En el segundo piso del antiguo edificio de correos (sobre calle Sarmiento 151) está la sala inmersiva donde cada 15 minutos se renuevan los grupos que harán el recorrido por el interior de una experiencia singular y ajena -la de cinco investigadores que durante seis meses, contando desde el verano de 2022, trabajaron en el hielo recuperando patrimonio histórico-; pero también de una experiencia colectiva propia, porque es parte de la historia un país: la de la presencia argentina en ese continente desde 1902, la del compromiso científico y las expediciones legendarias.
¿Qué se ve en la sala? Las filmaciones que hizo en su tiempo libre Teo Salvarrey (Buenos Aires, 1996), un joven docente de Sociología para historiadores y miembro del Archivo Histórico de Cancillería que formó parte de la expedición enviada por el Instituto Antártico Argentino para trabajar cuestiones de patrimonio en el Refugio Suecia del Cerro Nevado, donde invernó el primer argentino que hizo ciencia en la Antártida, José María Sobral.
"Como con el cambio climático el terreno se está descomponiendo y los objetos históricos salen a superficie (botellas, zapatos, balas, huesos de los perros de la exploración original) mi trabajo en fue hacer un poco de conservación, limpieza, descripción e inventariado de estos objetos que fuimos separando en la campaña Antártica de Verano 2022-2023", explica Salvarrey en diálogo con Télam.
Filmaciones todas realizadas en 2D y 360° por Salvarrey, que también incluyen, y esto fue un trabajo posterior al viaje, material de archivo, por ejemplo, del Museo del Cine de donde recuperaron un fílmico de 1953 que muestra cuando la Armada Argentina tomó posesión del Cerro Nevado luego de 50 años de abandono y fotos cedidas por Suecia.
Esto es: después del rescate épico de la expedición que integraba Sobral, que no era argentina, sino sueca, realizado por el capitán de navío Julián Irizar en el ARA Uruguay en 1902: la avanzada enviada por Suecia quedó varada y tuvo que pasar un invierno más del programado en la Antártida, con el riesgo que la implacable geografía y clima significaban para las tecnologías de principio del siglo pasado). Es también después de que Argentina fuera el primer país con presencia ininterrumpida en la Antártida, desde 1904 cuando otra misión científica se instaló en las Islas Orcadas.
Mediante una técnica de Virtual Production y animación 3D se reconstruyó el entorno antártico de manera inmersiva, como la llegada de Sobral, que atraviesa la sala y a sus visitantes. La lógica 360° permite una sensación de buceo que se intensifica al traer los sonidos de la Antártida, desde pasos sobre la nieve hasta el canto de los pájaros: "la experiencia inmersiva genera actividad en el espectador, quien desde diferentes perspectivas puede llegar a diferentes construcciones de sentido”, destaca el investigador.
Algo de eso hay en la diversidad de intereses que llevaron a Salvarrey a concentrarse en la Antártida y en esta exposición: "Mi interés por la Antártida viene de las fantasías de un niño, las novelas de aventura, las experiencias intensas", relata durante la entrevista.
"Desde muy chiquito la Antártida moldeó mi imaginario sobre lo desconocido, lo primero que recuerdo pensar sobre la Antártida es de cuando tenía cinco o seis; después viendo películas: ‘La cosa’, de John Carpenter, ‘Encuentros en el fin del mundo”, de Herzog: los buzos, el mundo subacuático y las entrevistas a científicos antárticos me fascinaban", explica.
De hecho, agrega, "parte de este proyecto inmersivo surge con la idea de hacer una película, ahora en proceso, y Herzog es un referente. No se trata solo de lanzarse a la aventura, sino también de entender".
Una experiencia documental mediada por el trabajo
"Viajé a la Antártida con la decisión de filmar en mis tiempos libres una película. La idea del proyecto inmersivo fue acercar a la ciudadanía una parte de nuestra historia que parece lejana, la de la Antártida, pero que es parte intrínseca de los argentinos", asegura. ¿Cómo hacerlo? "Mostrando la vida en un campamento antártico y su trabajo diario. Fueron 60 días en Cerro Nevado durmiendo en carpas, aislados, sin señal. Se trata de traer desde el trabajo cotidiano y todos esos objetos encontrados ecos o reminiscencias del pasado y con eso trazar un paralelismo entre lo que es la realidad histórica y el presente en el cual estamos yendo a trabajar".
"Por eso la narración y el guión oscilan entre el trabajo cotidiano, la exploración original en 1902-1903 y el rescate de Irízar con el ARA Uruguay -asegura-, como excusa para traer la historia de Argentina en Antártida, rescatando principalmente como acto de soberanía el quehacer científico, el trabajo de miles de científicas y científicos que año tras año desarrollan sus tareas en la Antártida, conociéndola, protegiéndola e investigándola"
La muestra, musicalizada por Nicolás Sorín con temas que compuso en Antártida, discute la relación entre soberanía y ciencia, "el Estado argentino es soberano no sólo por preservar el patrimonio cultural y natural -remarca Salvarrey-, también gracias al trabajo de año tras año enviando científicas y científicos que realizan producciones de primera línea a nivel internacional, eso es un acto de soberanía".
"La soberanía acá aparece desde el quehacer científico y desde la presencia argentina que garantiza todos estos trabajos año tras año", subraya.
Acto inaugural
La exhibición se inauguró hoy en el CCK con la presencia del ministro saliente de Cultura de la Nación, Tristán Bauer; del canciller saliente, Santiago Cafiero; Guillermo Carmona, secretario de Malvinas, Antártida y Atlántico Sur; Pablo Fontana miembro de la expedición e historiador del Instituto Antártico Argentino; y representantes del Comando Conjunto Antártico.
"Desde la ciencia se defiende la soberanía y también desde la cultura, por eso es muy hermoso estar inaugurando este proyecto, que mira por un lado hacia los pioneros, pero también a un presente de defensa y cuidado: no es solamente la soberanía, también se trata de cuidar esta maravilla que es la vida y que es la tierra", celebró Bauer.
"Inauguramos este espacio para que se conozca qué es la Antártida, el trabajo que se hace en ella y los recursos que guarda, porque uno ama y defiende lo que conoce -dijo a su turno Cafiero-. La experiencia de la Antártida es esencial para defender la política argentina respecto a su soberanía plena", advirtió.
Fontana destacó el “honor” de “trabajar rescatando la memoria polar argentina, ya sean campamentos como el de Cerro Nevado, la primera instalación argentina en la Antártida o incluso rompehielos como el mítico Irízar, una tarea que también llevamos adelante en el continente sudamericano a través del rescate del cine, la fotografía y la historia oral de quienes prestaron servicios en el sexto continente y que hacemos junto a instituciones como la Universidad Nacional de Tierra del Fuego".
Por su parte, Carmona remarcó la cualidad argentina como "país pionero y líder en la cooperación antártica con el resto de los países que integran el sistema del Tratado Antártico, cumpliendo cabalmente sus compromisos con la paz, la desmilitarización, el desarrollo de la investigación científica y las políticas de cuidado del ambiente antártico".