Los plásticos de colores brillantes como el rojo, azul y verde tienen más probabilidades de desintegrarse rápidamente que los de colores opacos como el negro, blanco y plateado. Así lo reveló un estudio publicado en la revista Environmental Pollution, que analizó dos estudios realizados en la Universidad de Leicester (Gran Bretaña) y la Universidad de Ciudad del Cabo (Sudáfrica).
"El plástico no desaparece. Los plásticos cuando se encuentran expuestos a distintos factores ambientales como luz, calor, abrasión mecánica, humedad, químicos o actividad biológica, se fragmentan en microplásticos", explican desde Laboratorios Unplastify.
En la universidad británica los especialistas dejaron botellas de varios colores en el techo de la institución para estudiar cómo cambiaban expuestos al sol y a otros elementos durante tres años. Por otro lado, los científicos africanos estudiaron diferentes ítems de plástico que contenían una fecha de fabricación y que fueron encontrados en la playa.
De acuerdo con un comunicado de la Universidad de Leicester, los resultados del estudio confirmaron que los plásticos de color negro, blanco y plateado no presentaron roturas significativas y que se encontraron muestras de hasta 45 años, mientras que los rojas, azules y verdes sí se habían fragmentado en el mismo período de tiempo. En Sudáfrica, las muestras más antiguas eran de colores lisos pero no había de colores brillantes. No obstante, la arena sí tenía microplásticos de colores.
Según explican desde Unplastify a RED/ACCIÓN, la luz UV tiene mucha energía y provoca la fragmentación del plástico y los colorantes agregados a los plásticos reaccionan de forma distinta a ella. De esta manera, pueden evitar la fragmentación o promoverla. En el primer caso, por ejemplo, el negro absorbe luz UV y la transforma en calor, es decir, disipa la energía y evita el daño del ítem plástico. En el segundo caso, el azul, verde y rojo son colorantes que absorben luz en el rango visible, y al ser fotosensibles se degradan o desprenden del item plástico. Esto afecta las propiedades físicas y lo hace más susceptible a otras radiaciones como la UV que le provocan grietas y su posterior fragmentación.
"Los fabricantes deben considerar tanto la reciclabilidad del material como la probabilidad de que se desperdicie al diseñar artículos y envases de plástico", dijo Sarah Key, directora del estudio, a The Guardian. "Para los artículos que se usan al aire libre o que están muy expuestos a la luz solar, como los muebles de plástico para exteriores, considere evitar colores como el rojo, el verde y el azul para que duren el mayor tiempo posible", agregó.
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