Opinión Pública Internacional sobre Cambio Climático es el título (o en su versión en inglés International Public Opinion on Climate Change) del reporte publicado esta semana por el Programa de Yale sobre la Comunicación en Cambio Climático. En un trabajo realizado en conjunto con Facebook en el que se hizo una encuesta de la que participaron 76.328 usuarios de la red social de 31 países (entre los que se encuentran Argentina, Brasil, Colombia, Costa Rica y México) y territorios alrededor del mundo, con un objetivo: conocer e investigar el conocimiento, las actitudes, las percepciones, las preferencias de políticas y el comportamiento del público en cuestión respecto del cambio climático.
Más allá de las barras de colores, los porcentajes, las comparativas entre países, siempre me parece interesante profundizar en las investigaciones con sus protagonistas. Por ello es que conversé con Anthony Leiserowitz, investigador principal del reporte que dejó la encuesta global y fundador y director del Programa de Yale sobre Comunicación en Cambio Climático (Yale Program on Climate Change Communication).
—¿Cuáles considera que fueron los principales hallazgos de la investigación?
—Uno de los principales resultados es que todavía hay muchas personas en todo el mundo, especialmente en el mundo en desarrollo, que nunca han oído hablar del cambio climático, saben poco o nada al respecto. Eso no significa que no estén al tanto de los cambios en sus climas locales, lo están. Pero lo que les falta es el concepto de cambio climático para darles sentido y, lo que es más importante, les falta el concepto para informar sus decisiones futuras. La segunda gran conclusión es que las personas en el mundo desarrollado no perciben al cambio climático como un gran riesgo. Son conscientes de él pero aún lo consideran distante en el tiempo (futuras generaciones) y en el espacio (le afectará al oso polar). No obstante, hay un apoyo abrumador para que los Gobiernos tomen medidas. En todas partes, la gente quiere más energía limpia en el futuro, consideran que debería ser una prioridad. Pero lo que falta es una demanda pública para actuar. No es porque la mayoría del público comience a marchar por las calles. Es un pequeño grupo de personas que sienten tanta pasión por el tema que deciden alzar la voz, convertirse en ciudadanos activos y organizarse, unirse a grupos y exigir acciones a políticos y a los líderes empresariales. La última pregunta de la encuesta es sobre si se unirían a una campaña ciudadana para exigir acción y descubrimos que hay cientos de personas en el mundo dispuestas a hacerlo, pero nunca han sido invitadas a ello.
—En el reporte se puede ver que los consultados necesitan mucha información. Al mismo tiempo, mientras están muy seguros de cómo el cambio climático impactará en las futuras generaciones, no lo están sobre el impacto a ellos como individuos. Obvio que se necesita generar más cantidad de información, ¿el desafío está en la calidad de la información que les llega?
—Creo que es una cuestión de cantidad y calidad. Me centraré en la cantidad. La calidad es muy importante. Lo que decimos, cuáles son los mensajes, cómo lo hacemos, son muy importantes. Lo que a menudo se pasa por alto es que, como vemos hoy, hay miles de historias sobre la ola de calor, pero no mencionan al cambio climático. Estudio el cambio climático todos los días, probablemente tú veas muchas historias sobre el cambio climático, pero eso no refleja la experiencia promedio de los argentinos o estadounidenses. Nunca o casi nunca se enteran de ello. Vemos eso en Estados Unidos: la gran mayoría de las personas dicen que escuchan sobre esto una vez al mes o con menos frecuencia. Si una persona no se entera, literalmente pierde el problema de vista y de la mente. Por eso una de nuestras mayores recomendaciones es que uno de los primeros pasos de cada país o de cualquier sociedad o de cada comunidad es hablar de ello. No es que una charla sustituya a la acción. Por supuesto que no. Pero hablar del cambio climático es una condición previa necesaria para la acción. Porque si nadie habla de ello, entonces qué importante puede ser. Todos hablamos de los temas que nuestros países consideran importantes, como la actual pandemia. La calidad de la comunicación dependerá totalmente de la audiencia a la que se quiera llegar y hay diferentes públicos en cada país con los que hablar.
—¿Por qué es importante conocer la opinión de las personas sobre el cambio climático?
—La mayor fuente de incertidumbre en la proyección futura de qué tan mal se pondrá el cambio climático no es en realidad la incertidumbre sobre la ciencia. Todavía hay elementos en los que la ciencia está trabajando: ¿Qué pasará con el permafrost? ¿Qué pasará con los glaciares y el hielo de todo el mundo? Todas preguntas muy importantes, pero ninguna de ellas es tan importante como la mayor fuente de incertidumbre, que es el comportamiento humano. ¿Qué elegiremos hacer? ¿Realmente tomaremos las medidas necesarias para mantener el sistema climático? Porque lo importante que debemos recordar es que, aunque conocemos el cambio climático y a menudo hablamos de él como un problema de las ciencias naturales, en realidad es un problema humano, es un problema de la ciencia del comportamiento humano. Porque la única razón por la que tenemos el cambio climático son las decisiones y acciones humanas. La causa del cambio climático son los seres humanos y, por tanto, las soluciones del cambio climático son también los seres humanos. Como especie, estamos teniendo un impacto profundo en el planeta. Cualquier elección individual parece pequeña, y lo es en cierto punto, pero se va sumando a la escala comunitaria, nacional y global.
Podés acceder al reporte de conclusiones (en Inglés) aquí.
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Esta entrevista fue publicada originalmente en Planeta, la newsletter sobre ecología que escribe Tais Gadea Lara. Podés suscribirte en este link.
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