En Argentina, 7.925.280 personas alquilan un lugar para vivir, según datos del último Censo Nacional de 2022. Es decir, el 17,4% de la población no habita una casa propia y enfrenta mes a mes las dificultades de desembolsar un porcentaje cada vez más importante de sus ingresos para el pago del alquiler.
Según el informe elaborado por Inquilinos Agrupados, que revela el panorama de las personas que alquilaron durante el mes de junio en todo el país, más del 80% de las personas encuestadas manifestó estar preocupada por la situación de la vivienda y los ingresos. Además, el 63 % de los hogares inquilinos declaró estar endeudada de alguna manera; el 30% contrajo deudas para pagar el alquiler y el 15% ya fue desalojada de su vivienda por no poder realizar el pago mensual.
La Encuesta Nacional Inquilina se realizó seis meses después de la publicación del Decreto 70/2023 de Javier Milei que, entre otras modificaciones, derogó la Ley de Alquileres. Los resultados arrojaron que los contratos posteriores al DNU pagan entre un 40 % y 50 % más que aquellos enmarcados bajo la Ley de Alquileres previa y, además, registran plazos de duración más cortos y aumentos más frecuentes. El 60 % de los contratos tienen una extensión de dos años y un promedio de 7 de cada 10 inquilinos afronta aumentos de alquiler cada uno, tres o cuatro meses.
De acuerdo a los datos relevados, el alquiler de una vivienda de dos ambientes firmado previo a la vigencia del DNU, en la Ciudad de Buenos Aires, tiene un valor promedio de 209.637 pesos, mientras que otro equivalente pero acordado tras al decreto rondó los 314.455 pesos el mes pasado. En las provincias de Buenos Aires, Santa Fe y Córdoba la brecha entre contratos anteriores y posteriores a la desregulación del sector, se amplía entre el 41 % y 52 %.
En línea con este dato, casi la totalidad de los inquilinos encuestados (97,8 %) considera que los únicos beneficiados con el DNU 70/2023 y su consecuente eliminación de la Ley de Alquileres son los rentistas y el mercado inmobiliario.
Finalmente, otra problemática que registra el informe es que las dificultades para acceder a la vivienda está marcando a toda una generación de argentinos. El 41 % de las personas encuestadas declararon que sus padres tampoco tienen casa propia, mientras el 58,8 % afirmó ser hijo de propietarios.