El 1 de septiembre de 2022, un hombre gatilló a centímetros de la cabeza de Cristina Fernández de Kirchner mientras ella saludaba a simpatizantes en la puerta de su casa. La bala no salió y el atacante fue rápidamente detenido.
Fernando Sabag Montiel, el acusado de intentar asesinar a la entonces vicepresidenta, Brenda Uliarte, su ex novia y señalada como coautora, y Nicolás Carrizo, el jefe de ambos y acusado como participante secundario, comenzaron a ser juzgados casi un año y nueve meses del hecho.
Durante la primera audiencia del juicio oral y público, el miércoles 26 de junio, Sabag Montiel ratificó su intención de matar a la ex presidenta y aclaró, "Brenda quería que muera, ella quería ser más una espectadora del momento".
El miércoles siguiente, en la segunda jornada de juicio, Brenda Uliarte comenzó a declarar pero luego de algunas preguntas se arrepintió y pidió suspender su testimonio. Esta parte de la audiencia no se transmitió por el canal de YouTube del Tribunal Oral en lo Criminal Federal N°6 porque no funcionaba. De acuerdo a lo que relata el sitio Infobae, después de una breve y confusa declaración, Uliarte pidió “no más preguntas” a la jueza y, ante la reacción de la magistrada, argumentó, “No me siento en condiciones de declarar”.
Por su parte, Carrizo, se quebró durante su declaración y pidió disculpas, “le quiero pedir perdón a la señora Kirchner”. Además, aseguró que no tuvo “nada que ver” y se excusó en que “uno habla en redes de quien sea, pero no pensé que iba a terminar involucrado en esto”.
Se espera que el juicio dure al menos un año y declaren unos 270 testigos, incluida Cristina Fernández de Kirchner, quien sostiene que hay una conexión política en el ataque. Este aspecto fue minimizado durante la instrucción a cargo de la jueza María Eugenia Capuchetti que, finalmente descartó vinculaciones políticas o económicas detrás del intento de asesinato de la ex primera mandataria.