SpaceX (Space Exploration Technologies Corp.) continúa ampliando Starlink, el conjunto de satélites que brindan internet cuyo servicio llegó a la Argentina hace pocos meses. La megaconstelación nació en mayo de 2019 y al poco tiempo se convirtió en el mayor operador de satélites del mundo. En efecto, preocupa a los expertos en sostenibilidad espacial, ya que convirtió a las maniobras para evitar colisiones en una necesidad prácticamente constante.
Tal es así que, durante los primeros cuatro años después del primer lanzamiento, el número de maniobras evasivas se duplica cada seis meses. Según el último informe de la empresa de Elon Musk presentado el 1° de julio, se realizaron casi 50.000 maniobras para evitar colisiones en los últimos seis meses. En promedio, cada satélite encendió sus propulsores 14 veces entre el 1° de diciembre de 2023 y el 31 de mayo de 2024. Dentro de ese mismo período de seis meses, la constelación pasó de tener 5.100 satélites operativos a 6.200.
El objetivo de las maniobras es esquivar objetos en órbita, como otros satélites, naves de otros operadores y desechos espaciales. Y lo hacen de forma autónoma utilizando inteligencia artificial incorporada.
Pero más allá de los elogios a Musk por la transparencia en los datos, los informes advierten sobre las implicancias del creciente tráfico orbital. Si bien las maniobras están pensadas para que las operaciones sean seguras, también pueden tener efectos negativos en las predicciones de futuras colisiones, explica Space.
De acuerdo a la European Space Agency (ESA), en más de 60 años de actividades espaciales miles de lanzamientos han dado como resultado unos 56.450 objetos rastreados en órbita, de los cuales unos 28.160 permanecen en el espacio y son rastreados regularmente.
De hecho, la Red de Vigilancia Espacial de los Estados Unidos supervisa objetos de más de 5-10 cm en órbita terrestre baja (LEO) y de 30 cm a 1 m en altitudes geoestacionarias (GEO). Desde 1961 se han registrado más de 560 eventos de fragmentación en órbita, 7 estuvieron asociados con colisiones y la mayoría fueron explosiones de naves espaciales. “Sin embargo, se espera que en el futuro las colisiones se conviertan en la principal fuente de desechos espaciales”, aclara la ESA.
Actualmente hay casi 10.000 satélites activos y se prevé que en las próximas tres o cuatro décadas se llegue a un millón. Como expuso la física e ingeniera Sierra Solter en The Guardian, “las empresas espaciales deben dejar de lanzar satélites si no pueden proporcionar estudios que demuestren que su contaminación no dañará la estratosfera y la magnetosfera. Hasta que se estudie más a fondo esta contaminación, todos deberíamos reconsiderar la posibilidad de utilizar internet por satélite”.