Prácticamente no hace falta explicar que estos Juegos Olímpicos serán recordados por haber visibilizado la importancia de atender la salud mental de los deportistas. O, visto desde otro ángulo, Tokio 2020 permitió entender mejor que el deporte de alto rendimiento expone a los y las atletas a situaciones de estrés y presión descomunales.
Dos ejemplos de los más destacados en la capital de Japón: la gimnasta estadounidense Simone Biles se retiró de varias competencias para priorizar su salud mental, mientras que la nadadora argentina Delfina Pignatiello borró gran parte del contenido de sus redes sociales para cuidar su salud mental. En los meses previos, la figura del tenis japonés, Naomi Osaka, fue multada por negarse a dar conferencias de prensa en Roland Garros. "No estoy cómoda hablando en público y siento una inmensa ansiedad cuando debo dirigirme a la prensa mundial", señaló entonces. Y el ex nadador norteamericano Michael Phelps transitó una depresión después de los juegos de Londres 2012.
Hablé sobre estas situaciones y la salud mental de los atletas con el psicólogo catalán Francesc Porta, que está al frente de una consultora sobre psicología del deporte y trabaja tanto con deportistas profesionales como con jóvenes deportistas en formación.
—Si pudiésemos generalizar, ¿cómo es la mente de un deportista de alto rendimiento?
—El funcionamiento de la psiquis de un deportista de élite es la misma que la de cualquier persona. La diferencia está en la manera de pensar y sentir. Porque en función de ello somos capaces de cambiar nuestras conexiones neuronales y cambiar así nuestra estructura cerebral. Los deportistas de élite optimizan al máximo estas conexiones, automatizando los movimientos técnicos más críticos para su deporte. De esta manera pueden anticiparse o maximizar/minimizar otros estímulos relevantes. Podríamos decir que son expertos en sacar el máximo rendimiento a nuestros recursos mentales.
—Entiendo que podemos hablar de una construcción psíquica. Entonces, ¿qué particularidades tiene esa construcción en un deportista de alto rendimiento?
—El proceso de desarrollo neuronal empieza desde las dos semanas de la gestación y es un proceso con diferentes etapas vitales y muy complejo. En ese camino, los primeros años de vida son fundamentales para su desarrollo. Todo el periodo de la infancia es crítico y determinará el potencial de la persona. Desde que un niño empieza a practicar un deporte ya empieza a desarrollar sus propios recursos y estrategias, por este motivo es tan importante trabajar el aspecto mental y psicológico con deportistas jóvenes.
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—¿Cuáles son los miedos, angustias o sentimientos estresantes más comunes en un deportista de alto rendimiento?
—La ansiedad precompetitiva y la incertidumbre del resultado suelen ser los miedos más comunes. El miedo a no rendir como en los entrenamientos, el no cumplir las expectativas, el no estar a la altura de lo que esperan los demás.
—Estos problemas de salud mental, ¿suelen aparecer en algunos momentos en particular? ¿En alguna edad o en determinadas competencias?
—Yo diferenciaría los típicos comportamientos estresantes del deportista de un problema de salud mental, como puede ser la ansiedad o la depresión. La clave está en la prevención y en el entrenamiento de las variables psicológicas que afectan al rendimiento deportivo. Cada deportista es diferente y afronta el estrés competitivo de manera distinta. Hay personas con más tendencia a este tipo de problemas que otras. Por eso, que el deportista se conozca y adapte las estrategias a sus necesidades es primordial.
—¿Se los puede preparar para prevenir este tipo de sentimiento vinculados a la salud mental? ¿Actualmente se los prepara?
—Sí, se puede y se debe. Introducir en el plan de entrenamiento del deportista los aspectos mentales y tratar el contexto o entorno para adaptarlo a cada nivel es la clave para no solo prevenir problemas sino también para alcanzar el máximo rendimiento. Cada vez se trabaja más y mejor pero todavía nos queda un largo camino para que la figura del psicólogo deportivo esté presente en todos los equipos técnicos deportivos, sean formativos o de alto nivel.
—En los deportistas de alto rendimiento, qué emoción es más difícil o desafiante para manejar en términos de salud mental: ¿lo que podemos entender como un gran éxito o el fracaso?
—Cuando el deportista de alto rendimiento entiende que con quien realmente compite es contra sí mismo y que su mejora diaria será su éxito es cuando empieza a trabajar en su sistema de mejora continua para alcanzar su mejor versión, sea la que fuera. En el deporte se le da demasiada importancia al ganar o perder y eso dura muy poco. Se pasa del éxito al fracaso en semanas y el deportista debe aprender a gestionar adecuadamente sus expectativas y adaptarse a las diferentes situaciones que le va a tocar vivir.
—¿Hay disciplinas que desafían más que otras la salud mental de los deportistas de alto rendimiento? ¿Cuáles y por qué?
—En general los deportes individuales requieren de más capacidad y fortaleza mental. En los deportes colectivos la responsabilidad se diluye más pero entran en juego otras variables, como el liderazgo, la cohesión o la coordinación grupal. Cada deporte tiene sus particularidades y sus exigencias mentales, unos requieren de más precisión, otros de más concentración, etcétera. Lo importante es adaptar los recursos a las diferentes necesidades del deportista y cuidar el entorno del mismo.
—¿Es equivocado pensar que el deporte de alto rendimiento es una actividad que indefectiblemente, afecta de alguna forma la salud mental (así como determinadas actividades es ineludible que afecten la salud física de quienes las practican)?
—Pienso que sí. Toda actividad que requiera de rendimiento exige de capacidades psicológicas, como hemos visto. No por estar en deporte de alto rendimiento tienes más posibilidades de tener algún problema mental. Lo que sucede es que en la práctica de cualquier actividad que exija un alto rendimiento debes cuidar y entrenar tus capacidades psicológicas, y si no lo haces, tendrás muchas posibilidades de sufrir algún desequilibrio mental.
—¿Qué podemos aprender de lo que les pasó y expresaron deportistas como Simone Biles, Naomi Osaka o Delfina Pignatiello?
—En primer lugar romper con el estigma de la salud mental: esconder estos problemas no ayuda a nadie. Estos casos son un ejemplo para muchos deportistas jóvenes. Nadie está exento de estos tipos de problemas y hay que trabajar desde la base para prevenirlos. En segundo lugar, debemos aprender que el aspecto psicológico es fundamental en el alto rendimiento y se ha de entrenar. El deporte debe poner a la psicología del deporte en el sitio que merece e invertir más recursos económicos en su desarrollo e implantación en equipos deportivos, tanto profesionales como formativos.
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