¿Sabías que, además de ser divertido y el centro de las salidas de sábado a la noche, bailar puede ser un ejercicio muy positivo para tu cerebro? En una publicación del Instiuto de Neurociencias de Harvard, se recopilan distintos estudios que indagaron en cómo esta actividad puede mejorar nuestra memoria, coordinación, equilibrio, estado de ánimo y capacidad de regulación emocional.
Un "doble placer" para el cerebro
En un artículo de 2008 publicado en la revista Scientific American, un neurocientífico de la Universidad de Columbia utilizó imágenes de tomografías PET para identificar las diferentes regiones del cerebro que contribuyen al aprendizaje y la ejecución de la danza. En su análisis, propuso que la sincronización de la música y el movimiento —la esencia de la danza— constituye un "doble placer".
Por un lado música estimula los centros de recompensa del cerebro, activando la liberación de dopamina, conocida como la "hormona de la felicidad". Por el otro, el movimiento coordinado que exige la danza activa los circuitos sensoriales y motores, una compleja red neuronal que integra información sensorial del cuerpo y del entorno para ejecutar acciones precisas y armoniosas. Estas, entonces, se identificaron como las dos principales fuentes de satisfacción asociada con el baile.
Bailar contra la demencia
Otro estudio publicado en 2003 en el New England Journal of Medicine —por investigadores de la Facultad de Medicina Albert Einstein— descubrió que el baile puede mejorar ostensiblemente la salud mental. El estudio investigó el efecto de las actividades de ocio sobre el riesgo de demencia en los ancianos. Los investigadores analizaron los efectos de 11 tipos distintos de actividad física, como el ciclismo, el golf, la natación y el tenis, pero descubrieron que sólo una de las actividades estudiadas reducía el riesgo de demencia de los participantes: el baile. Según los investigadores, esto se debe principalmente al hecho de que bailar implica tanto un esfuerzo mental como una interacción social.
Ya sea que te guste el tango, la salsa o simplemente bailar en pijama en tu living, la evidencia científica es clara. Si estabas en duda sobre anotarte a la clase de zumba que escuchás semanalmente desde tu casa, puede que este sea el empujón que necesitabas