El ciberacoso es uno de los mayores peligros a los que están expuestos los menores de edad. Aunque no hay estadísticas de cantidad de casos en la Argentina, del 2016 a hoy las denuncias aumentaron en un 300%. ¿Qué podemos hacer los adultos para proteger a nuestros hijos?
La palabra puede sonar lejana, ajena incluso. Pero lo que nombra, en tiempos de hiperconexión, es uno de los mayores peligros a los que están expuestos los chicos hoy en día.
Se trata del grooming, dicho de otro modo, el ciberacoso en internet. Y si bien las víctimas pueden ser de cualquier edad, quienes están más expuestos son los menores.
Sucede así: un adulto con una identidad falsa se relaciona con un chico y lo engaña para pedirle fotos, videos o incluso encontrarse. Antes de eso, crea un vínculo, lo aísla y se gana su confianza.
Es un delito difícil de combatir porque sucede en silencio en internet, pero todos tenemos herramientas para prevenirlo. La principal y más importante es la comunicación y, en lo posible, que la computadora que utiliza el menor esté ubicada en un espacio común de la casa. Además, limitar los horarios del uso del celular para evitar que mantenga contacto con desconocidos en momentos en que nadie puede controlarlos.
Otras claves para prevenirlo
Sebastián Bortnik es experto en seguridad informática y una de las personas que más sabe sobre grooming en el país. Es el parte de Argentina Cibersegura, una organización que brinda charlas de concientización para crear un espacio digital seguro. Según él, algunas de las claves para proteger a los menores son:
- No asumir que los chicos la tienen clara con la tecnología: según él, saber usar la herramienta no significa saber mantenerse seguro en ella. Hay que darles las claves para que no se expongan a situaciones de peligro.
- La navegación segura tiene q ser un tema de conversación en cada casa y en cada escuela: la solución empieza por hablar del tema con los chicos y que se sientan seguros y sin culpa de hablar con los adultos.
- Acercarse a la tecnología es acercarse a los chicos: por más que uno no sea experto en internet o no tenga interés en las nuevas redes sociales, aprender sobre ellas y saber usarlas es una manera de cuidar las prácticas de nuestros hijos.
- Saber que internet es parte de sus vidas: no renegar de eso y tomar los recaudos necesarios.
- Internet nos obliga a repensar la relación entre los adultos y los menores: es una de las claves a futuro, iniciar discusiones responsables al respecto.
Además de estos puntos, vale la pena escuchar la charla Ted completa de Sebastián Bortnik, aquí abajo.
Madres en línea
“La gente tiene mucho desconocimiento: cuando le regalás un celular a tu hijo crees que es un acto de amor, pero no sabés que hay un montón de riesgos. Es la puerta de entrada para que muchos desconocidos se metan en su vida”, dice Roxana Domínguez.
Además de ser perita informática, es la líder de Mama en Línea, una de las organizaciones que más lucharon por conseguir la Ley de Grooming, sancionada en el 2013. En ella se pena con prisión de seis meses a cuatro años “al que, por medio de comunicaciones electrónicas, telecomunicaciones o cualquier otra tecnología de transmisión de datos, contactare a una persona menor de edad, con el propósito de cometer cualquier delito contra la integridad sexual de la misma”.
Aunque fue un gran avance en la materia, para Roxana no es suficiente. “El sistema funciona lento porque es un delito que se mueve muy rápido, en un par de clics. A su vez, la justicia y la fuerza policial todavía no han logrado articular un trabajo conjunto al respecto. Yo lo que le exijo al Estado es que se ponga a la altura de la circunstancia de lo que estamos viviendo”, dice.
Hasta el 2009, Roxana era Técnica Dental y no tenía idea lo que era el grooming. Ese año su hija fue víctima de ciberacoso. Una mujer desde Méjico se hizo un perfil falso de hombre y “secuestró psicológicamente a su hija”. Cuando Roxana se dio cuenta de lo que estaba pasando, fue hasta el fondo del asunto. No sólo protegió a su hija sino que viajó a Méjico, encontró a la persona que abusó de su hija y la enfrentó cara a cara.
Desde entonces, se hizo especialista en el tema, hizo una tecnicatura en Seguridad Informática en la UCEMA y trabaja para que ningún otro chico sufra lo que sufrió su hija. “No sabemos cuántos casos hay en la Argentina porque en el país no hay ningún organismo que realice una estadística. En CABA el número de denuncias subió un 300% respecto del 2016. Pero no hay ni hubo nunca una campaña nacional para prevenirlo”, dice Roxana.
“Hace 10 años estamos trabajando contra el grooming. Y si bien avanzamos en mucho, sigue habiendo mucho desconocimiento. Algunos creen que controlar la actividad de tu hijo es meterte en su vida privada, ¿pero cómo lo cuidás sino? Jamás voy a demonizar Internet. Es una herramienta enorme, pero tiene riesgos. El grooming además es la antesala a otros delitos. Estamos hablando de un abuso consumado con un alto riesgo de que lo sucedan más delitos más graves”, agrega.
Además de Mamá en Línea y Argentina Cibersegura, otras organizaciones que trabajan contra el grooming son Chicos Punto Net y Grooming Argentina.
Novedades en la Ley
Uno de los casos más resonantes y tristes de grooming fue el de Micaela Ortega, una nena de 12 años asesinada por Jonathan Luna, quien confesó que la mató porque ella no accedió a tener sexo con él.
Fue condenado a prisión perpetua y significó la primera condena en la Argentina por un caso de grooming seguido de muerte. También hubo casos de justicia por mano propia: a principios de este año un hombre descubrió que alguien le estaba mandando mensajes a su hija de 11 años, se hizo pasar por ella, se encontró con el acosador y lo molió a golpes.
El marco legal en nuestro país está en movimiento en relación a este fenómeno. Además de la Ley de Grooming, este año se modificó el artículo 128 del Código Penal, incluyendo penas para la simple tenencia de pornografía infantil. Hasta entonces solo estaba penada la distribución, pero a partir de la modificación también se pena el consumo: se reprime con prisión de cuatro meses a un año al que tenga en su poder material pornográfico infantil.
Además, se prevé de tres a seis años de prisión al que produzca, financie, ofrezca, comercie, publique o divulgue toda representación de un menor de dieciocho años dedicado a actividades sexuales; al igual que el que organice espectáculos en vivo de representaciones sexuales explícitas en que participen menores. Las condenas para el que tenga en su poder representaciones pornográficas infantiles con fines de distribución o comercialización serán de seis meses a dos años, y de un mes a tres años al que facilite el acceso a espectáculos pornográficos o suministre material pornográfico a menores de catorce años.