Según las estadísticas nacionales de delito que difundió esta semana el Ministerio de Seguridad de la Nación, la Argentina tiene una tasa de homicidios dolosos de 5,3 por cada 100.000 habitantes. Es el segundo país en América Latina con menos asesinatos, con un número sólo mejorado por Chile (3,6), y no sólo eso: la Argentina viene bajando este ratio desde 2014, cuando alcanzaba una tasa de 7,6.
Entre las provincias, Chubut sobresale con 7,7 homicidios. Ocupa el puesto número tres entre las que más tienen, sólo superada por Santa Fe (9,5), donde el narcotráfico incide, y Tucumán (8,2). La ciudad de Buenos Aires tiene 4,5 y la provincia de Buenos Aires, 5,8.
Chubut tiene, además, la tasa de violaciones más alta: 27,2 por cada 100.000 habitantes. Le sigue Misiones, con 24,9. La ciudad de Buenos Aires tiene 6 y la provincia de Buenos Aires, 7,8.
La provincia de Chubut lleva algunos años en el podio de las más violentas: según Jornada, un medio local, sólo en cuatro de los últimos veintiocho años Chubut tuvo una tasa de homicidios inferior a la nacional. En 2013 y en 2014 fue la provincia con mayor tasa, con 16,3 y 13,2 respectivamente. Comodoro Rivadavia se había vuelto entonces especialmente violenta, a tal punto que el diario La Nación la denominó como “la capital del crimen”.
Entre los factores de incidencia, la fiscal local Adriana Ibáñez explicó en ese momento a Infobae que “ha crecido bastante el consumo de drogas, en especial la cocaína. En buena parte, de los crímenes que han ocurrido no había relación previa entre la víctima y el victimario, lo que nos indica mayormente que se trata de asesinatos en ocasión de robo”.
Se habló también de la vida nocturna de la ciudad, alimentada por el dinero de la industria petrolera y derivada en prostitución, drogas y alcohol. Hoy, Comodoro Rivadavia sigue siendo una ciudad violenta, con unos 200.000 habitantes y una tasa estimada de 7,5 homicidios.
José Glinski, director de Milpatagonias.com y ex subsecretario de Seguridad de la provincia (en el período 2012-2014), recuerda que en esos años las tasas especialmente altas podrían haberse debido a las violentas luchas de poder adentro de los sindicatos petroleros y de la construcción. La caída de los homicidios se debió a muchas causas: “Montamos políticas de prevención situacional en el espacio público, con más cámaras, luces y patrullajes. Nos metimos en algunos barrios. Y por otro lado, en un momento se resolvió la lucha de poder de las facciones de la UOCRA”.
Chubut es una provincia con pocos habitantes, con tres centros urbanos muy dispersos, donde algunos homicidios pueden influir mucho en la tasa total, estima Glinski. Y dice: “Ahora, con una tasa por debajo de 10, no estamos tan mal”.