—¿Qué se puede esperar para la evolución del consumo en 2020?
—Esperamos un año difícil para el consumo. Si bien todavía hay muchas variables por precisar —sobre todo la resolución de deuda y los acuerdos salariales pendientes— las proyecciones macroeconómicas indican que en el escenario más optimista la economía quedaría igual que el año pasado, y las proyecciones generales indican una nueva contracción del PBI, del 1,5%. Esto sin contemplar el potencial impacto negativo del coronavirus. Siendo así, es probable que "el plan de derrame inverso" que está ejecutando el gobierno, con foco en aumento de ingresos en la base de la pirámide para que desde ahí se mueva la rueda del consumo, tenga un impacto favorable en los productos de consumo masivo, como alimentos y bebidas. Especialmente cuando lleguen "los sueldos nuevos", entre mayo y junio. Pero que el resto de los sectores todavía deberá navegar otro año complejo, especialmente para los grandes bienes durables, como autos o inmuebles. Habrá que ver indumentaria, electrodomésticos y tecnología, pero en principio el escenario es de prudencia. Seguro no es un año ni de boom, ni de fiesta.
—¿Cómo se comportarán los consumidores?
—Se mantiene el patrón de "modo austero" con el que venimos desde 2016. La lógica low cost llegó para quedarse. Hoy la gente hace cuentas y mira muy bien en qué vale la pena gastar y en qué no. Los consumidores también se volvieron muy pragmáticos. Y hasta tanto no se modifique sustancialmente su situación de poder adquisitivo, estarán más atentos y agudos que nunca. La plata no sobra y esto hace que estén abiertos a evaluar opciones que en otro momento no hubieran contemplado, como segundas marcas, compras en mayoristas, outlets, marcas de ropa más económicas. En otra época ese patrón de consumo hubiera resultado vergonzante y lo hubieran ocultado. Hoy por el contrario es un valor de época y lo socializan. Son otros tiempos.
—¿Qué estrategias deben seguir las marcas entonces para este año?
—Creo que hay que seguir la estrategia de las 4P. Habrá que ser proactivos para estimular una demanda todavía muy retraída, pragmáticos para leer bien cómo evolucionan los mercados, las expectativas y sobre todo los ingresos reales, es decir los salarios y el empleo vs la inflación. Además tener plasticidad para poder reaccionar rápido ante cambios en el escenario —hoy el abanico de posibilidades es grande— y finalmente, no menor, dominar la ansiedad y tener paciencia.
Esta entrevista formó parte de la edición del 9 de marzo de 2020 de “El Reporte de los Lunes”, el panorama semanal que reciben los miembros de RED/ACCIÓN.
