El discurso híbrido
Silvia Ramírez Guelbes
Ampersand
Uno (mi comentario)
1. Nadie esperaba que las pantallas nos regresaran a las palabras. Y no por imposiciones normativas, sino por necesidad y con urgencia: sin la escritura es imposible navegar en las corrientes del mundo digital.
2. La escritura nos define: nuestros textos dibujan una trama digital que habla más de nosotros que esa foto retocada que elegimos como avatar en las redes. Nunca como ahora somos lo que escribimos.
3. En estos tiempos, manejar el lenguaje es un derecho humano esencial para adquirir una ciudadanía digital plena. Pero no alcanza ya con saber leer y escribir: hay que hacerlo de modo de ser creído y comprendido.
4. Emoticones (que no son emojis =P ), ooooonomatopeyas, abrev., se incorporan creativamente a los mensajes en códigos que hacen que hasta el más ilustrado se vuelva analfabeto en el fárrago digital.
5. El discurso híbrido de estos tiempos nos obliga a reaprender la lengua que creíamos conocer, que en la pantalla se expande en #hipertextualidad, #multimedialidad, #interactividad.
6. @SilviaRGelbes es una divulgadora de la lengua española, atenta a los cambios sutiles que vienen del futuro sin perder de vista el riquísimo acervo lingüístico que nos precede. Eso es El discurso híbrido.
7. Híbrido también es contar un libro en 7 párrafos y presentar una reseña en 7 tuits. Es más de lo que nuestra atención resiste pero menos de lo que exige: cuanto menos tiempo tiene quien lee, más dedicación demanda escribir conciso.
Dos (la selección)
Hablar de escritura, en definitiva, es hablar de comunicación. Y no existe la comunicación si lo que dice el escribiente no lo entiende el usuario. ¿Qué ha hecho el español para que los hoy más de 500 millones de hispanohablantes puedan comunicarse de manera eficiente? Entre otras razones -con seguridad, entre muchas otras razones- el español ha tenido una actitud férrea en relación con la normativa. Es decir, con las normas que regulan la lengua escrita.
Tres
El empleo de la palabra, nos guste o no, conlleva indefectiblemente la construcción de la imagen de quien produce el discurso, aun sin que quien lo hace se presente ante los ojos de sus interlocutores. Es fácil comprender esto cuando se trata de oralidad: quién no ha imaginado el rostro, el cuerpo e incluso el carácter de una persona cuya voz se oye, por primera vez, en el teléfono. Pero lo mismo ocurre con la escritura
Cuatro
El fin de un párrafo activa una serie de expectativas que el comienzo del párrafo siguiente restringe y el desarrollo del párrafo puntualiza. Así funciona el texto y así lo espera el ojo. Le repito: cuando la expectativa -alguna de las expectativas plausibles- es traicionada en algún sentido, es difícil sostener la credibilidad del texto. Y la consecuente credibilidad de la página. Y la consecuente credibilidad de la imagen de quien produce el discurso.
Cinco
…el ojo del lector vuela sobre la superficie de la pantalla porque las pistas que le van brindando las palabras -la realización conocida de las palabras- le permiten ir desarrollando expectativas de lo que sigue. Y las expectativas se van confirmando, porque continúa encontrando lo esperado y lo conocido. Cuando una palabra está mal escrita (tiene un error de ortografía) el vuelo del ojo queda suspendido (una milésima de segundo) y eso le provoca extrañeza y rechazo. ¿Cómo confiar en este texto que no satisface al menos al menos al menos en al menos en esto la expectativa lectora?
Seis
En cuanto a las relaciones que se establecen, suele hablarse de vínculos fuertes y vínculos débiles. Los fuertes son menos creativos y menos generadores de oportunidad. Los débiles, por supuesto, invierten la carga. Por ejemplo, en un grupo de amigos, ya hay mucha información compartida y por eso no hace falta demasiado intercambio. Es probable que mucha de la información se asocie la función “fática”, la de decir “estamos en contacto” simplemente.
Siete
Ya Aristóteles se ocupaba de este problema, aunque él -por supuesto- solo lo relacionaba con la imagen de los oradores y no la de los usuarios. Voy a actualizarlo. Para hacer creíble, según el sabio griego, es necesario tener en cuenta tres condiciones: la exposición de datos verdaderos, la conexión con el interlocutor y una imagen propia convincente.
Bis
Los escalones de la pirámide de la confianza constituyen una metáfora de la guía que cada sitio y cada usuario emisor deberían tener en cuenta -entre muchas otras cosas- a la hora de producir contenidos digitales. Entendido así, tal vez este esquema contribuye a comprender un poco mejor las características y los factores condicionantes de ese componente del discurso en pantalla que es la credibilidad.
Docente y divulgadora vocacional. Es columnista en Radio Ciudad, TN, Eñe y Noticias. Es activista cívica desde Infociudadana y Poder Ciudadano. Estudió Letras de la UBA, para saber escribir, y se doctoró en Ciencias Sociales por FLACSO, para poder entender.
En SIETE PÁRRAFOS, grandes lectores eligen un libro de no ficción, seleccionan seis párrafos, y escriben un breve comentario que encabeza la selección. Todos los martes podés recibir la newsletter, editada por Flor Ure, con los libros de la semana y novedades del mundo editorial.