Cuando el trabajo empieza a colmar todo nuestro espacio mental y los distintos aspectos de nuestra vida, cuando luchamos ya no por la calidad del sueño si no por alcanzar un mínimo indispensable o sentimos que no tenemos tiempo ni para almorzar de manera decente, puede que el último día de la semana sea sólo el punto cúlmine de nuestro nivel de agotamiento. En estas instancias, llegamos al fin de semana con lo último de nuestras energías, y no podemos disfrutarlo.
Cassie Holmes es profesora en la Universidad de California, Estados Unidos, y autora de La hora feliz: cómo vencer la distracción, ampliar su tiempo y concentrarse en lo que más importa. Tras pasar la última década estudiando la relación entre gestión de tiempo y felicidad, explica a la revista Self que este agotamiento es a veces conocido por el término "pobreza del tiempo", que es la sensación constante de tener demasiado que hacer y poco tiempo para hacerlo.
Según Holmes, el tiempo no es únicamente el problema, sino también la solución. En sus palabras: "El objetivo es hacer que nuestro tiempo durante la semana sea más satisfactorio, no sólo que esté ocupado. Puede que sigas teniendo una agenda repleta, pero al hacer que tu tiempo tenga más sentido, puede que también te sientas menos agotado mentalmente".
Estos son algunos de sus consejos para aprovechar al máximo las horas antes, durante y después del trabajo, logrando que sean menos estresantes.
1. Registrar la relación entre el tiempo y nuestro estado de ánimo
"Para agregar más horas felices a nuestro día, primero tenemos que entender cómo nos hacen sentir nuestras distintas actividades. No es tan simple como parece; no se trata de decir que el tiempo libre nos pone de buen humor y el trabajo nos cansa. Por ejemplo, puede que todo el día anhelemos la hora en que apagamos la computadora y nos tiramos a escuchar un podcast, pero en el momento nos sentimos culpables por no estar haciendo algo más productivo o ya estamos exhaustos", dijo Holmes.
Para llegar al nivel de detalle que necesitamos, entonces, lo mejor es tener un diario (físico o digital) en donde anotamos nuestra actividad y la puntuamos del 1 al 10 en cuanto a la satisfacción que nos genera. Cuanto más específicos seamos, mejor. Por ejemplo, es preferible anotar "tiempo en reunión", "carga de datos", en vez de sólo "trabajo". En cuanto a la escala de satisfacción, es omniabarcativa: incluye tanto cuando nos sentimos entusiasmados y llenos de energía o gratamente relajados.
2. Priorizar las actividades más satisfactorias
Una vez que tenemos en claro cuáles son, podemos darles máxima prioridad, lo que asegura que estamos priorizando la calidad sobre la calidad en nuestra gestión del tiempo. "Si tomar un café con un colega nos deja de ánimo y con energía para el resto del día, podemos asegurarnos de no faltar a esa cita. Si disfrutamos más completar un crucigrama en una app que leer un libro antes de dormir, reservaremos esa novela para nuestro próximo viaje. Puede que nuestra agenda siga llena, pero darle más importancia a estas actividades hace que nuestra semana sea más gratificante y menos agotadora mental y emocionalmente", comentó Holmes.
3. Proteger nuestro momento productivo
En muchos casos, llevar adelante un proyecto de calidad o desempeñarnos bien en nuestro trabajo requiere un momento de concentración sin notificaciones de celular, mail, salir a hacer mandados o niños gritando alrededor. La psicóloga Mihaly Csikszentmihalyi define esto como un estado de flow en el que estamos plenamente comprometidos con la actividad y empleando todas nuestras habilidades.
Entonces, si trabajamos mejor por la mañana (antes de que todos nuestros colegas se hayan conectado), priorizar este estado mental puede implicar cambiar nuestra hora de acostarnos y despertarnos, para así asegurarnos este tiempo productivo del día. "En cuanto al entorno físico, puede ser tan simple como cerrar la puerta, ponerse auriculares o desactivar las notificaciones, protegiendo el momento en el que simplemente no estamos disponibles", aconsejó la experta.
4. Tener un mejor amigo en el trabajo
En una encuesta reciente conducida por Gallup, se descubrió que las personas que tienen un amigo en el trabajo suelen estar más comprometidas, tienen mejor desempeño y están más satisfechas con su vida y trabajo en general. Para asegurarnos de que nuestros amigos de la oficina no se conviertan en una distracción, podemos dar una vuelta mientras discutimos un proyecto, agendar un almuerzo o conversar mientras atendemos mesas o reponemos la mercancía.
En caso de que hacer amigos en el trabajo se sienta imposible, Holmes recomienda intentar tener al menos una interación social al día. Y no, las redes sociales no cuentan: podemos optar por un llamado telefónico o encontrarse yendo a tomar un café o a la plaza.
5. Hacer que el traslado valga la pena
Según una investigación, el traslado al trabajo es uno de los momentos menos agradables del día para los trabajadores. Scrollear sin fin nuestro teléfono es una actividad que consume mucha de nuestra atención y energía sin aportar mucha gratificación duradera. Si, en cambio, dedicamos ese tiempo a leer, aprender un idioma con una app o escuchar un audiolibro en caso de que manejemos, puede que nos resulte un momento menos ingrato. Si estás entre los suertudos que pueden ir al trabajo a pie, podes aprovechar para meditar y conectar con el momento.
Finalmente, un bonus track para los trabajadores remotos: si estás buscando una manera de despejar entre una tarea y otra, te contamos en esta nota cuatro formas de tener pausas activas (y energizantes, como mini sesiones de ejercicio o estiramiento, meditaciones para el aire libre y de escaneo corporal).
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