En la Provincia de Buenos Aires, la comisión inmobiliaria en un contrato de alquiler debería ser pagada a medias entre locador y locatario pero, en la práctica, la suelen pagar los inquilinos. Es decir que cuando una persona decide alquilar una propiedad, antes de entrar tiene que desembolsar una buena cantidad de dinero para afrontar el mes de adelanto, el depósito, la comisión y todos los gastos administrativos: un equivalente a tres o cuatro meses de alquiler.
En 2017, esta realidad cambió en la Ciudad de Buenos Aires cuando la Legislatura aprobó la Ley 5.859 que fijó un tope a las comisiones inmobiliarias (de 4,15% sobre el monto total del contrato) y delegó el pago en los propietarios. También hace tiempo que es así en otras provincias como La Pampa y Río Negro y ahora, la Provincia de Buenos Aires avanza en una norma similar.
El proyecto fue presentado por el senador Francisco Durañona (Frente de Todos), pasó por la Comisión de Asuntos Constitucionales y Acuerdos del Senado bonaerense y ya está lista para ser tratada en la Cámara Alta. La normativa planea modificar la Ley de los Martilleros y Corredores Públicos para que los honorarios y gastos administrativos del contrato queden a cargo de los propietarios.
De acuerdo a la organización Inquilinos Agrupados, la medida beneficiaría a más de tres millones de ciudadanos, ya que se estima que un 20% de los bonaerenses vive en una propiedad alquilada.
El nuevo proyecto establece que el 4% de comisión inmobiliaria (sobre el valor total del contrato que dura tres años) deberá ser pagado por el propietario, como así también los costos de las certificaciones de firmas, la averiguación de informes de garantía y todos los gastos de gestoría que se realicen.
Argentina atraviesa una fuerte crisis habitacional que cada vez hace más difícil alquilar porque año tras año hay menos propiedades disponibles y los costos aumentan por encima de la inflación.
Para muchas personas, mudarse significa un gran costo económico porque, además de un flete o camión de mudanza, hay que pagar un mes de adelanto, un depósito, una comisión y si no se cuenta con garantía inmobiliaria, también un seguro de caución. Es por eso que muchas personas buscan con desesperación alquilar por dueño directo o terminan endeudándose para afrontar estos gastos.