Como cada 23 de marzo desde 1950, ayer se reconoció el Día Meteorológico Mundial con un tema que vuelve a poner al cambio climático como protagonista y a partir del cual se busca asumir un nuevo compromiso. En esta edición, profundizo al respecto y en un elemento local: funcionamiento, mejoras y desafíos futuros del sistema de alerta temprana argentino.
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"En este Día Meteorológico Mundial, reconozcamos el valor de las alertas tempranas y las medidas tempranas como herramientas fundamentales para reducir el riesgo de desastres y apoyar la adaptación al cambio climático". Las palabras del secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, recuperan mucho de lo que venimos conversando en las últimas semanas. Cuando hablamos de acción ante el cambio climático, no hablamos solo de la reducción de emisiones (mitigación) sino también de esa olvidada, pero igualmente necesaria adaptación a impactos ya presentes del cambio climático. El interrogante latente es uno: ¿nos estamos preparando para esos impactos? ¿estamos preparados hoy?
Solo se puede actuar, mejorar en la acción e incrementar su ambición si disponemos de información. Y allí es donde entra la meteorología en toda esta cuestión. Partamos de la base para profundizar en el tema que hoy nos compete, pero que nos debiera interpelar el resto del año, y de los años venideros.
- Qué es la meteorología. Es la ciencia que se ocupa del estudio de la atmósfera, sus propiedades y sus fenómenos. La referencia más popular que tenemos de los profesionales de la meteorología es que pronostican el tiempo (entendido como el estado de la atmósfera en un momento y lugar determinado), a partir de la información física, química y dinámica sobre el estado de la atmósfera, y el estudio y la comparación de mapas, datos satelitales e imágenes de radar.
Con la evidente y creciente presencia del cambio climático, los meteorólogos también analizan las tendencias a largo plazo del tiempo y del clima, y el impacto que ello puede tener en nosotros, humanos. Si quieren profundizar en la diferencia entre tiempo y clima, les recuerdo la guía sobre cambio climático.
- Por qué ayer fue el Día Meteorológico Mundial. Un 23 de marzo de 1950, el Convenio de la Organización Meteorológica Mundial (OMM) entró en vigor. Un año más tarde, la OMM fue reconocida como organismo especializado del sistema de las Naciones Unidas. ¿Cuál es el propósito de esta organización? La OMM se ocupa de coordinar las actividades de los servicios meteorológicos e hidrológicos nacionales de 193 Estados y Territorios para que puedan prestar servicios básicos en las esferas del tiempo, el clima y el agua. Además, impulsa la investigación y la formación en meteorología e hidrología.
En línea con lo anterior, otra de sus acciones clave es la de proveer de nuevas publicaciones con información que contribuya a la toma de decisiones. Tal es el caso del State of the Climate (El Estado del Clima) un informe anual que funciona como radiografía del estado del clima y de la evidencia de los cambios que en él estamos generando. Este reporte suele presentarse antes y durante las COP para servir a (o como me gusta decir: empujar a) las negociaciones climáticas.
Recuerden que en la COP26 en Glasgow tuve la oportunidad de conversar con el director de la OMM, Petteri Taalas, quien en ese entonces se mostraba expectante sobre los posibles resultados de la conferencia: "Tengo optimismo en cuanto a que vamos a escuchar noticias positivas. Pero hasta ahora no estamos en camino de lograr el objetivo de París 1,5°C". Taalas sabe que aún seguimos sin estar en el camino al 1,5°C. Y que eso se está haciendo sentir. Y por eso...
- El lema elegido: Alerta temprana y acción temprana. Cada Día Meteorológico Mundial es una oportunidad para concientizar sobre una temática asociada en pos de la acción. El tema elegido para este 2022 -que va más allá de un día- no es menos importante. Alerta temprana y acción temprana busca poner el foco en la relevancia de la información meteorológica para alertar a tiempo sobre eventos climáticos extremos a través de los sistemas de alerta temprana, actuar en función de ello y disminuir así el riesgo al que podemos quedar expuestos.
Es decir, por ejemplo, que si habrá precipitaciones intensas con riesgo de inundaciones, se alerte de forma temprana, se comunique a los distintos tomadores de decisión y se actúe, de nuevo tempranamente, de allí para abajo a la ciudadanía para que tengamos que evitar personas lastimadas o incluso fallecidas. Ahora bien, para comprender esto, tenemos que profundizar en qué entendemos por sistema de alerta temprana.
