Después de una performance muy pobre en el primer debate presidencial el jueves pasado por parte de Joe Biden, crecen las versiones de que el Partido Demócrata baraja la posibilidad de cambiar su candidato para las elecciones que se llevarán a cabo en noviembre. En paralelo, periodistas demócratas pidieron al actual presidente que dé un paso al costado en la campaña, como es el caso del directorio del New York Times; del periodista Thomas Friedman, amigo de Biden y ganador del Pulitzer; y de David Remnick, editor del New Yorker. Sin embargo, las primarias del partido ya cerraron. ¿Cómo se vería que Biden se baje de la carrera electoral? ¿Qué pasaría? Y ¿quién lo podría reemplazar?
El candidato del partido es oficialmente elegido durante la Convención Nacional Demócrata (CND), que este año será entre el 19 y 22 de agosto. Aquí, un candidato debe ganar el apoyo de la mayoría de los delegados del partido, cuyo número es determinado por los resultados estatales de las primarias. Biden ganó casi el 99% de los 4,000 delegados, que, según las reglas del partido, están prometidos a votar por él. Si Biden voluntariamente se bajara de la postulación, los demócratas tendrían una convención abierta para sugerir candidatos alternativos hasta que alguno consiga la mayoría de los votos.
Hasta ahora Biden no ha dado indicio de considerar dejar la carrera electoral. Por lo contrario, la vocera de su campaña, Mia Ehrenberg, respondió con convicción cuando le preguntaron si el presidente se bajaría de las elecciones después del debate presidencial.
“Definitivamente no”, contestó Ehrenberg. “No hay conversaciones sobre [hacerse a un lado] en absoluto.”
En la historia moderna del país, ningún partido ha intentado derrocar a su candidato, ni hay evidencia de semejante plan para hacerlo en esta instancia. Sin embargo, las reglas del partido dicen que los delegados deben “en buena conciencia reflejar los sentimientos de aquellos que los eligieron”, lo cual significa que no están legalmente obligados a votar por Biden.
“Sería un escenario increíblemente feo”, dijo la historiadora política Lea Wright Rigueur a BBC News, al referirse a la posibilidad de elegir a un candidato distinto a Biden.
Wright Rigueur señaló que la CND puede cambiar las reglas del juego en cualquier punto. En 1968, cuando el entonces presidente Lyndon B. Johnson decidió no buscar la reelección, el partido hizo el cambio de una convención abierta, dónde cada delegado podía votar por quien quisiera, a un proceso fijo que mantuviera a los delegados atados a los resultados de las primarias.
“En cualquier momento del proceso, las reglas respecto a la elección de un candidato presidencial pueden cambiar”, explicó. “Nada está fuera del reino de la posibilidad”.
Sin embargo, aún si Biden estuviera dispuesto a bajarse de las elecciones, los grupos conservadores han adelantado que lanzarían demandas desafiando la legalidad de un cambio en la boleta electoral demócrata.
Si bien su vicepresidente, Kamala Harris, tomaría el lugar de Biden si él fuera a dar un paso al costado durante su presidencia, lo mismo no aplica a las instancias previas a la elección. Para tomar su lugar, Harris debería, al igual que cualquier otro candidato, ganar la mayoría de los delegados en agosto. A pesar de su rol dentro del partido, su popularidad entre el público estadounidense es más baja que la de Biden o Trump, según un análisis por FiveThirtyEight.
Los candidatos favoritos para tomar el lugar del actual presidente son los gobernadores Gavin Newsom (California), Gretchen Whitmer (Michigan) o Josh Shapiro (Pennsylvania). Pero ninguno ha anunciado abiertamente un plan o deseo de reemplazar a Biden.