Un nuevo informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) reveló que el 24 % de las mujeres adolescentes que tuvieron una relación sufrieron violencia de género por parte de su pareja antes de cumplir 20 años. Además, casi una de cada seis adolescentes fueron víctimas de violencia física y/o sexual por parte de su pareja en el último año.
El análisis reveló que la violencia de pareja comienza a una edad “alarmantemente temprana”, como lo explicó la directora del departamento de la OMS de Salud Sexual y Reproductiva e Investigaciones Conexas, Pascale Allotey.
“Dado que la violencia durante esos cruciales años formativos puede causar daños profundos y duraderos, es necesario darle más importancia en tanto problema de salud pública, prestando atención especial a la prevención y la prestación de apoyo específico”, agregó Allotey.
Si bien el informe evidencia que la violencia de género ocurre en todos lados, surgen tendencias pronunciadas en ciertas regiones. Oceanía y África Subsahariana central son las más afectadas, con un 47 % y 40 % respectivamente, lo que revela que la violencia en pareja es más prevalente en regiones con menor número de jóvenes en la secundaria y en regiones donde los derechos de propiedad y sucesión para las mujeres son más débiles que con los varones.
Bajo esta misma lógica, el informe concluyó que el matrimonio infantil es un factor que incrementa la violencia debido a los desequilibrios de poder, dependencia emocional y aislamiento social que genera la diferencia de edad.
Por su parte, los países con tasas más bajas de violencia de pareja en adolescentes se encuentran en Europa central y Asia central, con un 10 % y 11 % respectivamente.
“Para poner fin a la violencia de género los países deben instaurar políticas y programas que fomenten la igualdad de las mujeres y las niñas”, señaló Lynnmarie Sardinha, autora del estudio. “Ello significa garantizar educación secundaria para todas las niñas, proteger la igualdad de género en los derechos de propiedad y eliminar prácticas nocivas, como el matrimonio infantil, que a menudo se sustentan en las mismas normas de género inequitativas que perpetúan la violencia contra las mujeres y las niñas”.