Una de las autores más interesantes a nivel internacional es sin duda la ilustradora coreana Keum Suk Gendry-Kim, especialmente después del éxito de dos de sus novelas gráficas: Hierba (Pul, 2017, 2022 en castellano), de la que se ha publicado en 2024 la versión catalana (Herba), y La espera (Gidarim, 2020, 2023 en castellano), a la que dedicamos en su momento el artículo Memoria histórica coreana: la deuda con las mujeres de una generación a punto de desaparecer (2023).
En marzo de 2024, el sello Reservoir Books de Penguin Random House Grupo Editorial publica la tercera novela gráfica de la autora en su colección, la esperada Perros (개, 2022), con traducción al castellano de Joo Hasun. La autora se inspira en su propia experiencia personal para ficcionar una historia sobre la esencia de la familia y la construcción de los vínculos afectivos y, también, como escaparate de las vicisitudes del día a día asociadas a tener uno o varios perros a tu cargo. Las viñetas tendrán una utilidad destacada como denuncia del maltrato realizado por algunas personas, un maltrato que la autora espera que desaparezca del todo en los próximos años en la comunidad coreana.
Perros comienza con la compra de Zanahoria en una tienda, un cachorro por el que había insistido el marido de la protagonista de la novela gráfica, triste desde hacía meses por la muerte de su abuela, a la que le unía fuertes lazos desde la infancia, y a la que recordaba siempre acompañada de su perro. Ninguno de los dos tenía experiencia previa de convivir con una mascota, por lo que todo era nuevo para la pareja, así que los acompañaremos en su proceso de aprendizaje a lo largo de las páginas. Pronto llegaría una segunda adopción no premeditada. Aunque la decisión más importante sería la de mudarse a una casa rural (de hecho, sabemos que la autora vive en una pequeña isla, cerca de Seúl), para que los perros tengan más espacio, teniendo en cuenta, además, que la pareja trabaja en casa. Zanahoria, que también es el nombre del primer perro de la autora, es extremadamente sensible a los ruidos, por lo que la opción de abandonar la ciudad era la más adecuada. Una decisión familiar transcendental, condicionada por lo que es lo mejor para tu perro.
La llegada del segundo perro, Patata (y sí, se llama igual que el de la autora), implicará nuevos retos, con nuevas dudas sobre cómo comportarse ante ellos o cómo lidiar con los posibles conflictos que van surgiendo, también con el hecho de que los dos tienen caracteres diferentes. Los largos paseos diarios por el campo y la montaña servirán a la autora para reflejar comportamientos positivos y negativos de diferentes personas, samaritanos generosos con los perros abandonados en contraposición con dueños maltratadores. Aquí aparece el tercer protagonista de la historia, Choco (de nuevo, el nombre del tercer perro de la autora), adoptado a una señora que prácticamente lo tenía abandonado en condiciones insalubres.
En la rueda de prensa de presentación realizada por la autora, esta recordaba que Corea del Sur tiene la tasa de fecundidad más baja del mundo, la media ya está por debajo de un hijo por cada mujer. En paralelo, ha aumentado exponencialmente el número de perros en el país, especialmente como mascotas, un aspecto importante teniendo en cuenta las ancestrales tradiciones gastronómicas. El 9 de enero de 2024, el Parlamento de Corea del Sur aprobaba una ley que prohíbe la cría y venta de perros para consumo humano a partir de 2027, lo que ha contribuido enormemente a disminuir progresivamente el número de restaurantes que ofrecen dicho plato y, consecuentemente, con un esperado impacto negativo en las granjas dedicadas a criar para dichos usos. Eso sí, hay que recordar que dicha práctica sigue vigente en países como China, India, Vietnam, Filipinas, Camboya o Indonesia.
Keum Suk Gendry-Kim utiliza su pincel, de nuevo, como denuncia a través de mostrarnos los comportamientos deleznables de algunos de los personajes secundarios de su novela gráfica. Pero, también, nos invita a reflexionar sobre cómo los animales contribuyen a humanizar a sus humanos, y sobre la responsabilidad de preocuparnos por su bienestar físico y emocional. La autora nos explicaba la importancia de asegurar la felicidad de sus perros para que retroalimente a la felicidad de todos los miembros de la familia.
La protagonista de Perros reconoce en una viñeta que si volviera a empezar, no compraría su primer perro en una tienda (ella misma cree que algunos comportamientos erráticos de Zanahoria al principio podrían ser consecuencias de experiencias negativas en la granja donde nació), sino que lo adoptaría, aunque en la novela gráfica (y en la entrevista lo corroboró) la protagonista no se fía de los centros de adiestramiento, por noticias reales de maltrato en dichos centros en los últimos años en Corea del Sur. El trazo de la autora y su magistral capacidad narrativa nos permite adentrarnos en el día a día de esta familia a lo largo de varias estaciones y diferentes contratiempos, siendo especialmente crueles algunas de las situaciones presentadas.
