Estamos en continuo movimiento alrededor del Sol a bordo de nuestro planeta. Sin embargo, y en contraste a lo que solíamos ver en las maquetas escolares del Sistema Solar, el recorrido de la Tierra rodeando la estrella no es un círculo perfecto, sino que es elíptico —como sucede con la mayoría de los cuerpos celestes—, es decir, como una circunferencia achatada y alargada.
A su vez, el Sol sigue su propia “pequeña” órbita elíptica alrededor de lo que se llama el centro de gravedad (el baricentro). Por ello, hay momentos del año en los que estamos más o menos cerca de nuestra fuente de luz y calor. Estos puntos se denominan:
- Afelio: es el punto en el que un cuerpo en órbita está más alejado del sol. Proviene de las palabras griegas apo (lejos de) y helios (sol).
- Perihelio: el punto de la órbita de un planeta u otro cuerpo astronómico en el que está más cercano al Sol. Proviene de las palabras griegas peri (alrededor) y helios (sol).
No obstante, para nuestro mundo y todos los planetas del Sistema Solar, la diferencia entre el perihelio y el afelio es bastante insignificante en relación a las distancias astronómicas. Esto no sucede, por ejemplo, en el caso de muchos cometas y asteroides, cuya distancia entre afelio y perihelio suele ser abismal; o como sucede con Plutón.
Como explica Space, los satélites que orbitan al Sol también tienen perihelios y afelios, que están diseñados con respecto al propósito de la misión. “La sonda solar Parker de la NASA, por ejemplo, desciende en picado a sólo unos pocos millones de kilómetros de la superficie del Sol, recopilando datos sobre el ambiente ardiente que existe allí. Pero luego se retira más allá de la órbita de Venus para ‘enfriarse’”.
Entonces, a principios de enero estamos alrededor de un 3 % más cerca del Sol o unos 5 millones de kilómetros y a principios de julio más lejos (la distancia promedio de la Tierra y el sol es 149.597.870 kilómetros). La fecha exacta cambia porque el año calendario no coincide perfectamente con la órbita de la Tierra. Este año, el perihelio cayó el 2 de enero y el afelio será el 5 de julio. “A pesar de que se trata de una distancia de 5 millones de kilómetros, no es muy grande en relación con la distancia total”, explica la NASA.
El efecto de esta variación estacional en el clima del planeta es prácticamente insignificante. En realidad, las estaciones de la Tierra están dictadas por la inclinación del eje de la Tierra hacia el plano orbital del planeta. Es decir, nuestro planeta no orbita en posición vertical, sino que está inclinado sobre su eje, a lo largo del año esto hace que los hemisferios norte y sur de la Tierra intercambien lugares para recibir la luz y el calor del Sol de manera más directa. Esta es la razón por la cual tenemos invierno y el verano, y no nuestra distancia al Sol.
De hecho, “en el hemisferio norte estamos más cerca del Sol en invierno y más lejos en verano, exactamente lo contrario de lo que cabría esperar”, aclara Scientific American.
De todas formas, como agrega EartSky, aunque la cercanía al Sol no es responsable de las estaciones, los puntos más cercanos y más lejanos sí afectan la duración de las estaciones: “Cuando la Tierra se acerca más al Sol durante el año, como lo hacemos todos los años a principios de enero, nuestro mundo se mueve más rápido en órbita. La Tierra avanza ahora a casi 30,3 kilómetros/seg, moviéndose aproximadamente a 1 kilómetro/seg más rápido que cuando la Tierra está más alejada del sol a principios de julio. Por lo tanto, el invierno del hemisferio norte y, simultáneamente, el verano del hemisferio sur son las estaciones más cortas, ya que la Tierra pasa rápidamente del solsticio de diciembre al equinoccio de marzo”.