“Nuestras canciones se mueven al ritmo del folklore argentino y latinoamericano porque buscamos acercar a los chicos a un patrimonio cultural que les es propio”, dicen los integrantes de la banda santafecina Canticuénticos -que nació en 2007- desde su sitio web y sus redes sociales. “Con tonada provinciana, y canciones originales, jugamos con el humor, la sorpresa, la emoción y la creatividad. Queremos que cada canción sea una puerta abierta para imaginar, pensar y preguntar”.
Con ese objetivo en su cuarto disco, ¿Por qué, por qué?, incluyeron una canción que les habla a las niñas y los niños sobre “los secretos que hacen mal”. De un modo muy cuidadoso y con mucha dulzura, encontraron la manera de echar luz en lo más sombrío. Les dicen a los pequeños que deben hablar con sus padres, maestros o personas adultas en las que confíen sobre lo que les duele. Lo que los lastima. Lo que otros piden que callen.
Su autora, Ruth Hillar, habló con RED/ACCIÓN y contó cómo surgió Hay secretos: “Estábamos filmando el video de la canción de cuna Noni Noni, buscando la manera más dulce de representar el amor entre quien acuna y quien es acunado y en ese momento pensé que muchos nenes y nenas se van a dormir con angustia y miedo. Y que tal vez se podía componer una canción para ayudar y proteger a esas infancias en peligro. Parecía imposible escribir sobre un tema tan doloroso pero conté con el asesoramiento de Sabrina Medina, una profesional que tiene a su cargo el Programa Integral Género, Derechos y Salud de la Universidad Autónoma de Entre Ríos (UADER). Apoyándome en su supervisión me animé a componerla”.
La iniciativa y la valentía de cantarle a los niños y a las niñas sobre un tema tan complejo de un modo tan sencillo no solo tuvo una amplia aceptación en su público sino también en la comunidad educativa que la incorporó a sus recursos didácticos para hablar de Educación Sexual Integral (ESI). Tiempo después, cuando a la letra y a la música le pusieron imágenes, traspasó fronteras.
“Ya habíamos tenido algunas devoluciones de instituciones y docentes que empezaron a usarla en programas de prevención de abuso y maltrato. Pero desde que aumentó su visibilización, con la aparición del video, fue increíble como tantos sectores de la sociedad la hicieron suya compartiéndola hasta generar una viralización no solo en nuestro país sino también en el exterior”, cuenta Hillar.
Desde que estrenaron Hay secretos madres y padres les agradecen “por ayudar a cuidar a sus niños y niñas y por animarlos y darles pie para charlar temas que son tabú en muchas familias o que no saben cómo encarar”, dice.
También ha recibido mensajes, “y hasta algunas palabras después de los conciertos”, de personas que fueron abusadas durante su niñez: “Dicen que hubieran querido crecer acompañados por una canción como esta. En todos los casos sienten que, de alguna manera, los sana a la distancia, les resulta reparadora. Y esto para mí es infinitamente valioso porque también con esta intención fue compuesta”.