La semana pasada la empresa que tiene en jaque a los sistemas de transporte alrededor del mundo presentó ante el regulador de Wall Street los documentos necesarios para una Oferta Pública Inicial (OPI) en la que busca recaudar US$ 10.000 millones, comenzando así la cuenta regresiva para lo que se espera que sea una de las operaciones más grandes de la historia.
Los secretos del negocio. Uber reveló que en los últimos tres años ha generado pérdidas de más de US$ 10.000 millones. La empresa advirtió que su crecimiento se ha ido frenando en los últimos años, alertó que sus gastos "aumentarán significativamente en el futuro" y que es posible que nunca lleguen a ser rentables. Pero la clave para que eso no suceda es el mercado argentino, que se ha convertido en el de mayor crecimiento en el mundo para la empresa, aunque aquí también tiene “amenazas regulatorias importantes” que podrían limitar su capacidad de crecimiento.
Uber, un negocio con pérdidas
En la presentación, Uber dice que Argentina, junto con Alemania, Italia, Japón, Corea del Sur y España, son los seis mercados prioritarios a corto plazo y donde ven el mayor potencial.
El mercado argentino. Uber dijo a fines del año pasado que en la Argentina hay una escasez de opciones de transporte público y que el crecimiento fue mayor que en el resto de la región debido al mal servicio de colectivos y trenes. Una nota de Reuters dice que la recesión también ha sido un factor favorable, ya que el aumento del desempleo ha generado una mayor oferta de conductores. Y da como ejemplo que el 20% de sus conductores en Buenos Aires estaban desempleados inmediatamente antes de unirse a Uber.
Los riesgos locales. En Argentina Uber enfrenta un obstáculo: para la mayoría de los viajes, la compañía no puede cobrarle a los conductores la comisión del 25%. ¿La razón? los obstáculos legales y regulatorios obliga a que los viajes solo se puedan pagar con efectivo o con tarjetas de crédito emitidas en el extranjero, algo que casi ningún residente local tiene. Cabe mencionar que las comisiones de los conductores son la única fuente de ingresos de Uber.
Uber revela en sus documentos que, en 2018, los viajes pagados en efectivo representaron casi el 13% de los ingresos brutos. La empresa advierte que “establecer la infraestructura adecuada para garantizar que recibamos la tarifa de servicio correcta en los viajes en efectivo es complejo, y puede significar que no podamos cobrar la tarifa de servicio completa para algunos de nuestros viajes en efectivo”.
La amenaza de los reguladores. En los documentos que publicó el jueves, Uber admite los desafíos regulatorios en varios de sus mercados más importantes, incluyendo el argentino, son una amenaza para sus planes de crecimiento. “En ciertas jurisdicciones, incluidos mercados clave como Argentina, Alemania, Italia, Japón, Corea del Sur y España, nuestro modelo de negocio de viajes compartidos ha sido bloqueado, limitado o suspendido, o se nos ha requerido que cambiemos nuestro modelo de negocio, debido principalmente a leyes y restricciones regulatorias significativas en tales jurisdicciones”.
El ejemplo de Mendoza. Uber dice estar comprometido “a utilizar un enfoque proactivo y colaborativo” para solucionar esos problemas. A los inversores y al regulador de EE.UU. les explica que están “reconstruyendo y fortaleciendo sus relaciones con los reguladores de todo el mundo y participando en un diálogo continuo y constructivo”. Dan como ejemplo el trabajo conjunto con el gobierno de Mendoza “para diseñar las primeras regulaciones de viajes compartidos del país”. Cabe mencionar que Mendoza es la única provincia donde Uber opera legalmente.
Modelo de negocios bajo la lupa. Uber tambien admite que su crecimiento está amenazado por los cuestionamientos a su relación con los conductores. En su presentación a los inversores, la compañía dijo que tiene como objetivo reducir los incentivos al conductor para mejorar su desempeño financiero, por lo que “esperamos que la insatisfacción del conductor empeorará”.
Exlica que muchos de los choferes actualmente no están obligados a obtener una licencia de taxi o comercial en sus respectivas jurisdicciones. Sin embargo, hay mercados que están tomado medidas para hacer cumplir con las normas de licencia vigentes o han propuesto “nuevas leyes o regulaciones que requieren que los conductores obtengan una licencia de las autoridades locales o que nosotros o nuestras subsidiarias obtengan una licencia como compañía de transporte”.
Uber dice que de hacerse efectivas, esas regulaciones podrían afectar negativamente su a capacidad para escalar el negocio y sus operaciones.
América Latina, una joya. Uber reveló que América Latina es la región donde genera los mayores ingresos después de Estados Unidos y Canada, por encima de Europa y Asia. En 2018, de los casi US$ 10.897 millones que generó en ingresos, casi el 20% se generaron en la región. Aunque los ingresos por kilómetro recorrido son menores que en Europa y Estados Unidos.
Uber dice que al igual que en Argentina, su negocio se beneficia por el mal servicio de transporte público y por el hecho que en rutas cortas y para dos personas o más, su tarifa compite con la del colectivo o subte.