Históricamente, los perros acompañaron a los humanos en numerosas tareas, como cazar, trabajar, pastorear y proteger, además de distinguirse por ser fieles amigos. De hecho, varias investigaciones exploraron los beneficios fisiológicos y emocionales de las interacciones con los canes, evidenciando que aumentan las concentraciones de oxitocina, disminuyen los niveles de cortisol y reducen el riesgo de enfermedad cardiovascular.
Debido a todos estos beneficios para la salud, las intervenciones asistidas por animales se utilizan cada vez más en diversas áreas terapéuticas. No obstante, la mayoría de los estudios hasta el momento comparan los efectos sobre la salud antes y después o entre los grupos experimentales y de control, sin profundizar en el impacto en la actividad cerebral. Por ejemplo, una reciente revisión sistemática de la literatura basada en datos de 129 estudios sobre interacciones entre humanos y animales informó que se requieren más estudios en profundidad para identificar los beneficios de cada tipo de actividad.
Por otro lado, la información sobre los mecanismos de actividad cerebral que se correlacionan con los efectos de la interacción con los perros es insuficiente. Para llenar este vacío, investigadores de la Universidad Konkuk en Corea del Sur realizaron una serie de experimentos y publicaron interesantes hallazgos en la revista científica PLOS One.
¿Cuáles fueron los hallazgos?
Los investigadores notaron un aumento significativo en la actividad cerebral de los participantes del experimento durante ciertas interacciones con perros, particularmente en situaciones que implicaban jugar y caminar. Los datos de las electroencefalografías revelaron una mayor activación en áreas del cerebro asociadas con la relajación y la estabilidad emocional, como lo indica el aumento de la actividad de las ondas alfa, que se relaciona a una mejora de la memoria y una reducción del estrés mental, explica la CNN.
“Este estudio demostró que actividades específicas del perro podrían activar una mayor relajación, estabilidad emocional, atención, concentración y creatividad al facilitar una mayor actividad cerebral”, resume el paper. Lo que sugiere que “participar en actividades lúdicas o pasear con perros puede conducir a un estado más relajado y emocionalmente estable”, sintetiza PsyPost en un artículo sobre el tema. Asimismo, ofrece información valiosa para dilucidar los efectos terapéuticos de las intervenciones asistidas por animales.
¿Cómo fueron los experimentos?
Para el estudio, 30 adultos sanos de una edad promedio de 27 años de Corea del Sur realizaron ocho actividades diferentes con un perro durante tres minutos cada una. Estas actividades incluían: jugar, alimentar, masajear, fotografiar, abrazar y caminar, entre otras. Durante ese tiempo se midieron las ondas cerebrales en los lóbulos prefrontal, frontal, parietal y occipital. Luego, completaron un cuestionario sobre estado de ánimo.
¿Qué significan estos descubrimientos?
Los resultados son prometedores y —a decir verdad— confirman lo que muchos ya sabemos: los perros son amigos fieles que saben consolar y levantar el ánimo. Además, nos impulsan al movimiento a través del juego y los paseos diarios. Sin embargo, existen algunas limitaciones a tener en cuenta en la investigación, ya que el tamaño de muestra fue relativamente pequeño y es posible que haya un sesgo entre los participantes hacia los animales. Para confirmar los hallazgos, los autores sugieren realizar estudios futuros con grupos más grandes y una gama más amplia de actividades.
“Aunque se necesitan más estudios, si ya tenés un perro, ahora hay más evidencia que respalda las interacciones con tu mascota, dijeron los expertos. Es probable que tu perro disfrute de la mayoría de estas actividades, pero prestá atención a lo que no les gusta: a algunos perros no les gusta que los abracen, por ejemplo”, advirtieron los expertos consultados por CNN. También recomendaron a quienes quieren adoptar un perro considerar el dinero extra que requiere, así como el esfuerzo entrenarlo si es cachorro y el tiempo de calidad que estos animales necesitan de forma regular.