La OMM define un sistema de alerta temprana como "un sistema integrado que advierte a las personas de la llegada de condiciones meteorológicas peligrosas y señala las estrategias que gobiernos, comunidades y particulares pueden adoptar para reducir al mínimo los impactos inminentes". Los sistemas alertan sobre crecidas, sequías, olas de calor o tormentas, entre otros eventos. Estos sistemas permiten seguir de cerca las condiciones atmosféricas en tiempo real tanto en tierra como en mar y pronosticar eficazmente los fenómenos meteorológicos y climáticos que se producirán.
¿Su principal objetivo? Determinar los riesgos que pueden afectar a las zonas en las que está previsto que se produzcan los eventos climáticos y, al actuar en función de ello, reducir el impacto de esos riesgos lo más posible. Probablemente, ya estén pensando por qué todo esto es relevante en estos tiempos y sí, es por eso. Cambio climático.
- Por qué es importante en este contexto. Sabemos que el cambio climático incide en las variables de las que dependen los eventos climáticos, intensificándolos. Si los intensifica, los riesgos que suponen los impactos de esos eventos son cada vez mayores y, recordemos, los grupos más vulnerables son los que quedan cada vez más expuestos. El problema es que, aún, no estamos preparados, no estamos actuando correctamente o lo suficiente ante esta situación de crisis climática.
Según datos de Naciones Unidas, 1 de cada 3 personas en el mundo no está protegida por sistemas de alerta temprana. Ello ocurre principalmente en los países menos desarrollados y en los estados insulares. En África, el 60% de las personas carecen de cobertura. "Es inaceptable, sobre todo si se tiene en cuenta que los efectos del cambio climático se van a agravar aún más", afirmó Guterres.
Ante esta situación, entonces, ¿qué se debe hacer?
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"Los sistemas de alerta temprana salvan vidas. Asegurémonos de que funcionan para todos". Es exactamente esto que dice Guterres lo que debemos hacer. Garantizar que todas las personas del mundo estén protegidas por sistemas de alerta temprana y no que un 30% -como ocurre en la actualidad- quede excluida de ello. El más reciente reporte del IPCC fue contundente al respecto: "Las mejoras en los sistemas de alerta temprana pueden ayudar a las personas a evacuar rápidamente en caso de marejadas ciclónicas o inundaciones. Aunque los más vulnerables muchas veces no reciben estas advertencias a tiempo".
Es por esto que, aprovechando la fecha calendario, Naciones Unidas anunció ayer que impulsará una iniciativa para que, de aquí a cinco años, todas y cada una de las personas del mundo se vean alcanzadas por los beneficios de los sistemas de alerta temprana. En definitiva: que todos estemos protegidos. La iniciativa será liderada por la OMM que, tras el pedido de Guterres, deberá presentar un plan de acción al respecto en la COP27 que se celebrará en noviembre próximo en Sharm El Sheikh, Egipto. Así que, además de lo que a las negociaciones climáticas corresponde, la COP27 ya se está volviendo más que interesante.
Ahora bien, ¿son los sistemas de alerta temprana la solución absoluta ante eventos intensificados por el cambio climático? Por supuesto que no, aunque en algunos casos -como sugiere el IPCC- sí se presentan como la única solución posible. Los sistemas de alerta temprana son una acción de adaptación. Y una eficiente.
El reporte del IPCC sobre impactos, adaptación y vulnerabilidad dio cuenta de que los sistemas de alerta temprana y los sistemas de respuesta son opciones eficientes de adaptación ante, por ejemplo, olas de calor. No sólo eso: pueden reducir los riesgos que estos eventos generan para la salud. Más precisamente el reporte (sí, el de las 3.675 páginas) dice: "Los sistemas de alerta temprana pueden respaldar la toma de decisiones, limitar las pérdidas económicas de los eventos extremos y ayudar en el desarrollo de sistemas de gestión adaptativos", en lo que hace a los impactos climáticos en océanos y ecosistemas costeros.
