Puede parecer que cuando los trabajadores de una empresa pasan mucho tiempo reunidos y charlando alrededor de la máquina de café están desperdiciando su tiempo. Por eso mismo, también puede que te sorprenda que estos pequeños recreos para socializar pueden incrementar entre un 10 y 15 % la productividad de los trabajadores (entre otros importantes beneficios para las empresas).
El llamado water-cooler effect (cuya traducción sería algo así como "efecto del bidón de agua") se refiere a las ventajas de la interacción cara a cara en el lugar de trabajo, fenómeno que fue estudiado y medido en diversas investigaciones. Además de mejorar la productividad, los encuentros espontáneos en persona son una de las claves para generar ideas. En muchos casos, tienen enormes ventajas por sobre la virtualidad en términos de innovación y creatividad.
Dicho de manera más simple, si un diseñador, un programador y un administrador de cuentas se encuentran un rato para servirse un cortado, y mencionan uno de los problemas que está enfrentando su empresa, su conversación tiene muchas más probabilidades de inspirarlos a pensar soluciones que si cada uno estuviera en su casa frente a un monitor. Pero vamos por partes.
La relación entre nuestra red de amigos y nuestra productividad
Un equipo de investigación del MIT (Massachusetts Institute of Technology) analizó estos efectos en un estudio publicado en 2009 en la revista Psychology Today. Ahí, los trabajadores usaron un dispositivo electrónico conocido como "sociómetro", que mide la ubicación e inflexiones de voz de quienes los usan. Estos sociómetros se usaron para analizar, por un lado, a los trabajadores de un call center y, por el otro, a trabajadores en tecnología de la información (IT).
En el primer caso, se encontró que uno de los factores que más influyen en productividad y satisfacción con el trabajo es la cohesión entre empleados. En este contexto, "cohesión" se refiere a la red de amistades en el trabajo: cuando las personas con las que uno habla también hablan entre sí, hay algo así como un grupo de amigos "cohesivos".
Respecto a los trabajadores en tecnología, los resultados fueron similares: se descubrió que los trabajadores cuya cohesión de grupo se situaba en el tercio superior mostraban un aumento de la productividad superior al 10 %. Además, los trabajadores que tenían acceso a más personas, es decir, cuya red de contactos en la empresa era mayor, demostraron un 4 % extra de productividad.
Alex "Sandy" Pentland, director del Laboratorio de Interacciones Humanas del MIT, explica dos aspectos claves de estos hallazgos: "En primer lugar, esto subraya que todos somos animales sociales y que nuestra conexión con los demás a nivel local —nuestra tribu— es de vital importancia. En segundo lugar, el aumento de la cohesión se traduce en aspectos como el conocimiento tácito, los hábitos de trabajo compartidos y el apoyo social. Esto se produce a través de charlas en la oficina sobre cómo gestionar situaciones, personas y problemas específicos, compartiendo consejos, hablando sobre el equilibrio entre vida y trabajo, etcétera. En otras palabras, gran parte de la información importante sobre cómo tener éxito y ser productivo en un trabajo no se encuentra en un memorándum o en un manual del empleado, sino en la charla casual".
La creatividad alrededor de la cafetera
Otro estudio del 2022, conducido por Melanie Brucks, de la Universidad de Columbia en Nueva York, y Jonathan Levav, de la Universidad de Stanford en California (Estados Unidos), le pidió a parejas de voluntarios que pensaran en usos alternativos para objetos como un disco frisbee y el envoltorio de burbujas de plástico (o bubble wrap).
La mitad de las parejas participantes pensaba comunicándose por videollamada, y la otra mitad trabajaba en la misma habitación. Los investigadores, además, hicieron un ejercicio similar con parejas de ingenieros que trabajaban en el diseño de productos en cinco oficinas alrededor del mundo. Aunque las pantallas no parecían impedir que las parejas se prestaran atención mutuamente, imitaran su lenguaje y expresiones faciales e incluso generaran sentimientos de conexión y confianza, las colaboraciones a distancia crearon menos ideas que los equipos presenciales.
Los investigadores adjudicaron esto al hecho de que concentrarse en una pantalla reduce la atención cognitiva (proceso que nos permite seleccionar y concentrarnos en estímulos relevantes). A su vez, esto desactivaba la capacidad mental de asociar y combinar conceptos, que es la base de la innovación y resolución de problemas.