En un escenario atado al crecimiento de Vaca Muerta y a las obras de transporte proyectadas, anticipan que, a partir de 2025, Argentina no necesitaría importar más gas para abastecer la demanda local. Se terminarían las compras de GNL y de Bolivia, aunque quedaría un remanente de envíos de combustibles líquidos para la generación.
La semana pasada, y después de una espera más larga de lo esperada, el gasoducto Néstor Kirchner entró finalmente en operaciones con capacidad para transportar hasta 11 millones de metros cúbicos por día (MMm3/d).
Esta obra es clave para el abastecimiento de gas natural y fundamental para la proyección de eliminar las importaciones de gas para 2025 (ver adelante), que plantearon desde la consultora especializada en el sector, Economía y Energía (E&E), que lidera Nicolás Arceo.
“El autoabastecimiento de gas natural depende fuertemente de la habilitación de las obras de expansión del sistema de transporte”, aclaran desde la consultora.
Y advierten que, de no avanzarse con las obras en los plazos considerados, se requerirán importaciones adicionales por 2.295 millones de dólares, entre 2025 y 2025.
Importación de gas: qué debe pasar para dejar de comprar en 2025
Como primer punto de esta ambiciosa proyección, desde la consultora asumen que la disponibilidad de gas natural local está determinada por la capacidad de transporte desde la Cuenca Neuquina.
Se contempla el ingreso de 11 MMm3/d a partir de agosto de 2023, de la mano del caño que entró en operaciones la semana pasada, y un adicional de 10 MMm3/d a partir de 2024, por las plantas compresoras que se sumarán.
A su vez, se prevé que el segundo tramo del gasoducto Néstor Kirchner, que va desde Salliqueló (Buenos Aires) hasta San Jerónimo (Santa Fe) estará finalizado en enero de 2025. De esta manera, se determina una capacidad total de transporte incremental de 44 MMm3/d.
En paralelo, se considera la reversión total del gasoducto Norte a partir del primer mes de 2025, con el freno total de las compras a Bolivia que, además de registrar un fuerte declino de la producción, desde el país vecino buscarían terminar el contrato en diciembre de 2024.
“La segunda etapa del gasoducto Néstor Kirchner adicionaría una capacidad de 22 MMm3/d desde Cuenca Neuquina, mientras que la reversión del gasoducto Norte permitiría reemplazar las importaciones de gas boliviano”, agregan desde E&E.
Importación de gas: el precio comenzaría a bajar en 2023
Tras el tormentoso 2022 que se atravesó a nivel mundial en cuanto a los precios de la energía, este año se prevé una reducción del 21% interanual, en el costo del gas natural para abastecer la demanda local (sin contar usinas). Esto se lograría de la mano de una caída en el costo de la importación de GNL (que pudo ser mayor), junto con un aumento en la disponibilidad de gas natural local en el segundo semestre.
En 2024, la ampliación de la capacidad de transporte de gas natural desde la Cuenca Neuquina reduciría el requerimiento de importación de GNL y, por lo tanto, el costo de abastecimiento local volvería a caer. “Desde 2025 no se requerirían importaciones, en consecuencia, el costo de abastecimiento se ubicaría en los valores del plan gas”, concluyeron.