Si queremos verlo desde una perspectiva económica, invertir en sistemas de alerta temprana es más barato que no hacerlo. El informe Adapt Now de la Global Comission on Adaptation, en su edición de 2019, expuso cifras concretas: "Los sistemas de alerta temprana salvan vidas y bienes que valen al menos diez veces su costo. Solo 24 horas de advertencia de una tormenta u ola de calor que se avecina pueden reducir el daño resultante en un 30%. Gastar $800 millones -de dólares- en tales sistemas en países en desarrollo evitaría pérdidas de entre 3.000 y 16.000 millones de dólares por año".
Y claro que hay que tener en cuenta que al hablar de contar con y mejorar los sistemas de alerta temprana no alcanza solo con la parte tecnológica. La comunicación y la modalidad elegida para ella es fundamental en todo el proceso. De lo contrario, el resultado no llegará a hacer el esperado. Como sugiere el reporte del IPCC: "Aparte de la capacidad que depende de medidas y la infraestructura de monitoreo, la comunicación en todas las escalas, desde los servicios meteorológicos nacionales hasta los líderes locales, debe ser efectiva para una acción rápida".
En criollo: no es lo mismo si le decimos a la ciudadanía que caerá tanta cantidad de milímetros de precipitación como un alerta a que si les comunicamos que caerá suficiente agua como para inundar las calles y que, por ello, deben permanecer en lugares cerrados y no exponerse.
Es por estos grises que estas soluciones tan complejas tienen, que quise profundizar en cómo funciona un sistema de alerta temprana y cómo se lo puede ir mejorando. Y me centré en el caso argentino.
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"Los servicios meteorológicos ya no estamos informando solamente cómo será el tiempo sino también lo que hará el tiempo". Esta es una de las reflexiones que surgieron de la charla con Cindy Fernández quien, al momento de la conversación se encontraba en Córdoba, provincia donde se ubicó por primera vez el Servicio Meteorológico Nacional argentino. Fernández es comunicadora meteorológica y vocera de dicho Servicio. Con ella indagué en las características del sistema de alerta temprana local, las mejoras realizadas, la incidencia del cambio climático y los desafíos que se deben encarar a futuro.
- ¿Cómo funciona el sistema de alerta temprana argentino? "Los alertas se elaboran en el Servicio Meteorológico Nacional, en las oficinas con los profesionales capacitados para esta tarea. El Servicio emite alertas para todo el territorio nacional, incluso también hay alertas especiales para sectores específicos, como el sector marino. Para elaborar esos alertas, se reúne un grupo de meteorólogos que realiza el análisis de la situación meteorológica de lo que puede ocurrir. Analizan los datos de lo que se viene registrando y hablan con los pronosticadores de otras oficinas ubicadas allí a donde se está evaluando emitir un alerta o no. De manera conjunta, se decide si emitir un alerta o elevar el nivel de alerta. Así, se publica el alerta en la página web del Servicio. En paralelo a todo esto esto, se lleva a cabo un proceso de comunicación más privada con todos los organismos de los tomadores de decisión involucrados en la zona o zonas del alerta.
Son alertas que van a ocurrir dentro de 72 horas, es decir, con tiempo suficiente para que logren prepararse y tomar todas las medidas para afrontar esa situación. Los alertas se emiten por niveles: amarillo, naranja y rojo. Esos niveles tienen en consideración el impacto. En cada alerta viene incluida la línea temporal sobre cómo se espera que evolucione el alerta, y las recomendaciones brindadas por los organismos de protección civil para que los ciudadanos sepan cómo prepararse ante esos fenómenos.
Hacer un alerta para Argentina reviste una complejidad que no todos los países tienen. El desafío del territorio argentino es que podemos tener fenómenos totalmente opuestos en distintas provincias. El único fenómeno meteorológico que nos falta son los huracanes. Todos los demás, los tenemos. O, al menos, tenemos una zona donde esos fenómenos son comunes".
- ¿Qué mejoras se han realizado al sistema de alerta temprana argentino? "La más reciente versión del sistema de alerta temprana, presentado en 2020, es muy completa. Ese sistema se construyó con las recomendaciones de los organismos de protección civil.