En contraposición, con una vocación más pedagógica y en un contexto cultural más próximo, cabe destacar la labor de José Fonollosa, guionista y dibujante de las novelas gráficas Refugio (2020) y Diario de un refugio (2021), las dos publicadas por Grafito Editorial. En Refugio, Fonollosa nos muestra su experiencia como voluntario los fines de semana en un refugio de animales, en concreto en SPAX, la Sociedad Protectora de animales de Xàtiva, en Valencia. Ya desde la primera viñeta sabemos que vive con un gato y que es un neófito con los perros, bueno, en realidad los aficionados al cómic ya lo sabíamos después de leer sus cómics gatunos (por ejemplo, la recopilación de los tres primeros tomos publicados en Todo Miau (2013), publicado por Diábolo Ediciones).
En Refugio acompañaremos al autor en su aprendizaje al mismo tiempo que nos muestra el quehacer del refugio, especialmente durante el fin de semana, en el que aumenta el trasiego de gente con la llegada de los padrinos que se encargan de pasear a los perros o de colaborar, como el mismo autor, en las tareas cotidianas. De nuevo, aprenderemos a través del ejemplo. Conoceremos de primera mano la labor de los trabajadores y voluntarios, sabremos cuáles son los problemas más habituales de una instalación de este tipo, así como las diferentes formas en que podemos colaborar. También con los detalles: asistencia veterinaria y asistencial o soporte económico en medicinas o comida para los cuidadores ocasionales, etc. También contemplaremos diversos comportamientos de los perros, en los que intuimos en algunos casos maltratos anteriores que dejan huella. Es especialmente espeluznante saber cómo abandonan los perros a la puerta del refugio y cómo, una vez instalada una cámara de vídeo en la entrada, los dueños deciden abandonarlos cerca del refugio pero lejos de la cámara, teniendo en cuenta que es ilegal hoy en día. Dejarlos abandonados lejos de la puerta principal y sin avisar puede tener consecuencias nefastas, si son cachorros, por ejemplo, o si no están bien amarrados o si lo están demasiado.
El autor nos insiste en las tres estrategias fundamentales para prevenir y minimizar el impacto del abandono de animales de compañía: esterilizar, identificar y adoptar, no sin antes tener en cuenta la importancia de reflexionar antes de incorporar un animal a tu hogar y sobre la necesidad de educar para mejorar su comportamiento, lo que exige unos conocimientos mínimos por parte de los responsables. En Refugio se destaca la siguiente información: «Se estima que en 2021 fueron recogidos en refugios y protectoras de España 168.000 perros y 118.000 gatos, de los cuáles solo el 28% de los perros y el 3,8% de los gatos estaban debidamente identificados… El 60% de los animales que llevaban microchip de identificación fueron devueltos a sus propietarios». Poco más de la mitad de los animales que llegan a un refugio son adoptados, casi un 20% son devueltos y el resto o permanecen en el refugio o se encuentran en otra situación, como acogida, fallecimiento o traslados a otros centros.
Refugio, que ya va por su segunda edición, ha tenido una gran acogida entre los aficionados, aunque su salida al mercado fue un poco accidentada: estaba programada con antelación para que llegase a las librerías en abril de 2020, es decir, un mes después de proclamarse el estado de alerta por la pandemia de la covid-19, con todo lo que ello supuso para todos, también para la promoción y venta en el sector del cómic. De la experiencia de continuar colaborando con la protectora (en cuanto se permitió que volvieran los voluntarios), surgió una segunda novela gráfica, Diario de un refugio (2021), que funciona ahora muy bien para evocar una época donde las mascarillas y la distancia social eran fundamentales en el día a día, y en la que los perros también vivieron su particular odisea.
Las tres novelas gráficas citadas, Perros, de Keum Suk Gendry-Kim, y Refugio y Diario de un refugio, de José Fonollosa, gustará a los que tienen mascotas y a los que no. Entenderán con complicidad lo que están viviendo los protagonistas si tienes experiencias similares o lo aprenderán si no están familiarizados con el tema. Las tres son lecturas recomendables en un país donde la Ley de protección de los derechos y el bienestar de los animales se aprobó apenas hace un año (se aprobó en el Congreso de los Diputados el 16 de marzo de 2023 y se publicó en el BOE el 29 de marzo, entrando en vigor seis meses después de esa fecha). En la nueva ley queda clara la prohibición de abandono del animal de compañía en unas condiciones determinadas, de la venta solo por parte de criadores autorizados o del sacrificio de animales por razones económicas, entre otros temas. El sacrificio por razones de salud o médicas son una última lección que nos dan los animales a los humanos, empleando la eutanasia como una elección vital para un miembro más de la familia. Una familia que ahora tiene su particular ley.
Publicado originalmente por El diario de la educación bajo licencia CC. Republicada con permiso vía OpenNewsWire.