Microsoft anunció una inversión de 1.5 mil millones de dólares en G42, una empresa tecnológica de los Emiratos Árabes Unidos. Según su comunicado oficial, la gigante norteamericana recibirá una participación minoritaria a cambio de la inversión y el Vicepresidente de Microsoft, Brad Smith, se incorporará al consejo de administración de la compañía de Medio Oriente.
Si bien desde lejos podría interpretarse como una simple inversión para expansión o acceso a la tecnología de un tercero, en la decisión de Microsoft los especialistas leen la influencia de los intereses de Estados Unidos.
“No es solo la compra de una compañía. Esto es parte de la competencia geopolítica entre Estados Unidos y China”, explica Patricio Carmody, especialista en relaciones internacionales, en diálogo con RED/ACCIÓN. “Ambos países hoy están luchando para ver quién tiene más influencia en la región del golfo pérsico debido a su riqueza económica”, profundiza.
A partir de la inversión, G42 podrá vender los servicios de Microsoft que utilizan potentes chips de IA, el corazón de esta tecnología. Además, la empresa árabe utilizará Azure, los servicios en la nube de Microsoft. No obstante, para esto, se deberá cumplir ciertas normativas de seguridad que fueron negociadas por el gobierno estadounidense.
Entre ellas, eliminar los equipos chinos de las operaciones de G42, o pedir permiso antes de compartir sus tecnologías con otros gobiernos o ejércitos. Además, se le prohíbe utilizar la tecnología con fines de vigilancia. Cuando lo requiera, la empresa norteamericana podrá auditar el uso que la empresa de Medio Oriente haga de su tecnología.
"Dada la importancia de la tecnología y lo importante que es para los dos países, hemos dado este primer paso en estrecha colaboración con los gobiernos de los EAU y de Estados Unidos", declaró Smith según Business Insider. "Daremos el siguiente paso y los siguientes en estrecha colaboración con ellos también".
La inversión, sin embargo, fue altamente cuestionada por algunos funcionarios de Washington debido a los estrechos vínculos que G42, y los Emiratos en general, tiene con China. De acuerdo con The New York Times, una parte del sistema de vigilancia nacional de EAU se basa en tecnología china y sus telecomunicaciones funcionan con hardware de Huawei, un proveedor chino.
Según Carmody, Estados Unidos ve a esos vínculos como una “puerta de entrada por atrás” para la inteligencia china. En consecuencia, para concretar el acuerdo de inversión la administración de Biden le exigió a Sheikh Tahnoon bin Zayed, CEO de G42, asesor de seguridad nacional de los Emiratos y hermano menor del gobernante del país, que se corten todos los usos de hardwares chinos en el país, destronando a la potencia asiática.
Los Emiratos, por su parte, buscan ratificar su posición como pioneros tecnológicos, según desarrolla Financial Times. Abu Dabi, específicamente, busca consolidarse como el centro neurálgico de la inteligencia artificial. Además, ante los ojos de los tecnológicos en Silicon Valley, este nuevo acuerdo deja al país árabe como un socio creíble, más que una fuente fácil de financiación.