Una crisis de mitad de carrera le puede suceder a cualquiera. Puede afectar incluso a aquellos que, objetivamente, tienen los trabajos más satisfactorios. Cuando sucede, provoca angustia en la persona y ocasiona una pérdida de productividad para los empleadores. El fenómeno está estigmatizado y se estudió poco. ¿Cuáles son las causas? ¿Por qué este malestar parece atacar a la mediana edad? Y ¿cómo pueden liberarse aquellos que están trabados?
Una emergente literatura en materia económica ha comenzado a investigar qué es lo que sucede durante la mediana edad, ofreciendo perspectivas que pueden ayudar a las personas y a las firmas, para manejar de mejor forma estos dolorosos y costosos episodios. Analizando una encuesta nacional del Reino Unido, un grupo de economistas, que trabajan con el profesor Andrew Oswald, de la Universidad de Warwick, descubrió que la satisfacción del empleado promedio con su trabajo disminuye dramáticamente en la mediana edad. De todas formas, hay buenas noticias: la satisfacción con el trabajo se incrementa nuevamente en la segunda mitad de las vida laboral de las personas, en muchos casos alcanzando niveles incluso más altos que los de la primera parte de su carrera –esencialmente dibujando una curva en forma de “U”.
A medida que vamos creciendo, nos damos cuenta que las cosas no suelen resultar tan bien como las habíamos planeado. Podríamos no haber subido en la escalera laboral tan rápidamente como quisiéramos. Quizá lo hicimos, pero solo para darnos cuenta de que el prestigio y los altos ingresos no son tan satisfactorios como esperábamos que fueran. La mediana edad se convierte en un tiempo de doble miseria, formada de decepciones y de aspiraciones evaporadas.
De acuerdo con los datos, a mediados de la década de los 50, las personas se reconcilian con la forma en que su vida está sucediendo. Al mismo tiempo, de acuerdo a lo que han mostrado los estudios cerebrales, el cerebro que envejece aprende a sentir menos remordimiento acerca de las oportunidades desperdiciadas. Esta combinación de aceptar la vida y sentir menos remordimientos por el pasado es lo que hace que la satisfacción de vida se vuelva a elevar. Ya que las personas de más de 50 años tienden a subestimar su satisfacción futura, estos incrementos llegan como una inesperada y placentera sorpresa, lo que eleva aún más los niveles de satisfacción.
En conjunto, estos descubrimientos narran una historia en la que la satisfacción con forma de U en el trabajo (y en la vida en general) es impulsada por aspiraciones sin cumplir, que se traducen en angustia en la mediana edad, pero que son beneficiosamente abandonadas y sentidas con menos remordimiento durante la vejez. Los datos parecen sugerir que si usted está en la agonía de una crisis de mitad de carrera, quizá solo debería esperar hasta alcanzar la ruta ascendente de la forma de U. Sin embargo, también hay otras cosas por hacer ante el mal estar de media carrera:
- En el nivel individual, reconocer la insatisfacción de media carrera como una etapa normal y temporal en su vida laboral le ofrece una luz al final del camino cuando sienta que no hay esperanza. Más aún, escuchar que está bien sentir remordimientos por las aspiraciones no alcanzadas lo ayuda a romper el círculo vicioso de la decepción por sentirse a disgusto.
- En el nivel de las firmas, los departamentos de recursos humanos podrían crear programas de tutoría para mitad de carrera. Usualmente la tutoría se dirige a las primeras etapas de la carrera y continúa solo informalmente durante el resto del proceso. Una cultura corporativa que trate abiertamente la incomodidad de media carrera podría apoyar a los empleados en este proceso de reorientación, ayudándolos a explorar nuevas oportunidades –dentro de la firma.
Hannes Schwandt es un asociado de investigación postdoctoral en el Center for Health and Wellbeing de la Universidad de Princeton.
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