Julio es "el mes libre de plástico", una iniciativa global que busca reducir el impacto ambiental de estos desechos y que comenzó en Australia en 2011 impulsada por Plastic Free Foundation, una entidad sin fines de lucro. Julio sin plástico se extendió a más de 190 países y, según el movimiento, evitó la generación de más de 1.5 millones de toneladas de residuos plásticos en los últimos cinco años, equivalente a llenar unos 80.000 camiones de basura.
Eduardo Verón, licenciado en Ciencia Políticas, doctor en Ciencias Ambientales por la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM) y becario doctoral del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), detalla los impactos ambientales derivados de la producción, uso y descarte del plástico.
En primer lugar, Verón resalta que la producción implica un uso intensivo de recursos, como energía y agua, dado que los plásticos se fabrican a partir de compuestos orgánicos sintéticos o semisintéticos.
En cuanto al uso de plásticos, el especialista subraya que una gran proporción de estos materiales se destina a envases de un solo uso. Según estadísticas citadas por Greenpeace, aproximadamente el 40 % de los plásticos producidos se utilizan para envases. Este uso efímero contrasta con la duración extremadamente prolongada del plástico en el ambiente una vez descartado.
"Las golosinas que suelen regalarse en esta semana están envueltas con un tipo de plástico que no se puede reciclar", explica Verón. "Existen 7 tipos de plásticos, algunos muy fácilmente reciclables, otros un poco más difícil y otros imposibles. Justamente, en su mayoría, las golosinas están envueltas con plásticos de un solo uso”, porque están compuestos por distintos tipos de plásticos, lo que dificulta el proceso de tratamiento, aclara. Luego, añade que el plástico de un solo uso "no se puede reciclar ni reutilizar, y permanece en el ambiente durante décadas, contaminando tierra, agua y aire, y afectando a los seres vivos que dependen de estos recursos.
Este plástico se utiliza principalmente por su utilidad para la conservación de alimentos, sin embargo “es muy liviano, lo que complica su gestión, ya que suele volar y perderse fácilmente en las calles", agrega Verón. En contraste, otros tipos de plásticos, como el PET (utilizado en botellas y tapitas) o el polietileno de alta densidad, son reciclables y tienen demanda en el mercado por su valor económico.
La degradación del plástico puede tardar cientos de años, proceso durante el cual se fragmenta en microplásticos, partículas diminutas que se dispersan por el aire, el agua y la tierra.
Verón destaca que "los microplásticos han sido encontrados incluso en tejidos humanos, lo que subraya la magnitud del problema y su impacto directo en la salud pública". Además, menciona la formación de grandes acumulaciones de plásticos en los océanos, conocidas como "islas de plástico", que son resultado de la acumulación de desechos plásticos impulsados por giros de corrientes marinas. De los 1,8 billones de plástico de los que está compuesta la mancha del Pacífico Norte, un 94 % consiste en microplásticos, según National Geographic.
El informe del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) subraya que entre 23 y 37 millones de toneladas de plástico llegan a los océanos cada año, amenazando ecosistemas frágiles y especies vulnerables si no se toman medidas drásticas de inmediato.La Dra. Claudia Giacovelli, oficial de programas de la Unidad de Ciclo de Vida del PNUMA, enfatiza que el problema radica no solo en el material en sí, sino en la cultura de un solo uso que promueve su producción y consumo.
En ese sentido, Verón enfatiza la importancia de la concienciación y la reconsideración de los hábitos de consumo. Propone alternativas como el uso de botellas reutilizables y la reducción del consumo de bolsas plásticas, promoviendo así un enfoque de "reducir, reutilizar y reciclar" como parte de la solución.
¿Cómo eliminar gradualmente los plásticos de un solo uso?
El método de “Las 5R”amplía el enfoque original de las “3R”, ya que incluye la prevención de la generación de residuos desde el inicio (rechazar) y la prolongación de la vida útil de los productos existentes (reparar).
- Reducir: disminuir la cantidad de residuos, consumir de manera responsable y evitar productos innecesarios. Por ejemplo, hacer compras conscientes, evitar el sobreempaquetado y optar por productos duraderos.
- Reutilizar: utilizar varias veces un mismo producto o material sin necesidad de procesamiento previo. Actividades como reparar objetos, donar artículos en buen estado, utilizar envases reutilizables y emplear bolsas de tela en lugar de bolsas de plástico desechables.
- Reciclar: separar y clasificar los residuos en diferentes categorías (plástico, papel, vidrio, metal, etc.) para convertirlos en materias primas secundarias.
- Rechazar: evitar productos que generan residuos innecesarios o no sean ecológicamente responsables. Al momento de consumir, contar con información y seleccionar alternativas más sostenibles.
- Reparar: arreglar productos o equipos en lugar de desecharlos cuando se dañan promueve alargar la vida útil de los productos y reduce la necesidad de fabricar nuevos materiales.
Otras recomendaciones, según el informe del PNUMA, son:
- Diseñar productos circulares: es fundamental que los productos sean diseñados para ser ligeros, duraderos y reciclables después de su vida útil inicial. Fomentar el uso de energías renovables y materiales reciclados en su producción es crucial.
- Contexto social y geográfico: las soluciones deben adaptarse a las realidades locales, considerando las capacidades de gestión de residuos, la infraestructura disponible y las preferencias culturales de cada región.