La viralización de expresiones de odio y desinformación es un problema social creciente que amenaza los valores democráticos y la cohesión social. Los medios de comunicación, actores clave en la opinión pública, no son ajenos a este fenómeno. Las secciones de comentarios en sus portales web y redes sociales se han convertido en “trincheras” donde se debaten noticias y se disemina odio contra colectivos vulnerabilizados como inmigrantes, la comunidad LGTBQ+ y mujeres, entre otros.
La naturaleza compleja del odio
Desde el ámbito académico, se ha resaltado la naturaleza transversal y compleja del estudio del odio, en constante reelaboración. Aunque el odio suele asociarse con comentarios groseros, hostiles o insultantes, existe consenso en algunos rasgos comunes, como la intención de humillar, discriminar o amenazar a personas por motivos de raza, género, etnia, ideología, religión, política u otros rasgos compartidos.
Es crucial trazar una cartografía de las expresiones de odio en los escenarios digitales actuales que determine su presencia en estos espacios –redes sociales y portales webs de los medios informativos digitales– en España, que identifique los colectivos más afectados y valore las intensidades de esas expresiones para dirigir los esfuerzos de contención.
Hasta ahora, el estudio de las secciones de comentarios se ha centrado más en comprender opiniones, actitudes, sistemas de moderación y rutinas profesionales que en evaluar la incidencia de estas expresiones de odio en los aspectos mencionados.
A partir de los resultados obtenidos los proyectos Hatemedia y Cartodiocom se establecen las primeras líneas de una cartografía de odio diseminado en las secciones de comentarios de los medios informativos digitales españoles, así como en sus redes sociales.
La investigación se basa en el análisis de más de 10 millones de mensajes realizados por usuarios, escritos a partir de noticias publicadas por los principales medios informativos digitales españoles en las redes X, Facebook y los propios foros de esos diarios durante 2021 y 2022. Los resultados evidencian la existencia de un 10 % de mensajes con expresiones de odio, siendo X (18 %) la red con mayor presencia, en comparación con Facebook (8,9 %) y los foros web (7,5 %).
El odio de tipo político es uno de los principales diseminados, con niveles lo suficiente bajos para no violar la ley, pero los suficientemente altos para dejar huella. Son mensajes incívicos, malintencionados, y/o con insultos.
El número de mensajes con odio de mayor intensidad se relaciona con la línea editorial de los medios informativos. Así, los diarios con una mayor percepción social ideológica de izquierda o derecha cuentan con mayor presencia en su entorno de comentarios de odio e intensidades más altas que los medios considerados de centro.
El odio alrededor de los medios informativos digitales se centra en términos denotativos negativos, principalmente dirigidos a actores políticos (preferentemente al Gobierno de España), y hacia los propios medios y periodistas. Se reiteran ideas similares alrededor de determinados ejes temáticos, empleados para posicionar narrativas dentro de la opinión pública. Por ejemplo, en torno a la invasión rusa a Ucrania, la relación hombre-mujer, entre otros.
El análisis estilométrico permite identificar similitudes de temas y estructuras gramaticales empleadas, y señala una posible coordinación entre usuarios odiadores. El patrón de escritura observado entre estos depende del canal de distribución (y no en torno al medio informativo). Se trata de usuarios que, sin ser mayoría, se muestran muy activos.
El reto de los medios
Es preciso revisar los sistemas de moderación existente en los medios informativos digitales en España para poder afrontar el odio de baja intensidad. Este odio es el que predomina alrededor de los debates generados en torno a las noticias de los diarios. Hay un odio en dichos mensajes lo suficientemente alto para perturbar el debate público, y lo suficientemente bajo para no entrar en problemas legales. Determinados detalles como la similitud en la escritura ya comentada permiten señalar la existencia de acciones coordinadas por parte de un grupo minoritario de usuarios que posicionan narrativas negativas (de odio) en la opinión pública.
Así, esta cartografía destaca la presencia de estos actores especializados en la diseminación del odio como recurso efectivo, especialmente ligados a ideología de extrema derecha, a través del uso de temas políticos como eje principal y descrédito de los medios de comunicación.
En los últimos años, la sociedad española ha visto crecer la polarización de su espacio público como consecuencia del avance de los movimientos de extremos políticos en el debate democrático español, pero también europeo. Las expresiones de odio son un reflejo, una consecuencia y también un arma de estos planteamientos políticos.
María Antonia Paz-Rebollo, Catedrática de Periodismo, Universidad Complutense de Madrid; Elías Manuel Said Hung, Profesor titular de la Facultad de Educación, UNIR - Universidad Internacional de La Rioja ; Julio Montero-Díaz, Vicerrector de Investigación, UNIR - Universidad Internacional de La Rioja y Sergio Arce Garcia, Profesor e investigador en comunicación digital y redes sociales., UNIR - Universidad Internacional de La Rioja
Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.