Soñaba con un local donde no hubiese calendarios con fotos de chicas desnudas, donde llegar en pollera y tacos altos fuese tan natural como llegar en pantalón. Soñaba con un taller mecánico al que cualquier mujer pudiese ir con su auto sin sentir que se ríen de ella por no poder explicar qué es ese ruidito que siente en el “cosito de ese coso”. La que soñaba es Alejandra Hartman (45), quien hace dos años renunció a una exitosa carrera ejecutiva para crear “Lady Fierros, Clínica de autos”, una comunidad en redes sociales desde donde capacita y aconseja a mujeres sobre temas relacionados con el manejo y la mecánica de los autos.
Alejandra arma tutoriales sobre cómo cambiar una rueda o tips para antes de comprar un auto usado; explica qué puede indicar el color del humo que sale del caño de escape o qué luces usar un día de niebla; o presenta a mujeres inspiradoras que trabajan en talleres o la industria automotriz.
Pero empecemos por el principio. Su pasión por los autos no es casual. Alejandra creció entre vestidos rosados y muñecas, pero también entre rulemanes, neumáticos y mamelucos engrasados. De jugar a la mamá podía pasar rápidamente a jugar a que arreglaba su bicicleta en el taller mecánico que su padre tenía en la planta baja de su casa natal en Villa Pueyrredón.
Sin embargo, lo natural para los Hartman, por lo menos en aquel entonces, era que ella estudiase una profesión alejada del mundo de los fierros. Eso hizo: se recibió de Licenciada en Comercialización y cursó un máster en Negocios Internacionales. No le fue nada mal. Es una de las pocas mujeres que logró superar el famoso techo de cristal convirtiéndose en representante en el país de Grand Visión, una cadena de ópticas holandesa con presencia en más de 60 países. En Argentina se la conoce como + Visión.
Antes, fue jefa de productos en Quickfood, directora de marketing en Flora Dánica y, durante los 7 años que vivió en Estados Unidos, en Sopas Campbell.
Por un lado, logró estabilidad económica, conocer parte del mundo y buenos contactos, pero por otro lado, mucho cansancio, estrés y poco tiempo para sus hijos Vicente y Paloma. Sumado a eso, tuvo la constante sensación de que por ser mujer el derecho de piso ganado estaba siempre amenazado y debía salir a defenderlo demostrando que su cargo estaba bien merecido.
“Me empecé a plantear si eso era lo que quería para el resto de mi vida. No me arrepiento de nada, fue una experiencia increíble, pero la verdad es que había que remarla en Nutella permanentemente. Cada vez que viajaba para una presentación no dormía y tenía un nudo en el estómago. Ni hablar cuando me enteraba cuánto más ganaba un hombre ocupando mi misma posición”, argumenta. Sin embargo, nada fue en vano y mucho de lo que aprendió de la vida empresarial ahora es aplicable al plan de negocios de Lady Fierros.
Al principio y con una amiga, consideró entrar a la industria de la cosmética capilar, pero se alejó de la idea al reconocer que era un mercado con demanda resuelta y le dio lugar a la preocupación que le generaba la continuidad del negocio del padre, que ya tiene 78 años. Además, atenta a las necesidades de las mujeres empezó a preguntarse por qué no iban personalmente a los talleres mecánicos a llevar sus autos. “Por lo general le piden al marido, hijo, padre o amigo. Rápidamente entendí que había una necesidad insatisfecha y un espacio para que trabajar en el empoderamiento de la mujer en un área que, de alguna manera, está en mis genes.”, explica.
No especuló la respuesta. Supo que de los 12 millones de vehículos que hay en el país, 3 millones son conducidos por mujeres. Además, hizo una encuesta a 100 mujeres parda saber cómo suelen organizar el mantenimiento de su auto y se encontró con datos sorprendentes: el 50 % de esas mujeres no lleva el auto personalmente al mecánico por miedo a no saber explicar correctamente cuál es el problema que tienen o que les tomen el pelo o que no le arreglen lo que realmente haya que reparar. Otro dato que le llamó la atención es que el 70 % de las conductoras no saben cambiar un neumático. Así, todos los caminos la conducían a Lady Fierros.
Sin embargo ser hija de mecánico y su experiencia en marketing no era suficiente para Hartman. Si la propuesta iba a ser enseñar y aconsejar a través de tutoriales en redes sociales, tenía que hacerlo con fundamento y conocimientos certeros, por lo que se puso a estudiar mecánica de autos en el Instituto Tecnológico de Capacitación Automotriz (ITCA). El día de la entrevista con RED/CCIÓN, la emprendedora rindió con éxito su último examen y se recibió de Técnica Mecánica.
“Ojalá esto sirva para que la que quiera estudiar mecánica lo haga, pero lo que yo en realidad pretendo es que de la misma manera que podemos hacer una torta sin que se nos queme, podamos solucionar cuestiones sencillas del auto y podamos entender de qué hablamos al plantarnos frente al mecánico. Y ojo, esto no va solo dirigido a mujeres, también a hombres”, explica.
Solo en Facebook, a la comunicad Lady Fierros la integran casi 250.000 personas y Hartman no cobra ni por el asesoramiento personalizado que suelen pedirle (acompañó a una seguidora a ver un auto usado que se quería comprar). Pero como de algo hay que vivir, Hartman mantiene reuniones para cerrar acuerdos con empresas del rubro automotriz interesadas en contratarla para dar charlas y participar en actividades.
Más adelante, cuando la situación del país lo permita, pondrá su taller mecánico Lady Fierros y otorgará franquicias. “Mi idea es gestionar ese taller, no necesariamente ser yo la que arregle los autos, pero sí ser la cara visible, la que atienda a las clientas cuando vengan con sus autos.
Para sus hijos, mamá antes vendía hamburguesas, margarinas y anteojos. Ahora con mucho orgullo dicen: “Mi mamá es mecánica”.
Nombre: Alejandra Hartman
Edad: 45 años
Profesión: Licenciada en Comercialización y Técnica Mecánica
Sector en el que trabaja: Industria Automotriz
Lugar de Nacimiento: Villa Pueyrredón, Ciudad de Buenos Aires
Lugar en que desarrolla su actividad: Ciudad de Buenos Aires
1.¿Cuál es tu motor interior? ¿Qué te inspira a hacer lo que hacés?
Mi energía es mi familia; mis hijos y mi marido. Por otro lado, los que me sacan la energía son esas personas que son muy negativas, esas que enseguida te dicen que no, que tal cosa no se puede hacer.
2. ¿Qué te hace feliz?
Sin duda mis hijos, sus nacimientos fueron los momentos más felices de mi vida. Y me hace muy feliz que mis hijos pueda vivir Lady Fierros porque creo que ayuda a su inteligencia emocional. Me parece que de alguna manera les estoy dando un mensaje integrador, que no hay los unos y los otros.
3. ¿Qué no te deja dormir?
Hoy por suerte duermo en paz. Con Lady Fierros recuperé el sueño, me quitó ese nudo en el estómago que me causaba la vida corporativa.
4. ¿Qué te gustaría cambiar del mundo?
Tengo una lista extensa, pero si tengo que priorizar diría que el rol de la mujer. Creo que necesitamos integrarnos más, de trabajar y producir de manera más en conjunto.
5. Cuándo eras chica, ¿qué querías ser de grande?
Supongo que de chica muy chica quise ser bombero o piloto de avión, pero de adolescente, cuando empezaba la época de tomar decisiones ya me gustaba el mundo de la publicidad y la comercialización. Solía preguntarme mucho porqué la gente compra una marca y no la otra.