La brecha de género en la industria IT es una realidad. Según un informe de la UNESCO las mujeres tienen un 25% menos de probabilidades que los hombres de aprender habilidades digitales necesarias para aprovechar la tecnología digital para el uso cotidiano. Y aunque tienen mayor acceso a la educación, siguen teniendo menos oportunidades en las áreas de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas. Esto compromete sus medios de vida y futuro. “La revolución digital puede generar condiciones para que las mujeres en toda su diversidad disfruten de plena igualdad política, económica y social” señaló María Noel Baeza, Directora Regional de ONU Mujeres para las Américas y el Caribe en el marco de la campaña de #Cerremos La Brecha de la organización.
En el sector informático se estima que en América Latina hay una demanda insatisfecha de entre 3.000 y 5.000 puestos de trabajo cada año. En la región, solo 3 de cada 10 trabajadores en ciencias de computación son mujeres, según un informe del Banco Interamericano de Desarrollo. “Existen oportunidades de empleo en este sector y se requiere de una formación educativa con una clara perspectiva de género para empoderar a las mujeres y facilitar su acceso a un mercado fuertemente masculinizado”, explica Diana Osorio, Directora de ADA ITW, una organización sin fines de lucro que nace en el 2007 con la misión de empoderar a mujeres a través de la tecnología y parte de Civic House, una organización que nuclea diferentes iniciativas que buscan impactar a través de la tecnología como Change.org, Wingu, Trans-TI y Aquí Estoy, entre otras.
Cinco preguntas a Diana Osorio, Directora de ADA ITW.
¿Cuál es la propuesta de ADA ITW en la búsqueda de la reducción de la brecha de género en el sector IT?
Buscamos generar oportunidades para todas las mujeres y feminidades a través de diversas propuestas educativas que van desde workshops de introducción a la programación gratuitos y carreras de programación en desarrollo de front-end y back-end, cursos intensivos en UX-UI, Python y próximamente QA Testing.
Nos destacamos por formar exclusivamente a mujeres y feminidades en un espacio seguro, y nuestro sistema de becas junto con la posibilidad de realizar el pago diferido del curso una vez conseguido un empleo IT, permite que nuestras mujeres en condiciones económicas vulnerables puedan acceder a nuestras carreras y cursos formativos.
¿Qué enfoque o estrategias ha implementado su organización para abordar específicamente la brecha de género en la industria de IT?
La ciencia y la tecnología son actividades cada vez más importantes en el mundo. Se calcula que las empresas de la región necesitarán aproximadamente un millón de trabajadores nuevos hasta el 2025 para poder cubrir las necesidades tecnológicas que se avecinan. La base de nuestro enfoque, es ir hacia esa gran oportunidad que existe actualmente en el mundo.
Es muy importante contar con una formación educativa, con una clara perspectiva de género que otorgue a las mujeres habilidades duras y blandas que las empoderen objetiva y simbólicamente para facilitarles el ingreso a un mercado laboral fuertemente masculinizado. Desde la propuesta de una educación focalizada en mujeres y feminidades buscamos el empoderamiento, y basándonos en la premisa de que a mayor diversidad en ciencia y tecnología, mayor será la equidad y accesibilidad para todos, todas y todes, es que nace ADA.
¿Cuál es el perfil de las alumnas de ADA ITW?
Ser mujer o feminidad. Es decir que se considere mujer o que sea una mujer trans.
Haber terminado el secundario, tener una computadora, acceso a internet y hablar castellano. Todas nuestras carreras y cursos se dictan de forma online por lo que pueden conectarse alumnas desde cualquier parte del mundo. Ahora tenemos muchas estudiantes de Argentina, pero también en España, Colombia, México, Uruguay, Chile y Perú, una estudiante en Bosnia-Herzegovina y una en Francia.
¿Qué desafíos o barreras han logrado identificar en el camino?
La falta de recursos económicos para impactar como quisiéramos. La sorteamos gracias a las mujeres que tienen la capacidad de pagar nuestros cursos y carreras, más las alianzas que estamos haciendo cada vez más con gobiernos nacionales y que próximamente empezaremos a hacer con gobiernos regionales.
Otro desafío es la deserción. Capacitarse en tecnología implica compromiso y dedicación y muchas de nuestras mujeres se enfrentan a vidas muy atareadas. Por eso buscamos tener horarios flexibles y que los cursos se puedan tomar también de manera asincrónica.
Y no es fácil la búsqueda del primer empleo. Allí es donde se identifica la brecha y es aún mayor para mujeres de más de 45 años. Para enfrentarlo, realizamos alianzas con empresas empleadoras y reclutadoras en tecnología, y enseñamos a nuestras alumnas a través de talleres a armar su CV, utilizar LinkedIn y otras plataformas de búsqueda de empleo.
¿Cómo miden el impacto que han tenido?
Más de 2.000 mujeres han participado en nuestros trayectos formativos con un índice del 74% de inserción laboral entre las egresadas que han buscado trabajo. ¿Qué significa esto? Que quienes están buscando un trabajo y nos han dicho al finalizar su carrera, sus cursos y su formación que están interesados en buscar un trabajo, el 74% han logrado una inserción laboral. Esto último lo logramos por una red de empresas empleadoras que construimos a lo largo de todos estos años y con las que trabajamos a la par buscando reducir la brecha entre hombres y mujeres en el mundo laboral y en la tecnología. Si sumamos la participación de las mujeres en nuestros workshops gratuitos, podemos decir que en seis años llevamos un aproximado de 8.000 mujeres de habla hispana iniciadas en la programación y la tecnología.
“La era digital ofrece una oportunidad sin precedentes para acabar con muchas formas de disparidad. Promover la igualdad de género en la tecnología ayudaría a que las mujeres y las niñas tomen mayor conocimiento de sus derechos y a potenciar el ejercicio de estos” concluye Osorio.