¿Somos todos avariciosos?
En el quinto círculo del Purgatorio de Dante, los avariciosos, incluidos dos papas y otros personajes históricos y bíblicos, purgan sus culpas postrados en el polvo, castigados por su apego a bienes materiales. La avaricia, tanto en la literatura como en la vida real, se ejemplifica con figuras como Midas, Scrooge y Paul Getty. Aunque se cuestiona la ética de los grandes empresarios, muchos directivos son honrados y buscan mejorar y aprender de sus errores.