Hasta el año pasado, se alertaba por cinco fenómenos: zonda, viento, lluvia, nevadas y tormentas; siendo éste último el fenómeno del que más alertas se emiten por año en el país. Como mejora, en 2021 incluimos alerta por temperaturas extremas. En la versión de 2020 había unas advertencias por temperaturas, pero no como alerta. A partir del año pasado, se incorporó el sistema de alerta por temperaturas extremas, es decir, por calor. A partir de estudios que se realizaron en conjunto con el Ministerio de Salud, se evaluaron los umbrales de temperatura y los incrementos en la morbilidad y la mortalidad de las personas. Se emite este alerta o se sube del nivel de alerta dependiendo los efectos que tengan en la salud de las personas. Es decir, esta mejora tiene en cuenta el impacto. No es por temperatura, sino por cómo se incrementó la morbilidad y la mortalidad de las personas en el pasado en las distintas provincias. Cabe señalar que estos alertas fueron bastante recurrentes, especialmente este último enero.
En uno o dos meses se implementarán los alertas por bajas temperaturas, con el mismo concepto de impacto en la salud. Es un estudio separado, de hecho tienen diferencias. Por ejemplo, con calor se encontró que para que aumente la morbilidad y mortalidad tenían que darse varios días consecutivos con temperaturas altas. En cambio con frío no, un día ya está. Son mejoras de alertas, no por temperaturas alcanzadas sino por los efectos que esas temperaturas tienen en nuestra salud.
Los servicios meteorológicos ya no estamos informando solamente cómo será el tiempo sino también lo que hará el tiempo. Y esa es la información que le brindamos a los organismos de protección civil para mejorar los protocolos de respuesta ante las amenazas".
- Imagino que terminas de desarrollar una mejora para el sistema de alerta y sientes que ya estás tarde respecto de cómo viene el impacto del cambio climático. "No se termina nunca. Nunca un sistema de alerta está terminado porque cambia todo. Siempre se le pueden hacer mejoras. La tecnología va avanzando y vos siempre vas a poder pronosticar mejor ciertas cosas".
- ¿Qué desafíos habría que encarar de aquí en más? "Una de las cosas que habría que mejorar es la educación de la ciudadanía sobre cómo hay que reaccionar ante los eventos climáticos. La forma en la que se les comunica ha mejorado, incluso se ha adaptado a las nuevas distintas plataformas como las redes sociales. Pero eso no es lo único que hay que hacer. Tenemos todavía una falta de educación que no ocurre solo en Argentina, sino en el mundo entero. Muchas veces los alertas se emiten en tiempo y forma, y la gente los desestima, por la razón que sea. En general, la gente suele actuar al revés de lo que tiene que actuar. Hoy la gente comprende qué significa un alerta de granizo, cuál es el peligro, pero en lugar de entender que tiene que buscar refugio, sale desesperada a retirar a sus hijos del colegio cuando quizás en el colegio es el lugar donde más seguros están los chicos. Sacarlos de ahí en plena tormenta es exponerlos a un riesgo. Hay que fortalecer la educación.
Otro aspecto sería garantizar que los sistemas de alerta temprana sean inclusivos. Se están intentando hacer mejoras en los sistemas para que todas las personas puedan enterarse del alerta. Uno puede decirle a la gente 'quedate en tu casa', pero su casa no es segura y uno no sabe eso. Por último, como mejora: la geolocalización de los alertas y que éstos le lleguen a las personas en el lugar donde están".
Si quieren conocer más sobre el servicio de alerta temprana argentino, pueden profundizar aquí. Además, el Servicio Meteorológico Nacional dispone de una cuenta de Twitter exclusiva donde comparten los alertas que emiten. Si son de otros países, recomiendo que le den una mirada a los servicios meteorológicos locales y empiecen a seguir su trabajo.
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"Nuestro país emite menos del 1% de los gases de efecto invernadero, pero paga en impacto como si fuera el causante (...) Lograr la transición depende de que obtengamos financiamiento blando, como el canje de deuda por acción ambiental que propusimos en el G20. Nos toca dar pelea desde un lugar muy desigual, pero lo haremos mancomunadamente. Es el camino correcto". El presidente argentino Alberto Fernández compartió estas palabras tras encabezar la reunión del Gabinete Nacional de Cambio Climático que, recordemos, busca promover y articular la acción climática entre los distintos ministerios y secretarías. La particularidad de esta reunión es doble. No solo fue la primera reunión del gabinete de este 2022, sino que también fue la primera reunión desde las diferencias internas que hubo entre ministerios y secretarías respecto a la acción climática, que culminaron con la suspensión del trabajo de la estrategia de desarrollo a largo plazo sobre cómo Argentina alcanzará la neutralidad en carbono a 2050.
