcionársela sus madres, asegurando la nutrición completa, la protección inmunológica y el correcto desarrollo cognitivo de los pequeños.
Todo empezó en Viena
La figura de los bancos de leche materna es relativamente reciente. A principios del siglo XX, algunos especialistas de Estados Unidos y Europa occidental propusieron su creación para niños enfermos o que carecían de leche materna. El pediatra Ernst Mayerhofer (1877-1957) y el bioquímico Ernst August Pribram (1879-1940) inauguraron el primero en 1909: un “centro para el suministro de leche humana” en el departamento infantil del hospital Franz Joseph de Viena.
El segundo banco fue establecido un año después en Boston por Fritz Bradley Talbot. Talbot, que era médico visitante en el Massachusetts Infant Asylum, tenía problemas para encontrar nodrizas a corto plazo. Como solución, creó un directorio que conectara a esas nodrizas con familias necesitadas. Además, organizó un servicio de recogida de leche materna en el Boston Floating Hospital, innovación que se fue extendiendo por Estados Unidos como una estrategia clave de la salud pública materno-infantil.
En Alemania, la pediatra Marie Elise Kayser (1885-1950) es ampliamente reconocida como la pionera de centros de recogida en ese país. En este caso, la idea se gestó cuando, al amamantar a su hijo, Kayser notó un exceso notable de leche. En 1919 estableció su primer centro en el hospital Altstadt de Magdeburgo. Posteriormente, trasladó su residencia junto a su familia a la ciudad de Erfurt, donde pudo continuar y expandir el trabajo que había iniciado en Magdeburgo.
En las últimas décadas, una de las herramientas más importantes en este campo ha sido la Red Global de Bancos de Leche Humana. Con sede en la Fundación Oswaldo Cruz, en Brasil, integra a más de 20 países de América Latina, la península ibérica y los países africanos de habla portuguesa. Su misión es promover una política pública internacional que proteja y apoye la lactancia materna.
Un caso particular: el primer banco de leche materna en Perú
En 2010, un grupo de investigadores del Instituto Nacional Materno Perinatal, en Lima (Perú), y de la Universidad de Valencia, en España, nos reunimos para coordinar, con el beneplácito del Ministro de Salud peruano, Óscar Ugarte Ubilluz, la creación del primer banco de leche materna en el citado instituto. Esta ubicación fue seleccionada porque es la mayor maternidad de Perú y la tercera de Latinoamérica. Además, está nominada como Hospital Amigo del Niño por la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y UNICEF.
Durante más de un año y medio se habilitaron las instalaciones, se compró el equipamiento y se formó y capacitó al personal sanitario. En 2012, el Instituto recibió el Premio a la Gestión de Proyectos de Mejora en la categoría Sector Público por ese trabajo. Además, en 2022 empezó a funcionar la primera unidad móvil de recogida de leche materna en todo el país, que es recibida, analizada y almacenada en el banco hasta su utilización.
Desde 2010 se han recolectado más de 35 000 litros de leche a través de 11 000 donantes y se han suministrado a más de 18 000 bebés prematuros. La Cátedra Unesco de Estudios sobre el Desarrollo de la Universidad de Valencia decidió contar esta historia con un documental, que lleva el título de Ñuñuyachiy: Amamantar con afecto y cariño y actualmente suma más de 3 000 visitas en internet.
Además, la película ha recibido hasta la fecha 60 premios nacionales e internacionales, incluyendo el Premio Manuel Castillo, el World Film Festival en Cannes, el Five Continents International Film Festival de Venezuela o el London Independent Film Awards.
Seguimos trabajando en el país alimentando los sueños y la vida de las madres y bebés peruanos.
ÑUÑUYACHIY: BREASTFEEDING WITH AFFECTION AND CARE from Jose Miguel Soriano del Castillo on Vimeo.
Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.