Luego de meses de atacarse públicamente, finalmente hoy Joe Biden y Donald Trump tendrán la posibilidad de confrontar sus ideas en un debate por la presidencia de Estados Unidos. Las elecciones, que tendrán lugar el martes 5 de noviembre, postulan a los mismos dos candidatos de los últimos comicios en el 2020, cuando ganó el candidato demócrata.
El primero de los dos debates presidenciales será a las 22 (horario de Argentina) en los estudios de CNN, en Atlanta. La selección de los moderadores, los periodistas políticos Jake Tapper y Dana Bash, despertó críticas por parte de quienes llevan adelante la campaña de Trump, dado que ambos lo han criticado abiertamente. Tapper abiertamente comparó al republicano con Hitler, mientras que Bash festejó su derrota ante Biden.
Una particularidad de esta elección es que está marcada por la edad de sus participantes: Trump acaba de cumplir 78 años, mientras que Biden tendría 82 al momento de comenzar su segundo mandato. Esto genera una expectativa particularmente aguda por el incipiente debate, que está ocurriendo mucho más temprano de lo usual en la carrera presidencial.
Un análisis del diario The New York Times deja hoy a Trump como ganador con un 46 % de los votos. Por lo tanto, el debate de hoy puede ser clave para Biden. Según una encuesta de AP News, la mayoría de los adultos norteamericanos planean ver el debate, con varios destacando que les parece “súper importante” el desempeño de cada uno para definir sus votos.
El sistema estadounidense de dos partidos asegura que casi siempre, en esta etapa de la competencia, habrá dos candidatos principales. El país cuenta con un sistema de colegio electoral, que significa que el candidato ganador no necesariamente debe ganar el voto popular. Al ser un país compuesto de 50 estados, cada estado cuenta con un número de representantes acorde a su población. Hay una totalidad de 538 electores y para ganar las elecciones se necesitan 270, uno más que la mitad. Todos los puntos electorales se van al ganador del estado: por ejemplo, si Trump ganara en Arizona con un márgen de 4 puntos, los 11 puntos que le corresponden al estado irán al candidato republicano.
Por lo tanto, las encuestas siguen muy de cerca la performance de cada candidato. Existen estados que históricamente son republicanos y otros que consistentemente votan para los demócratas, como Texas y California, respectivamente. Otros, como Michigan y Pennsylvania, son considerados “estados de batalla”, lo cual significa que no se evidencian tendencias claras para ningún lado. Estos territorios suelen ser las sedes principales de los candidatos y a dónde se destina gran parte del presupuesto de campaña.