Bueno, tenemos novedades al respecto. El ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Juan Cabandié, aseguró que la estrategia de desarrollo a largo plazo se presentará en la COP27, que se celebrará en noviembre próximo en Sharm El-Sheik, Egipto. Esto significa que se reanuda el proceso de trabajo suspendido y que... ¡manos a la obra porque noviembre está a la vuelta de la esquina! Recuerden que Argentina ya había prometido presentar la estrategia en la pasada COP26 pero, problemas mediante entre ministerios, ni se la nombró. Otro factor importante a tener en cuenta es la presión moral que ahora tienen los países porque en el Pacto Climático de Glasgow -concluyente de la COP26- se urge a los países que aún no lo han hecho, que presenten sus estrategias a largo plazo rumbo a Egipto.
Algunas observaciones sobre la frase del presidente con la que inicié este apartado. Como siempre digo, sí hay países que emiten menos frente a otros y para eso existe el principio de responsabilidades comunes pero diferenciadas conforme el cual, por ejemplo, los países desarrollados (más emisores) tienen que movilizar financiamiento hacia los países en desarrollo (como Argentina) para que puedan implementar sus políticas de acción climática. No, ese porcentaje menor de emisiones no los excluye a estos países de también reducir sus emisiones. Es decir, ojo con ese argumento para justificar cualquier política que va en contra de la acción climática necesaria. Por otra parte, resulta interesante que volvió a aparecer sobre la mesa el pedido de canje de deuda por acción climática, que se había mantenido totalmente ausente en las últimas apariciones sobre el tema.
Veremos qué novedades hay en los próximos meses sobre el plan porque será (o debiera ser) la hoja de ruta hacia la carbono neutralidad.
- Para seguir de cerca también en materia de política climática en América Latina. La segunda vuelta para elegir presidente en Costa Rica será el próximo 3 de abril. En ella se enfrentan los candidatos José María Figueres y Rodrigo Chaves. La Ruta del Clima -iniciativa que defiende la participación del público en decisiones climáticas- organizó un evento con representantes de los dos partidos que irán por la presidencia para debatir sobre sus posturas climáticas. Se puede ver aquí.
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"Dotar de recursos a jóvenes activistas feministas va más allá del dinero. Es decir que, una vez que sean beneficiarias de FRIDA, acceden a diferentes tipos de apoyo junto a la subvención básica". Esta es la propuesta de FRIDA, iniciativa que se caracteriza por ser el único fondo dirigido por jóvenes centrado en apoyar la organización de jóvenes feministas en todo el mundo. La iniciativa invita a grupos feministas de base emergentes dirigidos por niñas, mujeres, jóvenes trans y/o intersexuales de distintas regiones -incluyendo América Latina y el Caribe- que trabajen en concordancia con los principios de FRIDA (entre ellos la acción y justicia climática) a presentar sus postulaciones para recibir una subvención de hasta US$6,000 para respaldo general y/o proyectos.
Al momento, FRIDA apoya a más de 200 grupos. Se puede postular hasta el 15 de abril. Hay información sobre el proceso en seis idiomas distintos. Pueden conocer más aquí.
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La edición de PLANETA de la próxima semana no será sobre un tema de actualidad, pero sí sobre un tema que se mantiene actual. No pondrá el foco en la problemática, sino en qué podemos (o debemos) hacer para prevenirla. Y este anticipo de tema tiene un motivo que encuentran en la fotografía.
Me tomaré una semana con un viaje que llegó cual diagnóstico en el momento justo para desconectar y reconectar. Estaré en Boston donde, además, recibiré capacitación para seguir mejorando la comunicación en el tema que me apasiona (ya les contaré) y espero conocer a alguien que me tiene muy emocionada (no, no es Leo Di Caprio, pero estaría dentro de los 6 grados de separación).
Espero disfruten la próxima edición y recarguen pilas conmigo porque en dos semanas se nos viene la tercera parte del IPCC: mitigación 🤯
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Un saludo,
Tais