Una encuesta realizada el año pasado por mi compañía, Sage, en colaboración con YouGov, mostró que en el Reino Unido, uno de cada cuatro niños de entre 8 y 18 años está interesado en seguir una carrera basada en inteligencia artificial (IA). ¿Qué pasa con el resto de ellos? Bueno, 20% de los niños que no estaban interesados en la IA dijeron que no creían ser lo suficientemente inteligentes. La respuesta más común (24%) era que preferirían una carrera más creativa.
El año pasado trabajamos, a través de la Sage Foundation, con un socio externo, para acercar la IA a niños de comunidades diversas en el Reino Unido. El programa nos enseñó que el éxito del programa iba más allá de enseñarles habilidades técnicas. El plan de estudios, también, debe incluir habilidades blandas como: resolución de problemas, creatividad, comunicación y colaboración.
El mundo necesita enfocarse en reducir las barreras educativas y psicológicas para acceder al entrenamiento en habilidades vinculadas a la digitalización y a la alfabetización en IA. En el Reino Unido, existe una clara brecha de habilidades digitales y una drástica disparidad de género entre las poblaciones estudiantiles interesadas en la ciencia de computación. De hecho, sólo el 12% de los estudiantes del país eligieron tomar cursos de cómputo en 2017. Además, únicamente el 20% de esos estudiantes fueron mujeres. Ambos números necesitan incrementarse en el Reino Unido y en todo del mundo. Se necesitan iniciativas de sistemas educativos que promuevan el aprendizaje de las materias de ciencia, tecnología, ingeniería y matemática desde una temprana edad.
En el mundo empresarial, la respuesta obvia para resolver esta escasez de talento para la IA consiste en re-entrenar a los trabajadores para los trabajos del futuro. Esos puestos requerirán que las personas entiendan lo básico de la IA, sin importar su título o disciplina. No todos los que reciban esta clase de entrenamiento necesitan convertirse en científicos de datos. La evolución de las tecnologías de la información creó un amplio rango de ocupaciones, con diferentes requerimientos educativos, muchas de las cuales se convirtieron en roles que tienen altos salarios. Asimismo, necesitamos preparar una fuerza de trabajo más amplia, no solo para construir, sino para probar, dar soporte, vender y asegurar sistemas de IA.
Finalmente, los especialistas en IA tendrán que generar diversas experiencias para garantizar que la tecnología represente a todas las personas, que la utilizan. Las compañías que construyan y usen IA durante la próxima década podrán beneficiarse de las vibrantes perspectivas de artistas, escritores creativos y lingüistas, además del conocimiento técnico de los programadores y científicos de datos. La responsabilidad recae en la industria y el sector público para equipar a niños y adultos con las habilidades técnicas y blandas necesarias para que la IA alcance su potencial.
Kriti Sharma es vicepresidente de inteligencia artificial en Sage.
©HBR, distribuido por The New York Times Licensing Group