La inteligencia emocional, asignatura pendiente para mejorar la reinserción social de los presos
La privación de libertad está asociada a un déficit en competencias emocionales y sociales, lo que aumenta el riesgo de reincidencia delictiva. Los programas socioeducativos en centros penitenciarios, incluidos los cognitivo-conductuales, buscan desarrollar habilidades sociales, inteligencia emocional y autoestima de los reclusos para mejorar su interacción social y reducir comportamientos antisociales.