En medio de la carrera global por las vacunas contra el covid-19, las comunidades veganas y vegetarianas éticas se enfrentaron a un dilema moral único: vacunarse o no, sabiendo que el desarrollo de las vacunas había implicado pruebas en animales. Al hilo de este hecho, un estudio publicado recientemente ha explorado cómo estos dos grupos, a menudo unidos por su compromiso con la defensa de los animales, navegaron estas aguas turbulentas en el punto álgido de la pandemia.
El estudio recopiló respuestas de 853 veganos y vegetarianos éticos de 48 países, con un 66 % de veganos y un 34 % de vegetarianos. El objetivo era comprender las diferencias en actitudes y comportamientos entre estos grupos ante una crisis de salud global en la que la única solución promovida y apoyada chocaba directamente con sus valores fundamentales.
Veganos: más comprometidos y menos conformes
Los datos del estudio revelan que, aunque tanto veganos como vegetarianos comparten una profunda preocupación por el bienestar animal, sus respuestas a la campaña de vacunación contra el covid-19 divergieron significativamente. En particular, los veganos sintieron un conflicto ético profundo al aceptar vacunas desarrolladas mediante pruebas en animales, mostrando en general una menor aceptación de las pautas de vacunación en comparación con los vegetarianos.
En la muestra del estudio, el 82 % de las personas veganas y el 94 % de las vegetarianas eligieron vacunarse. Curiosamente, los veganos, más que los vegetarianos, parecen estar motivados por un sentido de responsabilidad hacia los demás más que por preocupación por su propia salud. Esta tendencia a anteponer a los demás se alinea con una empatía arraigada que no solo es fundamental para su ética, sino que también puede activar una respuesta emocional y cognitiva diferente a la crisis de salud en comparación con los vegetarianos (por ejemplo, niveles de estrés más bajos).
Sometidos a presiones sociales y éticas
La investigación destaca cómo las presiones sociales y la necesidad urgente de vacunación exacerbaron los dilemas éticos enfrentados por estas comunidades. Los veganos, que tienden a ser más rigurosos en su evitación de productos animales, enfrentaron un escrutinio significativo y tuvieron que sopesar los beneficios para la salud pública frente a sus objeciones éticas a las pruebas en animales.
Curiosamente, el estudio señala que la crisis llevó a muchos dentro de estas comunidades a reevaluar sus posiciones sobre las pruebas en animales, particularmente en relación con las vacunas. Este cambio fue especialmente notable entre los vegetarianos, quienes generalmente mostraron un enfoque más flexible hacia la vacuna a pesar de su proceso de desarrollo.
Otro aspecto del estudio fue el papel de la cobertura mediática y la percepción de censura de la información durante la pandemia. Por un lado, el grupo vegano informó de niveles más bajos de consumo de medios tradicionales. Esto, junto con un mayor nivel de percepción de censura, podría explicar las diferencias con los vegetarianos en términos de percepción y manejo de la crisis.
Por otro lado, los resultados muestran que tanto veganos como vegetarianos sintieron que los medios tradicionales no representaban adecuadamente su postura ética, lo que contribuyó a que se sintieran marginados. Incluso, en algunos casos, atacados. Algo que concuerda totalmente con otras investigaciones acerca de los estereotipos sobre las personas veganas y defensoras de los animales en la sociedad y en los medios de comunicación.
Consistencia moral y respuestas comunitarias
Uno de los hallazgos clave del estudio es el concepto de consistencia moral dentro de las comunidades encuestadas. Muchos encuestados expresaron un deseo de alternativas a las vacunas coherentes con sus creencias éticas, enfatizando la necesidad de avances en la investigación médica que no dependan de pruebas en animales. A medida que el mundo navega las aguas turbulentas de la pandemia del covid-19, este estudio arroja luz sobre los desafíos únicos a los que se enfrentan grupos minoritarios éticos como veganos y vegetarianos. La compleja interacción entre los imperativos de salud pública, la presión social y los valores personales altruistas ofrece una visión de cómo este tipo de crisis puede remodelar las normas sociales y las consideraciones éticas.
La compasión, más allá de ser un valor individual, es un catalizador para la toma de decisiones éticas colectivas. En el futuro, es crucial integrar diversas creencias éticas en las iniciativas de salud pública para fomentar intervenciones que sean respetuosas e inclusivas. Para este fin, la compasión podría ser la piedra angular en el diseño de políticas de salud pública más empáticas, asegurando que nuestras respuestas a las crisis de salud reflejen y respeten la complejidad del tejido social.
Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.